Grupo aparentemente sencillo para el City, no por el nombre de sus rivales pero sí por el nivel real que ahora mismo atraviesan casi todos. El Marsella parece querer volver por sus fueros, pero no es, ni de lejos, aquel equipo que tanto destacó en Europa. Otro campeón de Europa, el Oporto, vive una situación parecida, tratando de mejorar últimamente con respecto a las temporadas anteriores. Y Olympiacos es un hueso duro de roer, pero también vivió recientemente épocas mucho mejores que esta. Es decir, todo lo que no sea que el City domina el grupo puede considerarse una sorpresa y una decepción considerables. 

El City abre y cierra su participación como local, lo que le da aún más opciones de acabar siendo líder: dependerá de sí mismo para empezar bien y para acabar bien. Sería extraño que los de Guardiola se dejaran algún punto jugando en casa. Por lo tanto, a poco que pesquen fuera, que lo harán, pueden llevarse el liderato sin sufrir mucho. Más bonita va a estar la pelea por la segunda plaza. Está muy abierta y el calendario puede jugar un papel crucial.

Cuatro años en el Manchester City, cuatro años sin pasar de los cuartos de final. La misión de Pep Guardiola en el fútbol inglés, una vez ha conquistado todo a nivel nacional, todos ellos en repetidas ocasiones, sigue siendo la de consolidarse como uno de los mejores equipos de la Champions League. La deuda pendiente es Europa. Equipo no le va a faltar, porque a pesar de las salidas de Sané o Silva, el técnico catalán ha vuelto a invertir casi 100 millones para reforzar su defensa. Rúben Dias y Nathan Aké llegan para cubrir puestos en la zaga, mientras que la responsabilidad de marcar las diferencias siguen siendo De Bruyne, Sterling o el Kun Agüero, siempre y cuando lo que no marque la diferencia sean los errores defensivos. Jugadores como Bernardo Silva o Foden tendrán que dar un paso al frente esta temporada. El tope histórico del Manchester City en la Champions League siguen siendo las semifinales del 2016 contra el Real Madrid… cuando entrenaba Manuel Pellegrini.

La estrella: De Bruyne

El mejor jugador del equipo, capaz de liderar a los suyos desde el centro del campo. Con goles y asistencias, su influencia es indiscutible. El belga igualó el récord de asistencias en una misma campaña de Henry con 20. Nombrado mejor jugador de la Premier, esta temporada se ha consagrado como uno de los mejores jugadores del mundo. A pesar de que su equipo cayó en cuartos de final en la pasada Champions, fue galardonado con el premio a mejor centrocampista de la máxima competición europea en el curso anterior por su excelente rendimiento.

El entrenador: Pep Guardiola

Demasiados años sin conquistar la Champions, pero nadie puede dudar de una grandeza como técnico que le ha hecho ganar todo. Metódico y siempre vanguardista. Por el club que ha pasado ha dejado su sello. Aunque no ha dejado de coleccionar títulos, la Champions es una competición que se le está atragantando desde su salida del FC Barcelona. El año pasado, tras eliminar al Real Madrid, partía como uno de los favoritos a levantar la 'Orejona' en Lisboa. Sin embargo, fue el Lyon, un equipo a priori inferior, quien puso fin al sueño de Pep y el City. Este año, nueva oportunidad para el técnico catalán para hacer feliz a los ingleses, callar a los más críticos y redondear su palmarés.

Guardiola tiene diferentes alternativas sobre las que formar su equipo. De hecho, no es fácil nunca adivinar cuál puede ser el once titular antes de los partidos porque rota mucho y hace cambios de jugadores y de posiciones permanentemente. Una cosa sí está clara. Sus equipos quieren ser protagonistas con el balón, dominar, someter mucho a los rivales en su propio campo, para lo que necesita unos jugadores específicos que le dan ese valor. La duda, como siempre, saber cómo responde en defensa ante contextos en los que se expone tanto.

No ha sido un verano próspero para el Oporto, al menos para Sergio Conceiçao, que ha visto como en los últimos días del mercado le robaban a dos de sus jugadores más importantes: Danilo, pieza fundamental en el centro del campo, se marchó al PSG, y Alex Telles, uno de los mejores laterales izquierdo del mundo, al Manchester United. Tiene pues el técnico portugués la difícil tarea de reestructurar un equipo que otro año más, deberá mantener un mano a mano particular con el Benfica en su liga y a su vez dejar buena imagen en la Champions, donde es el único representante de su país. Los dragones volvieron de la pandemia en muy mal estado de forma. Sólo el peor nivel que dio el Benfica en la Liga NOS hizo que el Oporto terminara siendo campeón por pinchar menos que su rival. Si ese es el nivel que muestra en esta Champions League, tendrá muy difícil pasar a los octavos de final. ¿Su suerte? Que le tocara un grupo más que asequible.

La estrella: Marega

El referente ofensivo del equipo. Sin Danilo Pereira ni Alex Telles, y con un Pepe ya veterano, es el jugador del Oporto más reconocido internacionalmente. El delantero franco-maliense es la estrella del equipo portugués. Destaca por su potencia, su físico, su energía y su olfato goleador. En 15 partidos en Champions con el Oporto ha anotado 6 goles. 

