El conjunto bretón se clasificó por primera vez a la Champions League. François Pinault es dueño de la entidad, y ha invertido una gran cantidad de dinero.
Hubo un tiempo en el que el Rennes fue uno de los equipos con más mala suerte del fútbol francés. Hasta hace un año, el conjunto bretón era el club francés que más finales había perdido en este siglo, con 3. Dos de ellas fueron contra el EA Guingamp (Coupe de France de 2009 y 2014), su máximo rival, y que no dejaron establecerse definitivamente a los "Rouge et Noir" como uno de los mejores equipos de Francia.
Antes de la victoria en 2019 en la Copa de Francia, el último torneo del Rennes era la Copa de 1971. Un trofeo que, misteriosamente, desapareció de las vitrinas del club, incrementando todavía más la incertidumbre sobre una entidad que tenía como objetivo asentarse dentro del fútbol francés.
François-Henri Pinault (1936, Champ-Géraux) es una de las personalidades con más fortunas del mundo. El multimillonario adquirió el Rennes en 1998, con el objetivo de darle una nueva dimensión a la ciudad en la que se formó. Rico, valiente y atrevido, Pinault concibió el club como un negocio. Desde su llegada, ha sido de los pocos equipos franceses que no ha tenido déficit en ninguna temporada, y cuyas cuentas han sido referencia en el país galo. Una relojería suiza en materia financiera, que no se correspondía en la deportiva.
El Rennes se ha clasificado para la Champions por primera vez en su historia
Pinault no tuvo en Francia el impacto que sí tuvieron los Al-Khelaïfi o Ryboloblev. Salvó al club de su ciudad de la quiebra, invirtió fuerte los primeros años (fichajes como Luca Severino o Mario Tardó rompieron el patrón de las temporadas posteriores), pero no siguió nunca un modus operandi claro para asentar las bases del equipo. Eso sí, recuperó poco a poco la identidad de un Rennes que vivía horas bajas cuando el empresario francés aterrizó. Los aficionados siempre le han cuestionado donaciones como la de Notre Dame, ya que nunca ha invertido 100 millones de € en el equipo de fútbol y sí en una catedral. No obstante, los fichajes de Ismaïla Sarr (17 millones de €), Raphinha (21.5 millones) y Mbaye Niang (15 millones), han cambiado radicalmente la política fichajes del Rennes en los últimos años. Ahora el objetivo es entrar en Champions, y no acabar entre los diez primeros de la Ligue 1.
La cantera, fuente para obtener resultados
Aunque económicamente el Rennes es un club puntero de Francia, de donde viene la mayoría del éxito es de la cantera. Bajo la dirección de Pinault, el equipo ha conseguido dos Copas juveniles (2003 y 2008), además de batir el récord de ser nombrado mejor centro de formación, lográndolo de forma consecutiva de 2006 a 2011.
El último jugador que ha despuntado en la cantera ha sido Eduardo Camavinga
La etapa de apogeo llegó a principios de la década pasada. Jugadores como Yann M'Vila, Aboulaye Doucouré, Tiemoué Bakayoko u Ousmane Dembelé, explotaron a edades muy temranas en el Rennes y se erigieron como grandes futbolistas. La aparición del jugador del Barcelona en la Ligue 1, es quizá la de mayor impacto en los últimos años junto a la de Kylian Mbappé.
Por Rennes también pasaron Anthony Revèillere, Jimmy Briand o Yoann Gourcuff, cuyo padre fue de los primeros entrenadores que tuvo Pinault bajo su mandato, y que fichó por el Milan en 2006, antes de convertirse en una de las mayores promesas del fútbol francés en el Girondins de Burdeos.
La clave del éxito de los bretones en su cantera se basó en un modelo que fue pionero para el resto de equipos franceses, y que copió Aulas para el Lyon. Los jugadores no solo se forman en el terreno de juego, sino también en las aulas. Pinault focalizó la formación en la educación, y el éxito se incrementó rápidamente. El último jugador que ha despuntado en la cantera ha sido Eduardo Camavinga, que con 17 años ha dominado la Ligue 1 con una superioridad impropia de un jugador de su edad, acaparando el interés de los grandes de Europa.
