"Si me fueran los tíos, Futre sería mi novio"
"Si me fueran los tíos, Futre sería mi novio"

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"Si me fueran los tíos, Futre sería mi novio"

El portugués, en 1987, fue el primero de la larga lista de fichajes que realizó Jesús Gil. Los hubo brillantes y desastrosos y alrededor de ellos el entonces presidente del Atlético dejó frases para el recuerdo.

F.J.Díaz
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¿Tú eres Futre? Pues a ti te he fichado yo". Así comenzó la especial relación que mantuvieron Jesús Gil y Paulo Futre, el futbolista portugués que había maravillado en la final de la Copa de Europa 1986-87 y que Gil acababa de contratar. Jesús Gil fue presidente del Atlético desde 1987 a 2003. No fue un dirigente al uso, se convirtió en una persona diferente y desde el principio lo mostró con algo que parecía imposible: el fichaje de la joven estrella lusa, el jugador que estaba llamado a marcar una época en el fútbol europeo. Gil tuvo aciertos y errores a lo largo de sus años de presidencia: ganó una Liga y tres Copas y vio cómo el Atlético descendió a Segunda División. Resultó polémico desde su primer día hasta el último.

Bajo su mandato intentó de todas las maneras posibles que el equipo rojiblanco fuera importante tanto en España como en Europa. Lo logró a cuentagotas, pero no fue porque no lo buscara. Gil fichó a futbolistas de la talla de Futre, Manolo, Schuster, Kiko, Caminero, Pantic, Juninho, Vieri, Lardín y Hasselbaink. Estrellas rutilantes, jugadores importantes, internacionales, fichados a golpe de talonario. Con algunos de ellos tuvo sus más y sus menos, y la figura de Futre lo representa a la perfección. "Gil tenía defectos, el temperamento, a veces la falta de paciencia... pero era bueno y generoso", señala Futre, para muchos uno de los mejores jugadores que ha vestido la camiseta del Atlético y que siempre consideró a Jesús Gil casi como un segundo padre. "Si me fueran los tíos, Futre sería mi novio", llegó a decir el mandatario acerca del delantero.

"Soy un ganador y quiero ganadores"

La historia en el Atlético de Jesús Gil, del que se cumplen 16 años de su muerte, comenzó un 26 de junio de 1987. El 24 de marzo había fallecido a los 73 años Vicente Calderón al sufrir un paro cardiaco. El vicepresidente Javier Castedo asumió las funciones presidenciales y el 4 de mayo fue la fecha fijada para el inicio de la campaña electoral. Se presentaron cuatro candidatos: Jesús Gil, Agustín Cotorruelo, Salvador Santos Campano y Enrique Sánchez de León. El 26 de junio se formaron largas colas en los accesos al estadio y la afluencia de votantes fue mayoritaria. Gil ya había dado un golpe de efecto al fichar a Paulo Futre. La noche anterior a las elecciones presentó al crack en la sala de fiestas Jácara, de Madrid. La expectación mediática fue enorme y, si Gil salía presidente, Futre vestiría de rojiblanco. Así sucedió. Jesús Gil se convirtió en el vigésimo sexto presidente de la historia del Atlético de Madrid. Tenía 54 años cuando accedió a la presidencia y había sido directivo cinco meses con Vicente Calderón en 1982. El 8 de julio tomó posesión de forma oficial como presidente del club.

"Gil tenía defectos, el temperamento, a veces la falta de paciencia... pero era bueno y generoso"

Paulo Futre

El día 27 de junio el Atlético jugó la final de Copa del Rey ante la Real Sociedad en Zaragoza y el presidente se desplazó en tren a la ciudad aragonesa acompañado de Futre, devorado por los seguidores rojiblancos que llenaban los vagones. El día 30, tras la final, Gil habló con la plantilla: "Soy un ganador, sólo quiero ganadores y me gustaría saber quiénes son los jugadores de la plantilla que no tienen ese carácter porque ésos nos sobran". Una declaración de principios. Futre lo fue todo para Gil. Fue su gran amor deportivo. Construyó una capilla en la finca de Valdeolivas para bautizar a los hijos del astro portugués. "Paulo, tienes que casarte y bautizar a tus hijos", le repetía constantemente.

