Muchos jugadores encontraron momentos estelares y títulos tras salir de los equipos en los que estaban destinados a triunfar. Algunos de ellos supusieron errores históricos.
Desde hace muchísimas décadas, cuando no había traspasos multimillonarios, ni ventanas de fichajes, ni fondos de inversión que financiaran las compras, ni Fair Play Financiero… una de las prácticas más habituales y recurrentes era la cesión de jugadores. Las razones eran (y son) múltiples aunque la principal era que un jugador que no tenía hueco en la plantilla se fogueara en otro club, gozando de más minutos y peso en el equipo al que se marchaba. En definitiva, que adquiriera experiencia (normalmente los cedidos eran jóvenes) para al final de ese periodo de préstamo volver a su club de origen ya hecho para ayudar al equipo. En los últimos tiempos, para cuadrar balances, esta fórmula se ha disfrazado como un traspaso con opciones de compra y recompra aunque el espíritu de la operación es el mismo. Muchos casos han cumplido las expectativas pero otros muchos o no regresaron o lo hicieron para volver a salir poco después, ya para siempre. Y algunos triunfaron provocando en sus clubes de origen la sensación de haber cometido un error fatal.
Etoo: el error más grave que cometió el Real Madrid en los últimos 30 años
El ejemplo paradigmático de esto es Samuel Etoo. El camerunés llegó muy joven al Madrid y tuvo dos cesiones consecutivas a Leganés y Espanyol. En el mercado de invierno de la campaña 1999-00 se marchó al Mallorca y finalmente se lo vendió definitivamente al club bermellón por 1.200 millones de pesetas. Probablemente fue el error más grave de la casa blanca en los últimos 30 años. La historia de Etoo en el Barcelona y en el Inter, fundamentalmente, estuvo plagada de éxitos y títulos. Alguien en el Madrid se arrepintió de aquello mucho tiempo. Antes y después, tanto en el Madrid como en otros equipos, hubo muchos casos de cedidos que no acabaron de regresar pero sí triunfaron lejos de casa. Aunque nunca tan doloroso como el del camerunés. Juanfran o Cheryshev son otros casos relativamente recientes.
Deulofeu, Óliver Torres o Campaña, canteranos que triunfan fuera de casa
De esta familia de jugadores que salieron para conseguir el éxito hay bastantes nombres que se nos vienen a la cabeza. Pero no hay tantos que a los directivos que decidieron deshacerse de ellos pensarán por algún momento en que cometieron un error. En el Madrid, antes que Etoo, Esnáider fue un precursor que ganó títulos tras salir del Bernabéu; Morata y Morientes le eliminaron de la Champions con sus goles, aunque las circunstancias de cada uno fueron distintas; y Cambiasso hizo una carrera top en el Inter, ganando incluso una Champions League. También el Barcelona ha tenido casos de cesiones que no fructificaron con jugadores que triunfaron fuera después de volar de Can Barça. Deulofeu está haciendo carrera en la Premier después de varias cesiones, igual que Tello, asentado en el Betis. El próximo será Rafinha, que el Celta está dispuesto a comprarlo definitivamente tras una buena temporada. En el Atlético, el caso más flagrante es el de Óliver Torres. Rechazado por el Cholo Simeone se fue cedido al Oporto, finalmente traspasado y ahora brilla en el Sevilla, un rival directo, a las órdenes de Lopetegui. El mexicano Raúl Jiménez, traspasado con opción de recompra que nunca ejerció al Benfica, y ahora pretendido por la Juve, tras triunfar en la Premier, es otro caso.
El Valencia tiene su ejemplo histórico en Palop (aunque este se marchó libre tras estar seis años a la sombra de Cañizares) y ahora lo sufre con Portu, en la Real Sociedad. En el Sevilla lo están viviendo ahora con Campaña. Después de varias cesiones, ahora triunfa en el Levante y Monchi lo quiere recuperar para que vuelva a Nervión. Otro caso es Luis Alberto, que tras ser cedido al Barça B fue vendido al Liverpool por 8 millones y ahora triunfa en la Lazio, donde en 35 partidos ha marcado 6 goles y ha dado 16 asistencias. El Villarreal recuerda un caso hace ya varios años: Martín Cáceres. Cedido por el Villarreal al Recreativo para que se fogueara. Sin llegar a debutar con el Submarino, acabó traspasado al Barcelona donde sólo jugó una temporada. El Barça lo cedió a Juventus y Sevilla y este acabó comprándolo.
El de Juan Eduardo Esnáider es uno de los primeros casos en que un descarte triunfó tras salir de un grande. El argentino fue fichado con 17 años por el Real Madrid y llegó a debutar en Primera en la temporada 1990-91. Dos cursos después volvió a alternar filial y primer equipo, jugando 15 partidos (1 gol) y levantando la Copa del Rey en 1992-93, teniendo minutos incluso en la final, contra el Zaragoza. Precisamente el Zaragoza fue su siguiente destino. Con 20 años, se fue traspasado aunque el Madrid se guardó una opción de compra.