El entrenador: Sérgio Conceiçao

Ya dejó muy buenas sensaciones en sus primeros pasos como técnico en Francia y ha dado un salto de calidad en el Oporto. Carácter, evolución y mucho conocimiento. Las ideas que transmite desde el banquillo difieren de cómo era como futbolista. El entrenador portugués, que era un futbolista habilidoso y con gran técnica, apuesta por una filosofía pragmática y conservadora en su libreta como entrenador. El técnico refuerza su defensa y, a través de un estilo directo, busca llevar el balón lo más rápido posible al campo rival. 

Pese a que temporada tras temporada se le marchan jugadores importantes, sigue fichando bien el Oporto y eso le permite seguir manteniendo un buen once con el que competir. Quizá Europa le venga un poco grande últimamente, pero compensa eso con el extremo carácter competitivo de Sergio Conceiçao en el banquillo. Así se lo transmite al equipo, que ha ganado mucho en personalidad desde que llegó al club. Pepe es el guardián atrás, conserva jugadores finos como el Tecatito Corona por la derecha y arriba tiene el poderío de Marega.

El Olympique de Marsella disputará la Champions por primera vez en los últimos seis años con una plantilla corta que sufrirá para afrontar la máxima competición continental. El Marsella había mal acostumbrado a sus aficionados a no disputar la Champions League. Desde la llegada de Franck McCourt en 2017, el conjunto marsellés no había logrado clasificarse para la máxima competición continental hasta esta temporada. Lo consiguió en un año atípico, marcado por el final prematuro de la Ligue 1 por el coronavirus, pero que sirvió para sacar el máximo de una plantilla que, por calidad individual, podría no haber entrado ni tan siquiera en puesto europeos.

La estrella: Payet

El mediapunta asumió el liderazgo del equipo tras la lesión de Thauvin y realizó una temporada espectacular. Las opciones de clasificación del Marsella pasan por sus botas. Su técnica exquisita le convierte en un diamante para el club francés. En su mejor momento de confianza saca a pasear toda una variedad de recursos, desde fintas a taconazos, sin olvidar su gran golpeo. Es de esos jugadores con capacidad para desequilibrar un encuentro en cualquier momento.

El entrenador: André Villas-Boas

Ha conseguido enderezar algo su carrera después de un inicio meteórico y un bajón posterior. Primero en Rusia y ahora en el Marsella, se está viendo de lo que es capaz. El Marsella es un equipo muy reconocido por su sistema táctico. Con un definido 4-3-3, ha construido un equipo capaz de presionar sin ningún reparo, incluso en el área rival si es necesario. Además, ha sabido transmitir a sus jugadores que todos cumplen una función en el campo en cada momento. 

André-Villas Boas fue el gran artífice del éxito del OM. El portugués llegó al fútbol francés tras varios años en el ostracismo y consiguió generar un ecosistema idóneo para unir piezas. Payet asumió el liderazgo del equipo en su mejor temporada a nivel personal; Kamará, llamado a ser el heredero de Varane en Francia, se reconvirtió en un gran mediocentro y Álvaro González se erigió como el líder en defensa. A pesar de la poca profundidad de plantilla, el Velódrome siempre es un estadio muy complicado de visitar.

El Olympiacos es uno de esos equipos que históricamente, si ha tenido alguna oportunidad de sumar algo ante equipos mejores que él, ha sido gracias al calor de su estadio, el Pireo, uno de esos “pequeños infiernos” en los que la agresividad parece estar un poco más permitida por el ambiente que rodea al partido. Sin embargo, con la pandemia, ese factor ha desaparecido por completo y sólo queda el aspecto deportivo, en el que los griegos están técnicamente por debajo del resto de sus rivales. Los fichajes de Vinagre, Bruma o M’Vila no parecen ser suficientes para un equipo en el que su máximo referente ofensivo sigue siendo El Arabi. Milagrosamente, esta será la tercera temporada de Pedro Martins en el banquillo. Y es milagroso porque en el Olympiacos los éxitos de un entrenador no parecen ser suficientes para mantenerse en el cargo, que se lo digan por ejemplo a Valverde o Míchel. Igual tiene una fórmula que sorprende a todos en esta Champions.

La estrella: El Arabi

Pasan los años y el ex del Granada sigue siendo uno de los jugadores con más talento de la liga griega. Pura clase en el área. El curso anterior anotó 20 goles con el Olympiacos en 34 partidos y esta temporada en solo 4 encuentros ya ha visto puerta en 5 ocasiones. A 2020, aún lidera la tabla de máximo goleador histórico del Granada en Primera División, con 44 goles. 

El entrenador: Pedro Martins

Tres temporadas ya en el cargo y eso ya dice mucho del técnico en un fútbol con tan poca paciencia como es el griego. Conoce bien sus limitaciones y las mitiga bien. En el curso anterior alcanzó el doblete, levantando la liga y la copa. Además, en Champions consiguió la tercera plaza del grupo, con acceso a la Europa League, donde con un fútbol atrevido consiguió eliminar al Arsenal de Arteta. El Wolverhampton evitó que se enfrentara al Sevilla en cuartos de final. Este año una de las metas del técnico es competir a buen nivel en Champions. 

Un Olympiacos muy en la línea del que jugó y llegó lejos en pasadas temporadas, sin grandes alardes pero sí con los conceptos muy claros y las condiciones necesarias para ser un rival complicado. Para empezar, la solidaridad defensiva no se discute. Ha sido a través de la defensa como han llegado los resultados en los últimos tiempos y este equipo no es una excepción. Gran portero José Sa, por ejemplo. Además, se busca ser muy resolutivo en ataque y ahí la figura de El Arabi sobresale. Ataca poco, pero es muy eficaz.