Baltazar firma su contrato con el Atlético.
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Baltazar firma su contrato con el Atlético.

A Gil le faltó paciencia para formar equipos y desde el inicio fue devorando entrenadores y jugadores. En su primer año fichó, además de Futre, a Goicoechea, Eusebio y repescó a Marcos. Echó a Luis Aragonés de entrenador y trajo a César Luis Menotti. El equipo acabó tercero. En la segunda temporada llegaron Baltazar, Donato, Manolo, Orejuela, Torrecilla, Luis García, Carlos y Sergio Marrero. El equipo finalizó en cuarta posición.

A la siguiente campaña, con Javier Clemente en el banquillo, se incorporaron Pachi Ferreira, Pizo Gómez, Bustingorri y Abadía. El Atlético repitió el cuarto puesto. Manolo sí hizo historia en el Atlético y formó una buena pareja de delanteros con Futre. En la campaña 91-92 fue máximo goleador liguero con 27 goles.

Rodax y Jesús Gil, en 1990.

Rodax y Jesús Gil, en 1990.

En la década de los 90 Gil siguió contratando jugadores. Fichó a Rodax, delantero de la selección austriaca, Juanito, Vizcaíno, Pedro, Sabas... Esa campaña 90-91 el Atlético fue segundo y ganó la Copa, ante el Mallorca. El 9 de octubre llegó Schuster, que dejó el Real Madrid para vestirse de rojiblanco, y con el que también tuvo sus más y sus menos. "He agotado todas las posibilidades por respetar sus creencias", llegó a decir Gil, tras un altercado que tuvo con Schuster y su tardía recuperación de tobillo. Schuster y Gil habían compartido otra pasión además del fútbol, los caballos. Incluso el presidente le regaló uno al centrocampista alemán.

El Atlético, en la campaña 91-92, volvió a ganar la Copa, esta vez en el Bernabéu y ante el Real Madrid (como siempre ha hecho cada vez que se ha medido por este título contra el conjunto blanco), en una noche histórica para Gil y todos los atléticos. Ese año se produjo uno de los fichajes más rocambolescos, el de Losada, a quien firmó por 200 millones de pesetas y fue un chasco. Un año más tarde, campaña 92-93, el mexicano Luis García fue el fichaje más sonado, pero sólo funcionó a medias. Ésa fue la temporada en que suprimió la cantera y dio con Raúl en el Real Madrid, y también la de la conversión del club en Sociedad Anónima Deportiva.

"Kosecki es un mercenario, un tontito, un imbécil y cuando antes se vaya, mejor".

En el ejercicio 93-94 el Atlético se clasificó en el puesto 12. El año de Jair Pereira, Cacho Heredia, Emilio Cruz, José Luis Romero, Iselín Ovejero y Jorge d'Alessandro en el banquillo. Llegaron Caminero, Kosecki, Kiko, Quevedo, Tilico, Moacir, Pirri, Benítez, Maguy y Soler. Triunfaron Caminero y Kiko, a quienes les costó acoplarse en el equipo, pero explotaron posteriormente a las órdenes de Antic. Caminero llegó del Valladolid y Kiko del Cádiz, y se convirtieron en dos jugadores importantes del Atlético. Dos de los mejores de la etapa de Gil. El regate de Caminero a Nadal el año del doblete es una de las imágenes de ese campeonato, lo mismo que el gol de Kiko al Albacete, el día del título. Kosecki fue todo lo contrario. Había explotado en Osasuna, pero en el Atlético no funcionó y Gil se mostró muy duro: "Kosecki es un mercenario, un tontito, un imbécil y cuando antes se vaya del club, mejor".

