Cuando se plantea la nueva realidad en el fútbol se habla de gradas vacías o el fin a la burbuja del mercado de fichajes. Pero el fútbol no es solo la Champions, la Liga, el Madrid y el Barça o la Segunda División. También existe un fútbol no profesional, el más modesto. Un fútbol que sigue arrastrando a sus fieles aficionados, sus grandes sustentadores, uno más local y no tan global. Ese fútbol es el que afronta la nueva realidad con más preocupación y más problemas que sortear. Ya que si la crisis derivada del coronavirus puede generar grandes pérdidas a los 42 clubes que conforman LaLiga, en el fútbol de Segunda B, Tercera y categorías regionales están en juego la supervivencia de algunos equipos.

Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes, ya advertía el pasado 1 de mayo en una entrevista en AS una de las preocupaciones que existían teniendo en cuenta la anterior crisis: "Hay que evaluar el impacto económico y hacer una comparativa con la crisis económica de 2008. Entonces, una cuarta parte de los clubes cerraron (contando todos los deportes). Es una de las alertas que tenemos puestas, que no vuelva a ocurrir". En este sentido, también apuntó Rafael Lozuán, presidente de la federación gallega de fútbol, quince días después: "Hay clubes en riesgo. Que no desaparezcan es la mayor preocupación. Hay que prepararse".

Todo apunta a que los clubes más castigados serán los de categoría regional, como señalan desde un estudio la Asociación en Defensa del Fútbol de Madrid: "El 93% de los socios de la ADFM creen que los clubes de las categorías más modestas están en peligro". No habrá que descuidar tampoco la Segunda B y Tercera. Dos categorías en las que algunos clubes  también viven casi al límite y gracias al apoyo de sus aficionados. En la mayoría no salen las cuentas para los presupuestos, y en otros muchos casos su viabilidad, sin los ingresos de abonos y taquillas.

Son estos los ingresos más importantes para los clubes, aunque también ayudas de la Federación Española de Fútbol a través del programa Impulso 23, por el que perciben hasta 202.110 euros los equipos de Segunda B y 69.200 los de Tercera. Según un estudio realizado por varios equipos de la categoría de bronce, cuyo objetivo era impulsar de una manera inmediata la creación de una Segunda B más profesional, indicaron que los ingresos de media por equipo (sin contar a los 20 clubes que son filiales o dependientes de un equipo de Primera o Segunda) descendería en torno a un 47%. Se pasaría de 1.345.463€ de ingresos a 635.309€.

Una bajada que, para alivio de los clubes, apunta que no serán tan drásticas por un motivo. Esta previsión se hizo sobre la primera teoría de tener que jugar sin aficionados hasta enero de 2021, lo que influiría en el dinero de los abonos (se estima que los 60 clubes no dependientes llegaron a ingresar casi 17 millones de euros por ese concepto) o las taquillas (casi siete millones). La tendencia actual, aunque en los playoff todavía no habrá aficionados, es que se pueda ir abriendo poco a poco los estadios, lo que daría aire a los presupuestos de los equipos. Aunque muchos clubes miran con miedo a los rebrotes el próximo otoño e invierno y que obliguen a mantener los partidos a puerta cerrada. "Sin aficionados, el futuro para muchos equipos es muy oscuro. Los ingresos que aportan son una gran parte del presupuesto y más para clubes históricos como el nuestro que tiene una gran masa social", apunta Zambrano, presidente del Recreativo. Un club que ha pasado por momentos muy delicados y que ha estado al borde de la desaparición. El estudio anteriormente mencionado pronostica que entre 4 y 6 equipos no llegarán a terminar la próxima temporada por impagos.

La presencia de aficionados en las gradas es clave no sólo por el dinero que aportan en los dos ingresos anteriormente mencionados, sino también por el efecto dominó que provoca en otras cuentas. Todos los partidos de fútbol modesto no son retransmitidos, lo que llevaría a que si no se ven los encuentros ni en las gradas ni en las casas, muchos patrocinadores dejen de poner dinero. También hay recelo respecto a las subvenciones de ayuntamientos y Comunidades Autónomas, donde esperan que pueda haber un recorte en las ayudas al deporte debido a la crisis y la focalización en ayudar a otros sectores.

La evolución del mercado audiovisual es clave en este sentido. La corriente que pedía la reestructuración de la Segunda B hacia la profesionalización lo hacía para establecer un régimen económico más estricto y, al ser menos equipos y con mayor nivel, atraer el dinero de las televisiones. Este medio podrá ser también la solución a la campaña de abonados. Footters ha mantenido conversaciones con varios clubes para incluir la suscripción a las retransmisiones online. Una solución si se ven obligados a jugar sin público. Una solución que ya utiliza el Real Jaén, uno de los clubes históricos que más pelean en los últimos tiempos por su viabilidad y que ha estado cerca de desaparecer. Una de las apuestas de su presidente fue la de crear una televisión propia para retransmitir y comercializar ellos sus propios partidos y así mantener la publicidad de los laterales del campo, las camisetas y el dinero que se ingresa por la venta de retransmisión de los partidos.