Fue la estrella del Zaragoza campeón de la Recopa de Europa contra el Arsenal
En La Romareda tuvo dos temporadas exitosas, con dos títulos (Copa del Rey y Recopa), marcando incluso en la célebre final de la Recopa en el Parque de los Príncipes contra el Arsenal. Sus números fueron de crack: 40 partidos y 16 goles en la primera temporada y 45 partidos y 26 goles en la segunda. Le marcó tres tantos al Madrid, contra el que jugaba encendido por haberle rechazado. Pero curiosamente, el club blanco decidió recuperarle para el curso 1995-96 donde volvió a fracasar (22 partidos y sólo un gol) y lo volvió a vender al Atlético campeón de Liga, por 400 millones.
Llegó al Calderón como fichaje estrella y para sustituir a Lubo Penev. Jugó 47 partidos y marcó 21 goles, buenos números. Pero le marcó el penalti fallado en los cuartos de final de la Champions contra el Ajax. Con sólo 24 años, se marchó al Espanyol, donde jugó dos temporadas, antes de dar el salto a otro grande: la Juventus. En Turín jugó dos temporadas sin mucho éxito y volvió a ser cedido en el Zaragoza (20 partidos, 11 goles), donde ganó otro título: la Copa del Rey del año 2000-01. Luego jugó en el Oporto, Ajaccio y Murcia.
Samuel Etoo llegó de Camerún con una mochila a la Ciudad Deportiva del Real Madrid con sólo 16 años. Allí empezó a mostrar sus cualidades y enseguida fue cedido al Leganés, en Segunda, donde marcó 4 goles en 30 partidos con sólo 16 años. Con 17 debutó con el primer equipo, ante el Espanyol, club al que de nuevo iría cedido unos días después. Allí apenas jugó 32 minutos en Copa y volvió al Real Madrid en el curso 1999-00.
Fueron sus últimos meses en el Madrid, jugando seis partidos (cero goles) antes de marcharse cedido al Mallorca. En esa media temporada marcó seis goles en 13 partidos y en ese verano ganó la medalla de oro en los Juegos de Sidney con su selección. En 2000-01, con Luis Aragonés en el banquillo bermellón, llegó su primera eclosión: 13 goles en 33 partidos, con tan sólo 19 años. Tras esa temporada, el Madrid tomó la fatal decisión: vender a Etoo al Mallorca por 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros) por el 60% de los derechos. “El jugador será ciento por ciento nuestro”, declaró eufórico Mateu Alemany, entonces presidente del Mallorca. Económicamente podía sonar bien. Deportivamente, el mayor fiasco de las últimas décadas.
En el Barça ganó tres Ligas, dos Champions, una Copa y fue pichichi de la Liga
Porque Etoo, tras tres temporadas más en el equipo balear, donde ganó una Copa del Rey, jugó 165 partidos y marcó 70 goles, fue traspasado al Barcelona por 24 millones, de los que el 40% fue para el Madrid. En ese momento, el Madrid ya se había arrepentido pues lo quiso recuperar. Ya era tarde. Etoo estaba dolido por las formas en su etapa blanca (se motivaba y brillaba contra su exequipo, le había marcado siete goles con el Mallorca) y fichó por el eterno rival con sólo 23 años. En el Barcelona jugó cinco temporadas, las mejores de su carrera (199 partidos, 130 goles, cuatro de ellos al Real Madrid). Allí ganó tres Ligas, dos Champions, una Copa y 2 Supercopas de España, incluyendo un triplete en su última temporada (el Barça acabó ganado el sextete).
Además, fue máximo goleador de LaLiga en 2005-06. En su periplo barcelonista, el Madrid apenas ganó dos Ligas. Pero no paró ahí su éxito. El Barça lo incluyó como parte del pago por Ibrahimovic al Inter. Y allí, con Mourinho, formó parte de un equipo que ganó la Champions 45 años después, además de alzarse con el Scudetto, en esa misma temporada (2009-10) y el Mundial de Clubes, unos meses después. También ganó una Supercopa de Italia. Tras salir del Inter, se marchó al Anzhi ruso para completar su currículum en el Chelsea, Everton y Sampdoria, Antalyaspor y Qatar SC, club en el que se retiró. Con la selección de Camerún, además del oro olímpico, ganó dos Copas de África.
El caso de Álvaro Morata también es bastante peculiar puesto que nunca se fue del Madrid bajo la fórmula de cesión aunque sí lo hizo dos veces como traspasado. En la primera de ellas, a la Juventus, por 20 millones, desde donde fue repescado tras apear del Madrid en las semifinales de la Champions con un gol suyo en el Bernabéu. También le había marcado en la ida, en el Juventus Stadium. Morata llegó a la casa blanca en juveniles y pronto fue escalando categorías hasta llegar a debutar con el primer equipo del Real Madrid en el curso 2010-11, con sólo 19 años. Dos años después compatibiliza primer y segundo equipo y es en el curso 2013-14 cuando ya es miembro de pleno derecho del primer equipo. Ganó Champions y Copa, jugando 34 partidos y 9 goles. Pero el Madrid decidió venderlo a la Juve, después de ese curso por 20 millones.