Quería a Prosinecki, pero finalmente llegó Pantic

En la campaña 1994-95 llegaron, entre otros, Simeone y Geli, quienes sí cuajaron. Pero también fue el ejercicio de los fracasos de El Tren Valencia y de Dobrowolski. "Al negro le corto el cuello. Ya estoy harto de aguantar". La temporada se podría resumir en esa frase para con el ariete colombiano. En la temporada 1995-96 llegó, por fin, el éxito esperado. Firmó a Antic para el banquillo y Gil incorporó a Pantic cuando en realidad quería a Prosinecki. "Tráeme a Pantic. Descuéntamelo de mi nómina", le llegó a decir Antic, ante las dudas presidenciales. Pero Pantic fue uno de los fichajes más rentables: 360.000 euros y acabó teniendo un busto en el Calderón. También llegaron Molina, Santi, Penev, Roberto, Correa, Biagini, Fortune.... El Atlético ganó Liga y Copa, su primer doblete. Gil engalanó las calles de Madrid de rojo y blanco, paseó a Imperioso, su caballo favorito, y dijo aquello de "ya me puedo morir tranquilo, pues tenía un sueño y lo he cumplido". Un Atlético, al fin, campeón.

No duró mucho la alegría. Al año siguiente recalaron Pablo Alfaro, Bejbl, Esnáider, Paunovic, Tomic...

Y en la temporada 97-98 Gil tiró la casa por la ventana. Fichó a Vieri, Juninho, Lardin, Andrei, José Mari, Jaro, Bogdanovic... Vieri recaló desde la Juventus y mostró sintonía con el presidente: "Me gusta porque tiene pelotas, como yo", dijo Gil. Sólo estuvo un año, pero dejó un gol para el recuerdo en Europa: el conseguido ante el PAOK desde la línea de fondo, sin apenas ángulo. Marcó 24 tantos en 24 partidos ligueros. Juninho venía de Inglaterra y mostró su gran clase. Una entrada terrorífica de Míchel Salgado le dejó secuelas y ya no fue el mismo. Y también llegó Lardín, azote del Real Madrid. "¿Su cláusula es de 4.000 millones (de pesetas)? Es muy baja. Nos lo quitan", llegó a decir el día de su presentación.

La apuesta por Vieri y Juninho

La era Sacchi trajo en la temporada 1998-99 un montón de fichajes: Chamot, Jugovic, Mena, Njegus, Serena, Torrisi y Valerón. Y al año siguiente se produjo el descenso, en una de las temporadas más nefastas de la historia de la entidad. Y eso que llegaron jugadores contrastados como Capdevila, Gamarra, Hasselbaink, Hugo Leal, Celso Ayala, Toni Jiménez... Fue el año de Ranieri y que acabó de nuevo Antic. Y entre medias la intervención judicial del club, la Guardia Civil en el Calderón y unas imágenes que quedaron para siempre. Una etapa convulsa y el equipo se fue a Segunda.

"Me gusta Vieri porque tiene pelotas, como yo"

Los dos años del infierno fueron duros, durísimos, pero trajeron una gran noticia: un chaval de la cantera, Fernando Torres, se abrió paso y comenzó a forjar su leyenda en el club de sus amores. Llegaron Iván Amaya, Carcedo, Carlos, Cubillo, Dani, Juan Gómez, Hernández, Hibic, Lawal, Llorens, Antonio López, Salva, Sergio y Zahínos. Salva tenía ofertas de equipos importantes de Primera, pero prefirió vestirse de rojiblanco.

Jesús Gil con su caballo, Imperioso.

En el segundo y definitivo intento para ascender, Gil fichó a Diego Alonso, Armando, Germán Burgos, Carreras, Colsa, Del Pino, Garcia Calvo, Jesús, Movilla, Nagore, Ortiz, Otero, Stankovic... Y, por fin, el Atlético retornó a Primera. Y Gil renovó prácticamente toda la plantilla. Sergi, José Mari, Coloccini, Albertini, Javi Moreno, Contra, Jorge Larena, Esteban... Por Javi Moreno y Coloccini, Jesús Gil pagó 12 millones de euros. El presidente pudo asistir, tranquilo, a los actos del centenario de un Atlético que poco a poco, peldaño a peldaño, empezaba a recuperar su sitio en el fútbol español.

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