Julien Stephan, una travesía histórica en el club
Si algo ha caracterizado a Pinault es que no le tiembla el pulso para tomar decisiones. En noviembre de 2018, René Ruello, presidente del Rennes, y Sabri Lamouchi, entrenador, eran destituidos de sus respectivos cargos. Olivier Letang, ex director deportivo del PSG, y Julien Stephan, entrenador del filial, hacían acto de presencia en medio de una crisis deportiva en la que el equipo se encontraba a pocos puntos del descenso.
La historia pudo cambiar para el Rennes si semanas antes del nombramiento de Stephan, el técnico se hubiera unido a Thierry Henry. La leyenda del Arsenal sustituía a Leonardo Jardim como técnico del Mónaco y llamó al que por aquel entonces era entrenador del filial para que fuera su segundo en el conjunto monegasco. Stephan estuvo a un paso de aceptar la oferta, pero esperó su oportunidad y el destino le brindó un futuro impensable por aquel entonces.
Sin revoluciones, Stephan es uno de los máximos exponentes de la "escuela Deschamps". Su padre, Guy Stephan, es el ayudante del seleccionador francés en "Les Bleus". Influenciado por un estilo rocoso, pragmático y que busca la solidez como máximo exponente, el Rennes escaló posiciones en la Ligue 1, y adquirió una identidad que no había tenido en los 20 años de mandato de Pinault.
En apenas meses, el Rennes desafió a la mala suerte y se convirtió en uno de los equipos de moda del fútbol francés. Eliminó al Betis en los dieciseisavos de la Europa League y rozó los cuartos, en una eliminatoria frenética contra el Arsenal que se decidió en el Emirates tras haber vencido el equipo francés 3-1 a los "Gunners" en el partido de ida. Pero sin duda, el gran éxito llegó en la Copa de Francia.
Tras 48 años de sequía, el Rennes conseguía el título que llevaba buscando durante más de cuatro décadas. Lo hizo contra el gigante inalcanzable del fútbol francés, el PSG y tras remontar un 2-0 adverso en la final. La tanda de penaltis más agónica del siglo en Francia le brindó la oportunidad a Stephan de estrenarse como entrenador y de dar un golpe de autoridad, ya que los parisinos se habían alzado con el título en las cuatro últimas ediciones.
Stephan le dio al Rennes un título 48 años después
Un año después, el Rennes ha conseguido clasificarse por primera vez a la Champions League -previa, accedería directo si el campeón de la Europa League consigue el billete a Champions por su Liga-, en otra temporada histórica para el club, y con un Stephan que ha asentado un 4-4-2 sin fisuras y con la figura de Eduardo Camavinga como máximo exponente del éxito del club. Sin embargo, el proyecto del entrenador pudo llegar a su fin en noviembre, tras una mala racha que le pudo costar el puesto.
Las relaciones entre Stephan y Letang llegaron al límite a principios de temporada. El presidente estuvo a un paso de destituir al joven técnico, tras una mala racha de resultados en las que este le reprochó la falta de fichajes en el mercado. Letang, sin embargo, fue destituido en enero, tras conocerse que estaba negociando la venta de Camavinga al Real Madrid a espaldas de Pinault. Llegaría Holveck a la presidencia del club, trayendo consigo el objetivo de regenerar la estructura deportiva del Rennes, y "robándole" al Lyon a Flo Maurice, director de reclutamiento del conjunto del Ródano y descubridor de talentos como Ferland Mendy o Ndombelé.
En apenas año y medio, el Rennes ha pasado de ser un equipo de la zona media de la Ligue 1, a ser uno de los mejores de Francia. El trabajo de Stephan desde el banquillo ha sido extraordinario, dotando de identidad y de recursos al que hasta no hace mucho tenía como prioridad tener mejores cuentas económicas que deportivas. Una travesía corta, pero eficaz y que ha sido referencia en el fútbol francés.