Pero no son los clubes los únicos que están apretándose el cinturón. También esta crisis ha afectado de lleno a los futbolistas. Uno de esos casos es fue el de Adrián León, del Lleida, quien compartió por Twitter el detalle de su casera y que relata en AS: "Ella sabía que estaba en el Lleida pero que ese mes le pagaría sin problemas si ella lo necesitaba, ya que nuestra nómina bajó bastante. Fue en el mes de mayo cuando salió de ella decirme que no hacía falta que le pagara el alquiler mientras estuviéramos en el ERTE y en Estado de Alarma. Se lo he agradecido en el alma y le he enviado un detalle por haberse portado tan bien". En la situación de León se han encontrado muchos otros futbolistas, ya que como él cuenta, muchos viven al día: "Estábamos acostumbrados a tener un sueldo con el que puedes pagar el alquiler y otros gastos, nos encontramos con una situación en la que casi no puedes pagarlo. Los que tienen un dinero ahorrado pueden seguir pagando sus casas, pero los que viven al día no".

Pero el problema de los ERTE en la Segunda B y Tercera está en el modo de pago que se emplea en estas categorías, ya que es un secreto a voces que en la mayoría de clubes se paga en B. Un presidente de Segunda B asegura que es una práctica que llevan a cabo el 80% de los clubes de dicha categoría. "Todo el mundo sabe que en estas categorías se paga en A y B. La Federación y el Gobierno deberían profesionalizarlo e impedir esto", dice José Ángel, jugador del Villanovense. Él es uno de los jugadores que durante el confinamiento ha alzado la voz contra la Federación exigiendo que se regule esta situación: "Afortunadamente en mi club nos están pagando religiosamente nuestros contratos y estoy muy agradecido, pero mi realidad no es la misma que en la categoría, es otra. Hay gente que solo cobra 500 euros y tiene que pagar una casa y la comida. Hay que profesionalizarlo de alguna manera y que se dé de alta a la gente. En Segunda B la mayoría viven del fútbol, en Tercera la cosa cambia. El 80% compaginan su trabajo con el fútbol. La gran mayoría cobra en B".

Al estar el fútbol no profesional parado y no apunta a volver hasta octubre, la situación para muchos jugadores es muy complicada. "Está siendo muy duro. En estas categorías los recursos económicos están muy limitados. Hay poca gente que está dada de alta en la Seguridad Social. Incluso hay equipos que teniendo subvenciones han dejado de pagar a sus futbolistas. Sin estar dados de alta no han podido cobrar ninguna prestación y como la liga no comenzará hasta octubre, habrá muchos jugadores que estén desde marzo hasta ese mes sin ver ni un euro", alerta José Ángel. "A nosotros el contrato nos lo han pagado religiosamente y hay que estar muy agradecidos por cómo se han portado. Pero en otros muchos clubes no pasa esto", recalca.

El jugador del Villanovense también advierte una de las situaciones que se pueden dar en la promoción de ascenso: "Hay jugadores en otros clubes que van a jugar gratis el playoff por la ilusión que les hace o incluso costarles dinero, ya que se van a costear ellos mismo los viajes. Muchos equipos no tienen recursos económicos para ofrecerle a los jugadores. Si no hay ingresos, no puedes ofrecerle a ningún futbolista algo que no tienes".

Al igual que hay clubes en riesgo de desaparecer, también lo hay de futbolistas. Jugadores que se verán abocados a colgar las botas ante la inviabilidad de seguir sin cobrar durante tanto tiempo. Tanto Adrián como José Ángel coinciden: "Es lógico que muchos tengan que dejar el fútbol. No todos se podrán permitir seguir sin cobrar tanto tiempo o vivir de un trabajo de media jornada con el que compaginaban el fútbol. Muchos tendrán que dejarlo". Respecto a los problemas económicos de los equipos José Ángel avisa: "Puede que algunos tengan problemas la próxima temporada porque muchos harán grandes inversiones para tratar de subir el primer año a la nueva Segunda B PRO".

Como advertía Irene Lozano, la experiencia de la anterior crisis fue muy negativa para un gran número de clubes. Sólo hace falta mirar la lista de equipos participantes en Primera y Segunda División. En lo que llevamos de siglo XXI, un total de quince que han militado en alguna de las dos categorías, ha tenido que echar el cierre. De todos ellos, sólo dos desaparecieron antes de la crisis del 2008: la UD Salamanca y el Club de Fútbol Ciudad de Murcia. El resto tuvieron que afrontar su temido fin durante la crisis o durante el periodo de Gran Recesión.

Muchos de ellos no lograron hacer frente a las grandes deudas que acumulaban y buscaron la solución de poner fin a la aventura de equipos que había durado más de cinco décadas o incluso algunos que eran centenarios. Ejemplo de ello el Club Deportivo Badajoz, fundado en 1905 y desparecido en 2012. Otros históricos que jugaron en Primera también desaparecieron, como el SD Compostela o el CF Extremadura. La gran mayoría de aquellos aficionados huérfanos, sin un equipo al que arropar, no optaron por buscarse otro equipo, sino por refundar sus clubes. Muestra de ello es Salamanca, del que nacieron dos: el actual Salamanca CF UDS (hasta la temporada pasada llamado Salmantino) y el Unionistas de Salamanca. O el curioso caso de la Unió Esportiva Figueres, cuyo máximo accionista decidió trasladar el equipo a Castelldefels y con una nueva denominación. Esto provocó que un pequeño grupo de accionistas creasen un nuevo equipo y lograsen hacer con los distintivos históricos del club original.