AS saca un serial sobre seis de las mejores agencias del fútbol mundial. La española Bahía Internacional protagoniza esta entrega tras la de Barnett y Raiola. Próximamente vendrán Volker Struth y Federico Pastorello.
La teoría del caos asegura que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en el otro lado del mundo. El argumento se basa en que tras el aleteo se produce un efecto dominó que va derivando una leve y minúscula brisa en un viento desaforado capaz de producir grandes tornados y ciclones. Se podría decir que en el mundo de la representación en España, la mariposa batió sus alas en 1993, cuando una pequeña productora de deportes que había nacido en el seno de Antena 3 Televisión fue vendida al empresario Joaquín Martorell como accionista mayoritario. En ese momento nació Bahía Internacional, una productora especializada en deportes que cambió de rumbo hasta ser, 27 años después, la principal agencia de representación de futbolistas españoles en la actualidad.
Cronología anual de los traspasos más relevantes de Bahía
Valor en millones de
40
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16
16,5
36,5
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2007
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2017
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2018
Fernando Torres
Fernando Torres
Dani Parejo
Javi Martínez
Illarramendi
Jesús Navas
Pedro
Illarramendi
Ceballos
Vitolo
Camacho
Kepa
Cronología anual de los traspasos
más relevantes de Bahía
Valor en millones de
2007
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Fernando Torres
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Fernando Torres
Dani Parejo
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Jesús Navas
Pedro
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Cronología anual de
los traspasos más
relevantes de Bahía
Valor en millones de
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Fernando Torres
2007
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2013
2013
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Fernando Torres
Dani Parejo
Javi Martínez
Illarramendi
Jesús Navas
Pedro
Illarramendi
Ceballos
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Camacho
Kepa
Bahía es una cooperativa gigante que hoy por hoy se permitir el lujo de codearse entre las más grandes agencias como Gestifute, de Jorge Mendes, y Stellar Football (Jonathan Barnett). Su camino para llegar al éxito, sin embargo, ha sido bien distinto. Cuando nació, Bahía no contaba con una agenda de superestrellas. Entre los primeros jugadores que representaron se encontraba el excanterano madridista Javier Artero, que fue uno de los pocos españoles en jugar en la liga argentina (San Lorenzo de Almagro) y brasileña (Botafogo) y Baba Sule, un campeón del mundo Sub-17 con Ghana que pasó por Mallorca y Fuenlabrada. Con su humilde cartera, Bahía empieza a abrir oficinas en el extranjero, como por ejemplo en Argentina, China y Reino Unido. Unos meses después la agencia creía no estar sacándole partido a esta política de "sucursales" y tomó tres grandes decisiones que marcarían el destino de Bahía.
Fernando Torres junto a Rafa Benítez el día de su prensentación con el Livepool.
La primera, eliminar todas las oficinas fuera de España. La segunda, dedicarse a representar sólo a jugadores españoles y apostar por la cantera. Gracias a esta medida un joven Fernando Torres de 14 años se convirtió en la joya de la corona del proyecto de Bahía, que tenía como regla no representar a menores de 16, pero el Niño destacaba tanto que obligó a cambiar levemente la política de la empresa: excepcionalmente se representaría a cadetes que resaltaran excesivamente por encima del resto. Y la tercera medida fue otro hito en España: exportar jugadores al extranjero sin que fuera algo excepcional.
Hoy por hoy, son muchos las estrellas de Bahía que juegan o han jugado en las grandes ligas del extranjero (Fernando Torres, Ceballos, Javi Martínez, Kepa, Jesús Navas, Monreal…) pero en sus primeras experiencias, la agencia apostó por el mercado escocés, donde recalaron entre otros el mencionado Artero o Nacho Novo, que a principios de siglo era considerado toda una estrella en el Glasgow Rangers, junto al Celtic, el gran equipo del país. Entre el año 2000 y el 2002, Bahía llevó a la Scottish Premier a más de 50 futbolistas. Aquello abrió una brecha en el fútbol español de la que Bahía se siente muy orgulloso. Luego llegaron otros mercados y la internacionalización de los futbolistas españoles, de los cuales, a día de hoy, hay cientos repartidos por todo el globo. Nadie olvida que Bahía fue el primero.
José Antonio Martín Otín (Madrid, 20/09/1956), más conocido como Petón, no es sólo un hombre de fútbol, que también lo es, y mucho. Su popularidad se ha incrementado en los últimos años por sus frecuentes apariciones en algunas tertulias deportivas de éxito, ya sea en televisión o en radio, pero el cofundador de Bahía Internacional lleva más de dos décadas demostrando que cuando se conoce bien la historia (y si no se la conoce, se esfuerza en aprenderla), se apuesta por la cultura y se navega con soltura por los mares de la literatura, una charla de fútbol puede ser mucho más que una conversación de barra de bar. Escuchar a Petón hablar sobre fútbol, ya sea de su Huesca, de su Atlético o de cualquier otro tema, es un gustazo. Conoce bien los entresijos de este deporte: fue futbolista en los ochenta, se licenció en Ciencias de la Información y a principios de los 90 fue uno de los cofundadores de Bahía Internacional, la empresa de representación e intermediación de jugadores españoles más importante del mundo. Muy pocos están tan preparados para hablar desde tantos puntos de vista. Si encima es un enamorado de la historia de Federico García Lorca (que conoce como nadie), cómo no iba a ser una delicia escucharle.
Jose Antonio Martín Otín "Petón". AS.
