La evolución de la Liga española desde que no se podían inscribir extranjeros hasta la actualidad, en la que participan 197 jugadores de otros países.
A lo largo del siglo XX los movimientos migratorios fueron transformando las sociedades hasta alcanzar la denominada era de la globalización. Las fronteras se fueron estrechando, los acuerdos entre países se extendieron y la libertad para moverse se fue desarrollando por casi todos los rincones del planeta, ya fuera por turismo o por razones socioeconómicas. El fútbol bien puede servir como gran muestra para ver cómo las tendencias proteccionistas y el miedo a lo foráneo fueron desapareciendo en la sociedad para dar paso a una comunidad casi global. En España, por ejemplo, cuando se aprobó en 1926 el reglamento del profesionalismo, sólo se permitía jugar a los extranjeros en calidad de aficionado y por ello en la primera edición de la Liga (1927-28) jugaron sólo futbolistas nacionales salvo tres excepciones: el costarricense Saprissa, del Espanyol, y los barcelonistas Walter (alemán) y Plattko (húngaro). Noventa y dos años después participan 197 extranjeros de 46 países distintos en Primera División, una de las ligas más internacionales del mundo.
Desde aquella primera norma que excluía a los extranjeros del profesionalismo, el fútbol español fue abriéndose y cerrándose indistintamente con el paso de los años. La primera gran apertura se produjo en verano de 1933, en el que, tal y como relata Alfredo Relaño en su libro 365 Historias del Fútbol, las presiones del Barcelona para incluir a los brasileños Dos Santos y Jaguaré, estrellas del Mundial de 1930 que sólo podían jugar los amistosos, provocaron que en una asamblea de clubes de la Liga se aprobara, en una votación ajustadísima, la inclusión de futbolistas extranjeros profesionales. Durante la Guerra Civil el fútbol español volvió a cerrar sus puertas al mundo y no las abriría de nuevo hasta 1947. Esa etapa marcó la llegada de jugadores históricos como Kubala al Barça, Ben Barek al Atlético y Luis Hon al Real Madrid, entre otros. Seis años más tarde, en agosto de 1953, el mismo verano en el que se produjo el polémico fichaje de Di Stéfano por el Real Madrid, el muro a los fichajes extranjeros volvería a levantarse. Y así permaneció tres temporadas más hasta 1956. Esta reapertura, que duró hasta 1962, es una de las más importantes de la historia de la Liga debido a la cantidad de estrellas internacionales que aterrizaron en el fútbol español: Puskas, Kocsis, Evaristo, Czibor, Vavá, Didí, Kopa…
Mi abuelo nació en Celta, provincia de Vigo
Miguel Ángel Adorno
Desde el 62, tuvieron que pasar doce años, hasta 1974, para que la Liga volviera a abrir sus puertas. Durante ese periodo, la única excepeción fue la de los denominados "oriundos". Se les llamaba así a los jugdores argentinos que tenían antepasados españoles y podían participar como tales en el campeonato. Aquella etapa quedó manchada por numerosos escándalos de falsificación de los pasaportes para fichar futbolistas que no cumplían los requisitos. El caso más llamativo fue el de Adorno, que llegó a decir que sus abuelos nacieron en Celta, provincia de Vigo. Pero llegó la apertura del 74 y con ella cambió la historia del fútbol español con la llegada de Cruyff al Barça. Sin él, no sabríamos qué sería ahora del Barça tal y como lo conocemos. Las fronteras no se volvieron a cerrar pero sí se limitaron. Las normas fueron variando, pero en definitiva, ningún equipo podía alinear más de tres jugadores extranjeros por encuentro (llegó a limitarse a uno y dos algunos años).
Y así fue hasta la sentencia Bosman de 1995. Jean-Marc Bosman era un jugador belga que jamás hubiera sido famoso si no fuera porque el Standard Lieja le prohibió fichar por el Dunkerque a principio de los años 90. A pesar de que Bosman había terminado su vinculación con el Standard, éste le impedía salir por el derecho de retención, una práctica utilizada por los clubes para retener a sus futbolistas el año en el que concluían su contrato. Bosman se dio cuenta de que en el reglamento futbolístico no se aplicaba el derecho comunitario de la Unión Europea que permitía la libre circulación de trabajadores entre los países miembros y llevó su caso a los tribunales. El Tribunal de Justicia de la UE le dio la razón y la consecuencia de la sentencia desembocó en el derribo de las barreras proteccionistas del fútbol en Europa: desde entonces cualquier jugador con nacionalidad comunitaria no tiene ningún tipo de restricciones para jugar en otro país miembro de la UE.
