Hace justo un año, el 5 de octubre de 2019, Hazard marcaba su primer gol oficial con la camiseta del Real Madrid. Hoy sabemos que también ha sido el último.
El 13 de junio de 2019, Eden Hazard era presentado como nuevo jugador del Real Madrid en un casi abarrotado Santiago Bernabéu. La afición blanca tenía nuevo futbolista fetiche al que agarrarse tras la salida de Cristiano en 2018 y, sobre todo, tras la penosa temporada realizada: la campaña 2018-19 vio pasar a tres inquilinos por el banquillo y cómo en una semana aciaga del mes de marzo, los blancos perdían sus opciones en tres competiciones como son la Liga, la Copa (puestos fuera de combate por el Barcelona) y la Champions (el Ajax le provocó una dolorosísima derrota en el mismo estadio Bernabéu).
En torno a 50.000 personas acudieron a su presentación
Pero como afirma el prolijo refranero español, 'vísperas de mucho, días de nada'. La llegada de Hazard no fue la esperada. El belga llegó entre algodones: no jugó las tres primeras jornadas. No obstante, era un crack llamado a echarse el equipo a la espalda en los momentos complicados. No había que perder la fe. Y su momento llegó. Tras 114 días de blanco, luciendo el 7 a la espalda y en casa, en el mismo estadio Santiago Bernabéu que le acogió con cariño, alegría, sonrisas e ilusiones de niños y mayores. Ese día, 5 de octubre de 2019, Hazard marcaría su primer gol de blanco en un partido oficial. Fue ante el Granada el 5 de octubre de 2019. Tras cinco encuentros, Hazard sacó a pasear la garra y pudo hacerlo ante los ojos de su público. Fue justo antes del descanso y supuso el 2-0 (el Madrid acabó ganando 4-2). Valverde recuperó un balón que él mismo había perdido y entregó la pelota al belga con un pase filtrado. Eden hizo un control largo y finalizó con un sutil toque para superar a Rui Silva. Sería sustituido por Isco en el 69' mientras el Bernabéu le aplaudía. Salía el sol para el de La Louvière.
Pero hoy, 365 días después, sabemos que también fue el último y el único... por el momento. Aquella tarde de otoño, de principios de octubre, el madridismo sintió que comenzaban a disiparse ciertas dudas y recelos sobre su fichaje. El problema es que la estrella en vez de brillar, se fue apagando.
Aquella actuación, que pintaba a pistoletazo de salida, acabó siendo más un tiro sobre su propio pie. Porque esa tarde las expectativas sobre su fichaje, ya de por sí altas, se elevaron. Venía de ganar el Balón de Plata del Mundial de Rusia, quedando por detrás de Modric; y portaba nada más ni nada menos que el dorsal 7, un número mágico en la historia blanca sobre su espalda: Kopa, Juanito, Butragueño, Raúl, Cristiano… La lista de jugadores que habían lucido ese número pertenece a la sacrosanta liturgia madridista. Pero era Hazard. Zidane no tenía dudas: si el belga estaba bien iba a jugar. Para el técnico no había debate y zanjaba por la vía rápida las preguntas que se le hacían en conferencia de prensa, arropándole y aludiendo a un periodo de tiempo para adaptarse, tanto al equipo como a la ciudad. Tanto él como su familia. Algo lógico por otra parte.
Lleva 317 días sin jugar un partido completo de blanco
Hoy, un año después de aquel gol al Granada, sí hay cierto debate y runrún sobre su figura. La adaptación se está enrocando. Y de mala manera: Eden ha jugado 1.545 minutos con el Real Madrid repartidos en 22 choques (seis de Champions y 16 de Liga). Ha brindado siete asistencias, recibido una sola amarilla, ninguna roja... Y marcado un tanto. En total son 1.172 minutos disputados desde el 5 de octubre y 16 partidos diferentes, incluido el partido de vuelta de Champions ante el City, disputado en agosto. El Madrid disputó 51 encuentros entre todas las competiciones…
Hazard sólo ha jugado cuatro partidos completos. De los restantes 18, en dos entró al campo desde el banquillo y en 16 fue sustituido, muchas veces por decisión técnica, para darle descanso; otras por lesión. En Champions jugó seis partidos y sólo completó uno, el del empate en casa (2-2) ante el Brujas. En Liga ha sido titular 14 veces, siendo relevado en 11. Sólo ante Leganés (5-0), Betis (0-0) y Real Sociedad (3-1) jugó los 90'. Desde este último, el 23 de noviembre de 2019 (jornada 14), no ha vuelto a disputar un partido completo con el Real Madrid. De eso hace ya 317 días.
En Liga promedia 1,2 disparos a puerta y tres regates por partido. Además, recibe tres faltas y nunca cae en fuera de juego (su ratio de posiciones antirreglamentarias es de 0,1 por partido). La cifra realmente preocupante es su ratio goleador en el Madrid: 0,05 goles por partido, uno cada 1.545', de momento. Da una asistencia cada tres partidos. Los números, muy lejanos a los esperados, exigen una reacción a la altura.
Hazard nunca había pasado tanto tiempo en la enfermería como en el Madrid. El club blanco le detectó el día del partido ante el Valladolid (hace seis días), una lesión muscular en la pierna derecha, siendo la séptima desde su llegada. La primera fue en agosto de 2019: sufrió molestias en el muslo y se perdió los tres primeros partidos de Liga, ante Celta, Valladolid y Villarreal. Unos meses después, ya en noviembre, comenzarían los problemas en el tobillo.