Alejado desde hace años de las negociaciones y de la representación directa de los futbolistas, Petón es ahora Consejero Delegado de Bahía, de la que forma parte desde sus comienzos. Todavía hay quienes creen que él es la cabeza de la serpiente de Bahía, como Mendes, Raiola o Barnett en sus respectivas empresas, pero nada más lejos de la realidad. Sus funciones están enfocadas en otros campos, relacionados con las fundaciones y las ayudas para el crecimiento del fútbol base. Al contrario de lo que muchos piensan, los beneficios de Bahía, que funciona como una cooperativa gigante, no son los de Petón, como llegó apuntar equivocadamente la revista Forbes hace unos años. Aun así, su imagen da un caché y un prestigio a Bahía casi inigualables.
Cuando Bahía se fijó en Fernando Torres, el Niño era literalmente eso, un niño. Tenía 14 años pero su futuro era tan prometedor, que la agencia decidió cambiar su propia política y representarle cuando apenas era un adolescente. Es difícil encontrar aciertos mayores. Tres años después, con sólo 17, Fernando Torres había debutado con el Atlético y había sido uno de los héroes rojiblancos en el regreso a Primera División tras dos añitos en el infierno (2000/02). Rápidamente se convirtió en un ídolo para la afición colchonera y, al igual que al club de su vida, el Niño demostró siempre una lealtad y fidelidad poco común en el mundo del fútbol con aquellos que le tendieron la mano cuando tenía 14 años: Bahía fue su agencia durante toda su carrera.
Una carrera llena de éxitos, tanto deportivamente para el jugador como empresarialmente para Bahía. Tras años de éxito y goles en el Calderón, Fernando necesitaba crecer como futbolista y se encontró una solución beneficiosa para todas las partes. El Atlético de aquellos años no era el de ahora y aspirar a hacer cosas grandes se antojaba muy complicado. Por eso, en verano de 2007, Torres hizo las maletas y se fue al Liverpool, que pagó por él 36 millones de euros (fue el fichaje más caro de los reds hasta entonces, y el segundo más valioso de un español, sólo superado por Mendieta). En el Merseyside, The Kid, como le apodaron, tardó poco en convertirse en estrella: en su primera temporada fue tercero en el Balón de Oro y terminó el año siendo el héroe de La Roja con su gol en la final de la Eurocopa ante Alemania. Dos años más tarde llegaría el Mundial y en 2011, su salida al Chelsea, que ahora sí, hicieron de Torres el traspaso más caro por un jugador nacido en España: 58 millones de euros.
En Stamford Bridge sus números no fueron tan buenos como en Anfield, pero Torres consiguió todos los títulos que le faltaban: la Champions, en la que fue determinante con su gol al Barça en semifinales y la Europa League, en la que marcó en la final. Durante diez días, entre el 15 de mayo de 2013 y el 25 del mismo mes, Torres y su compañero Juan Mata fueron los únicos de la historia que han conseguido ser vigentes campeones del Mundial, la Eurocopa, la Champions y la Europa League. Casi nada.
Tras una breve cesión en el Milán, Torres volvió al Atlético, a su casa, en enero de 2014. El Hijo Pródigo regresó a su hogar con el palmarés que prometió traer cuando se marchó en 2007. Se fue para crecer y no volvió con las manos vacías. Ya veterano, aportó mucho a sus compañeros en los cuatro años que estuvo bajo las órdenes de Simeone y ayudó a mantener al Atlético en su estatus de ser uno de los mejores de Europa (jugó la final de Champions de 2016 ante el Madrid en la que provocó un penalti). Sin embargo, su carrera no terminó en el Wanda. Un último gran contrato le esperaba al otro lado del mundo, en Japón. Un último año en el Sagan Tosu fue suficiente para ser recordado por el club nipón, al que el propio Niño salvó del descenso en la última jornada con sus goles. Una carrera de leyenda. Bahía apostó y salió ganando. Y mucho.
Al igual que Torres, Javi Martínez abandonó el club de su vida para crecer, no si antes dejar un buen saco de billetes en las arcas de San Mamés. Cuando en 2012 el Bayern fichó al navarro, que entonces tenía 23 años, los muniqueses pagaron una cláusula de 40 millones de euros, que en aquel momento convirtieron al centrocampista español en el fichaje más caro de la historia de la Bundesliga (otro traspaso récord de Bahía). Desde entonces, Martínez lo ha ganado todo y ha acumulado 19 títulos con los bávaros. Según informan desde Alemania, esta será la última temporada del español en Múnich y todo parece indicar que el Athletic hará todo lo posible para que vuelva a vestir su camiseta.
Javi Martínez el día de su presentación con el Bayern. EFE
La otra gran venta en la historia del Athletic se produjo hace dos años con la marcha de Kepa, al Chelsea. Los blues pagaron nada menos que 80 millones de euros por el portero, que sigue siendo hasta ahora el traspaso más caro por un jugador español (una vez más, Bahía se apuntó el tanto),y que no se hubiera dado si unos meses antes Kepa no hubiera protagonizado un culebrón por su renovación y su fichaje fallido por el Real Madrid. Los blancos estaban dispuestos a pagar los 20 millones de cláusula que tenía Kepa en enero de 2018 pero a última hora, después de que el jugador pasara incluso el reconocimiento médico, se echaron para atrás. Kepa apenas tardó unos días en renovar con el Athletic, que esta vez sí le puso una cláusula de altura, aunque eso no le impidió hacer las maletas destino Londres unos meses después.