Desde entonces, las reglas actuales de LaLiga permiten incluir a los clubes a tres jugadores extracomunitarios además de los extranjeros de la UE en sus plantillas.La sentencia Bosman es la gran razón de que el fútbol ampliara sus fronteras y de que la LaLiga sea una de las competiciones con más diversidad del planeta, con jugadores de cualquier rincón del mapamundi, desde Togo a México, pasando por Corea del Sur y la exótica isla caribeña de Guadalupe.
Desde hace décadas, los clubes de la Liga española han tendido a mirar a Sudamérica para abastecerse. La magia de los brasileños, la clase y el ímpetu de los argentinos y la garra de los uruguayos siempre han sido condiciones del agrado del aficionado nacional, que espera de estos jugadores un plus de calidad extra que entienden que es más difícil de encontrar en Europa. Tanto es así que entre los tres países citados hay 61 jugadores en Primera División (23 de Brasil y Argentina y 15 de Uruguay), casi un tercio del total de los extranjeros que juegan en LaLiga.
A pesar de que las primeras figuras en llegar a España desde el otro lado del Atlántico fueron los brasileños Dos Santos y Jaguaré, que recalaron en el Barça, los equipos españoles han apuntado históricamente un poco más al sur, a Argentina, el país que más jugadores extranjeros ha aportado a nuestro campeonato: 556. Y cómo no iba a serlo cuando al repasar la lista de jugadores aparecen los nombres de Di Stéfano, Rial, Kempes, Maradona Valdano, Simeone, Redondo, Messi, Agüero... Casi nada.
Pocas dudas hay de que Di Stéfano y Messi son los dos jugadores extranjeros más importantes de la historia de la Liga, con permiso de Cristiano Ronaldo. Ambos batieron (en el caso del azulgrana sigue haciéndolo) todos los registros goleadores posibles en sus respectivos clubes, a los que elevaron a lo más alto del panorama futbolístico. Maradona dejó maravillas en el Barcelona pero las lesiones y el poco tiempo que duró en Can Barça le impidieron tener la relevancia mundial que se ganaría en el Nápoles y la selección argentina. Con jugadores así, lo raro sería que en Argentina no existiera la pasión con la que se vive el fútbol después de haber visto nacer a tres de los más grandes de siempre. Con semejante historial, es lógico que el país del Papa Francisco I sea una de las fábricas de jugadores más importantes del planeta y, por suerte, España es su principal comprador.
El jugador de Ligue 1 es la conjunción perfecta entre un precio asequible y de alta eficiencia
Monchi
"El jugador de Ligue 1 es la conjunción perfecta entre un precio asequible y de alta eficiencia", es una frase de Ramón Rodríguez Verdejo, más conocido como Monchi. El director deportivo del Sevilla lleva años reforzando a su equipo con fichajes procedentes del fútbol francés (Ben Yedder, Koundé, Diego Carlos, Gameiro, Nzonzi…) y los éxitos del equipo hispalense han servido como referencia para muchos otros clubes, que han visto en el mercado de la Ligue 1 una amplia y generosa oferta para satisfacer sus demandas.
Si a ello le sumamos la viralidad que ha dado el último Mundial a los jugadores de la selección francesa, de los cuales bastantes militan en los grandes equipos de Primera (Varane, Griezmann, Umtiti, Lemar…) se llega a la explicación de por qué Francia es, tras Argentina y Brasil, el país que más jugadores aporta a LaLiga (22). De hecho, en la temporada 2016-17, los franceses eran el grupo de extranjeros más numeroso; llegaron a ser 34.
Destino de campeones del Mundo
Sin contar a la Selección española, Francia es el país que más campeones del Mundo ha aportado a la Liga: 20. Del 98 Zidane y Karembeu jugaron en el Real Madrid; Henry, Blanc, Petit y Dugarry, en el Barcelona; Pirés, en Villarreal; Deschamps en Valencia; Trezeguet, en el Hércules y Lizarazu, en el Athletic. De los actuales campeones del Mundo, Varane continúa en Real Madrid al igual que Areola, que antes jugó en el Villarreal; Griezmann lo hace en el Barça junto Umtiti y Dembélé, previo paso por el Atleti, donde coincidió con Lemar y Lucas Hernández; Rami jugó en Valencia y Sevilla, en el que también jugó Nzonzi, mientras que Fékir fichó esta temporada por el Betis.