Un duro golpe de Meunier, en el partido de Champions ante el PSG, le causó una contusión perimaleolar que le apartó 8 días de los terrenos de juego. Justo cuando regresaba, volvió a sentir dolor y le detectaron una fisura, un asunto mucho más serio y delicado, pues le dejó en el dique seco 67 días e hizo que se perdiese 17 partidos. Volvería en febrero, reapareciendo en casa ante el Celta, pero tras dos partidos se lesionó de nuevo y quedó fuera de la convocatoria en la ida ante el City.
Un golpe de Meunier hizo frágil su tobillo
Esa vez sufrió una fisura en el peroné, retirándose antes de tiempo en el Ciutat de Valencia: tocaron 76 días de baja. Tras la derrota ante el Betis el 8 de marzo se detuvo el fútbol (y el mundo) a causa de la pandemia. Encerrado en su domicilio trabajó para recuperarse y regresar más fuerte. La cuarentena y la suspensión de los eventos deportivos hicieron que sólo se perdiese tres partidos por esta lesión y cuando todo volvió, el 14 de junio, también lo hizo él. Fue titular en casa contra el Eibar, pero no logró romper su sequía de cara a puerta en todo el tramo final de temporada.
A finales de junio sufrió un duro golpe que le hizo perderse dos partidos (Getafe y Athletic) y a principios de septiembre, ya arrancando una nueva campaña, un traumatismo por el que no pudo jugar los dos primeros partidos (Real Sociedad y Betis). Volvió a una convocatoria ante el Valladolid y justo cuando parecía disiparse la oscuridad, todo se volvió opaco: ese mismo día le detectaron una lesión en la pierna derecha, su séptima desde que llegó al Madrid. En total ya se ha perdido 30 partidos por "causa de fuerza mayor". En siete años en el Chelsea sólo se había ausentado de 20 por lesión.
La temporada 2009-10 fue su explosión como futbolista. Militaba en el Lille, donde poco a poco pasó de promesa a líder. Aquella campaña disputó 52 partidos, marcó 10 goles y repartió 13 asistencias, jugando la Europa League y acabando en cuarta posición de la Ligue 1 por delante de PSG, Mónaco y Rennes, entre otros. La 2011-12 subió la apuesta: marcó 22 goles y dio 22 asistencias en 49 partidos, jugando incluso la Champions con el Lille de Rudi García (actual entrenador del Lyon).
Sería un año después, en la 2012-13, cuando el Chelsea pujaría fuerte por él fichándolo a cambio de 35 millones. En su primer año en Londres jugó 62 partidos repartidos en hasta ocho competiciones diferentes (Premier, Europa League -campeón-, Champions, FA Cup, EFL Cup, Mundial de Clubes, Supercopa de Europa y Community Shield). Marcó 13 goles y dio 24 asistencias. Pero no son sus mejores números.
Sí lo son los de la temporada 2018-19, justo un año antes de llegar al Bernabéu. Aquella temporada marcó 21 dianas en Inglaterra y brindó 17 asistencias. Era el líder de los blues, un futbolista total al que no le temblaba el pulso para echarse el equipo a la espalda. Reflejo de ello es que se despidió levantando la Europa League tras ganar en la final (4-2) al Arsenal con un doblete suyo.
Es indudable que la generación de fútbol que posee Bélgica en estos momentos puede ser la más talentosa de su historia. Los Courtois, De Bruyne, Lukaku o Mertens encuentran su guinda en el talento de Hazard y el Mundial de 2018 fue un ejemplo. La cuota de ver a los soldados de Roberto Martínez levantando el trofeo cada día era menor y su fútbol, el mejor argumento. Cayeron en semifinales por la mínima ante el campeón, Francia. Pero la imagen fue envidiable.
En el Mundial de Rusia marcó tres goles
También la de Hazard, que se marchó con el Balón de Plata, acreditándose como el segundo mejor jugador del torneo. En Rusia disputó 518 minutos en los que marcó tres goles y dio dos asistencias, llevando siempre el brazalete de capitán y sólo perdiéndose el tercer partido de la fase de grupos ante Inglaterra (su equipo venció 1-0). Acabó tercero tras ganar el partido por el tercer y cuarto puesto, precisamente, ante los ingleses (2-0).
Con Bélgica ha sido internacional en prácticamente todas las categorías. Ascendió desde la Sub-15 hasta debutar con el combinado absoluto teniendo 17 años. El entrenador era René Vandereycken. Hoy en día es el segundo jugador con más partidos en la historia de su país (106), sólo por detrás de Vertonghen (118). Además, ha marcado 32 goles, siendo el segundo máximo goleador de la historia por detrás de Lukaku (52).
Tanto Mariano como Hazard, los dos que han portado ese número, no han podido mantener la regularidad mientras lo llevaban. Desde que se marchó Cristiano Ronaldo nadie ha brillado con el 7 blanco a la espalda y la teoría de la maldición cobra fuerza. El portugués se marchó dejando el listón alto y unas cifras de vértigo: 450 goles en 438 partidos, siendo el 19º futbolista con más participaciones en la historia del Madrid, promediando un tanto cada 84 minutos y siendo un líder.
Los 100 millones que puso sobre la mesa el club siguen esperando una justificación en las botas del belga, que de momento sólo ha marcado un gol de blanco. Fue el 5 de octubre de 2019 ante el Granada, hace 365 días, a pase de Valverde. Desde entonces el contador no se ha movido. Esta temporada encuentra su reválida, una nueva oportunidad para hacer borrón y cuenta nueva. Quién sabe si la última. El Madrid no ofrece muchas balas.