Eliminó al Real Madrid con dos goles en la semifinal de la Champions de 2015
En Turín fue feliz, jugando 41 partidos (13 goles) en el primer año y 42 partidos (9 goles) en el segundo, haciéndose con el 9 titular en la Selección española. Pero el Madrid le recuperó ejerciendo la opción de recompra. Le veía como una alternativa a Benzema. Sin embargo, pese a que levantó cuatro títulos y marcó 19 goles en todas las competiciones, sólo jugó 26 partidos de Liga (14 de titular). Al Madrid le llegó un ofertón del Chelsea (66 millones) y decidió venderlo definitivamente. Desde su marcha, el Madrid no ha encontrado el complemento ideal de Benzema pese a que se ha gastado muchos millones en buscarlo (Mariano, Jovic…).
En el Chelsea brilló en su primera temporada (38 partidos y 12 goles) pero en la segunda empezó a sentirse desagusto y después de una larga negociación volvió a la que fue su primera casa, el Atlético, cargado de polémica por haber jugado muchos años en el Madrid. “Estoy donde quiero estar”, dijo en su presentación. Con el Atleti, marcó siete goles en media temporada y en este curso acumula 16 goles en 41 partidos con la rojiblanca. Además, está en cuartos de final de la Champions, tras marcar en Anfield, y sueña con ayudar a conseguir la primera Copa de Europa con el Atlético.
Otro caso concreto de lo que es triunfar fuera de casa es Parejo. El capitán y hoy santo y seña del Valencia, llegó al Real Madrid en infantiles desde el Coslada y pasó por todas las categorías, destacando en el centro del campo. Con 17 años ya había debutado con el Castilla y con 18 era uno de sus pilares (33 partidos y 10 goles), en Segunda B. Di Stéfano llegó a decir de él que era “el mejor canterano de La Fábrica”.
De estrella de La Fábrica a capitán y top-8 de jugadores históricos del Valencia
Tras esa temporada, el Madrid le mandó a la ‘mili’ del Queens Park Rangers pero nunca se adaptó a Inglaterra y en enero estaba de vuelta en el Madrid. Juande Ramos le dio cinco partidos, los únicos que disputó en su vida, con el Real Madrid. En el curso 2009-10, el Getafe pagó tres millones por el futbolista aunque el Madrid se guardaba una opción de recompra durante las dos siguientes temporadas. Pese a que Parejo empezó a demostrar lo que es hoy (36 partidos y 47 goles en su primera temporada; 44 duelos y 4 goles en la segunda), incluso jugando en Europa con el Getafe, el Madrid nunca se planteó repescarle.
Ahí apareció el Valencia, el club de su vida, que le fichó en 2011, cuando ya era un puntal de la Selección sub-21, por seis millones y la cesión de Moyà. El Madrid seguía sin fiarse y para dar el visto bueno a la operación se guardó una opción de recompra dos años más, además de cobrar 1,8 millones. A Parejo le costó adaptarse al principio al club de Mestalla pero, tras 9 temporadas en el club, ya hace tiempo que es capitán y el jugador más importante del equipo. Hace dos temporadas cumplió su sueño de ser internacional absoluto y en el curso 2018-19 ganó su primer título con los ché, la Copa del Rey, a las órdenes de Marcelino. Hasta hoy, ha jugado 382 partidos con el Valencia (63 goles) en nueve cursos, siendo el octavo futbolista de la historia ché con más partidos disputados, superando a Pep Claramunt hace algunas semanas.
Etoo, Morata, Parejo o Esnáider son ejemplos de lo que pudieron ser y después llegaron a ser. Pero en la actualidad hay muchos jugadores cuyos equipos dejaron salir y está por ver si acaban triunfando. De actualidad es el caso de Marcos Llorente. Madridista de cuna salió cedido al Alavés donde jugó una temporada a un extraordinario nivel, jugando incluso la final de Copa. El Madrid le recuperó pero apenas contó con él en dos temporadas. El pasado verano lo compró el Atlético, el eterno rival, por 40 millones y tras un comienzo dubitativo, fue la estrella en Anfield y ahora deslumbra en cada partido que juega. Está por ver hasta dónde puede llegar. Óliver Torres es un caso similar, a la inversa. El canterano rojiblanco está empezando a deslumbrar en el Sevilla y no se sabe hasta dónde puede llegar. El Barcelona también tiene varios casos abiertos de este tipo: Deulofeu, Munir, Tello, Rafinha o Cucurella, entre otros. Guedes es el caso inverso. El PSG lo cedió al Valencia para que se fogueara y acabó convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del Valencia.