Hasta el último Mundial de Rusia, eran los brasileños los que lideraban esta clasificación de campeones del Mundo extranjeros (19). Vavá y Didí, que ganaron el Mundial de Chile 62, jugaron en Atlético y Real Madrid, respectivamente. Mauro Silva y Bebeto (Deportivo), Leonardo y Viola (Valencia) Romario (Barcelona y Valencia), Mazinho (Celta y Valencia), Rocha (Real Madrid), Cafú (Zaragoza) y Ronaldo (Barcelona y Real Madrid) fueron campeones en EEUU 94. Los dos últimos también lo serían en 2002, junto a Ronaldinho (Barcelona), Rivaldo (Deportivo y Barcelona) Belletti (Villarreal y Barcelona), Edmilson (Zaragoza, Villarreal y Barcelona),Roberto Carlos y Kaka (Real Madrid), Denilson (Betis) y Juninho (Atlético Madrid)
Leo Messi (24 de junio de 1987) es el hombre récord de LaLiga. Para empezar puede presumir de que ningún jugador extranjero ha disputado más partidos que él en la competición española (474 hasta la fecha). El argentino es el único delantero de un top-10 en el que la mayoría de futbolistas (seis) son brasileños (Donato, con 466, y Dani Alves, con 422 son segundo y tercero respectivamente). Además, con 438 goles, con 0,92 goles por partido es el máximo goleador histórico de la competición, superando a Cristiano (311) y Zarra (251). Precisamente igualado con éste último, el '10' del Barça es el jugador que más veces ha terminado la temporada como pichichi; un total de seis ocasiones. Por último, Messi tiene también la máxima cifra de hat-tricks anotados (36) por encima de los 34 de Cristiano Ronaldo y los 22 de Di Stefano.
Históricamente, el fútbol asiático ha tenido siempre muy poco que ofrecer, sin embargo los tiempos cambian. En el fútbol actual cada vez es más normal ver a jugadores asiáticos en LaLiga (ahora hay cinco) pero hasta el año 2000, en España sólo habían jugado tres hombres nacidos en ese continente: Larrauri, Amestoy y Uriarte. Los tres nacieron en Filipinas y jugaron en España en los años 30, cuando todavía quedaban reductos familiares entre ambos países por la relación colonial, que terminó en 1898 con la independencia filipina. Sus raíces españolas impidieron que se les incluyera como extranjeros cuando el reglamento sólo permitía jugar profesionalmente a los futbolistas nacionales.
Fue en el año 2000 cuando Real Valladolid rompió la barrera de los fichajes asiáticos con la incorporación del japonés Shoji Jo. Poco a poco fueron llegando más futbolistas procedentes del continente asiático como los surcoreanos Lee Chun Soo (Real Sociedad en 2003) y Ho Jung Lee (Racing en 2006) y los japoneses Nishizawa (Espanyol, en 2001) y Okubo (Mallorca, en 2005). Ninguno triunfó, ni siquiera Nakamura, la gran estrella japonesa de principios de siglo que triunfó en el Celtic pero que no se consagró en el Espanyol, al que llegó en 2009.
El mercado chino se va a desarrollar y tenemos que estar muy bien posicionados
Javier Tebas
No fue hasta mediados de esta última década cuando comenzó la expansión asiática por LaLiga. El merchandising y los acuerdos de algunos clubes con fondos de inversión y patrocinadores han hecho que varios equipos hayan cerrado fichajes de países con poca tradición futbolera como son China, Qatar y Arabia Saudí, y aunque muy pocos tengan relevancia deportiva en su club, salvo excepciones como Kangin Lee en Valencia y Wu Lei en el Espanyol, su impacto mediático es un filón. "Tras la llegada de Wu Lei, el mercado chino se va a desarrollar y tenemos que estar muy bien posicionados", dijo Javier Tebas, presidente de LaLiga después de que el día de su debut un partido del Espanyol fue visto por más de 40 millones de personas en China. Asia es un continente por explorar, pero muy goloso para el que quiera apostar: sin ir más lejos, el Madrid fichó esta temporada al joven japonés Take Kubo. Si le sale bien, será un "boom".