Barcelona campeón
Barcelona campeón

DEPORTIVO 2-BARCELONA 4

Barcelona campeón

La Liga que empezó con un Barça en estado de shock, acabó siendo ganada por el equipo blaugrana con una autoridad insultante ante sus rivales. Completando hasta la fecha un campeonato casi perfecto, el equipo de Valverde ha ido aumentando la distancia que le separaba de sus perseguidores, que no han podido seguir el ritmo del campeón.

Del estado de shock a una autoridad insultante

El estado de shock

La temporada empezó con un Barcelona en estado de shock. La marcha de Neymar, de la que por lo que parece se enteró todo el mundo antes de que la directiva empezara a sospecharla y, lo que es peor, planificar el relevo, dejó al equipo aturdido. Los fichajes no llegaban, el primero en incorporarse fue Paulinho, que no fue precisamente recibido como el salvador del equipo. Además, el primer envite oficial de la temporada supuso un dolor de muelas para el Barcelona, que se vio superado por el Madrid en la Supercopa jugada a doble partido. En esos momentos, la sensación generalizada era que nadie daba un duro por el Barça y que el Real Madrid iba a ganar la Liga de calle y que si se dejaba algún punto en el camino, sería por un mero accidente.

Empezar de cero

Valverde tuvo que ponerse a trabajar desde la nada. Lo primero que hizo fue asentar el esquema defensivo del Barça y colocar a Messi lo más cerca posible del área. Los fichajes prometidos, o no llegaban, caso de Coutinho, o llegaban tarde (por no hablar de los precios) y con falta de entrenamientos en sus piernas. Dembélé, que legaba como sustituto de Neymar en el tridente, no acababa de arrancar porque le faltaban sesiones de pretemporada. En ese momento, Messi se echó el equipo a la espalda con un inicio de Liga espectacular, que combinado con los despistes del Madrid y del Atlético dieron confianza a un Barça que, si bien no enamoraba, demostró un amor propio y una competitividad fuera de toda duda.

El desastre y el héroe inesperado

Getafe fue un punto de inflexión en la temporada del Barcelona. En un partido jugado a primera hora de la tarde ante un campo seco y un rival que siempre le pone las cosas complicadas al Barcelona, Dembélé, que venía de tener una actuación prometedora ante la Juventus en la Champions se lesionó de gravedad en el minuto 13. El equipo madrileño se adelantó y el partido se le puso muy cuesta arriba al Barcelona. Entonces compareció en el campo el héroe inesperado: Paulinho marcó el tanto del empate para que luego, Denis Suárez culminara la remontada. El brasileño, que llegó como sospechoso firmó un primer tercio de campeonato espectacular de cara a portería. Llegaba sin haber hecho pretemporada, empalmando la Liga China con la española y en plenitud física. El bajón le sobrevino a partir de enero, pero su trabajo fue encomiable y determinante en el inicio de temporada, a pesar de ser un jugador de poco perfil Barça.

Evolución de la clasificación de La Liga 2017/18

Suárez se apunta a la fiesta

Pero por encima de Paulinho, era Messi el que tiraba del carro del equipo con sus goles. Asumió el argentino una responsabilidad de cara a portería que compensaba la sequía de Luis Suárez, quien en la Supercopa de España se había lesionado en la rodilla y sobre el que planeó incluso la sombra del quirófano para retirarle unas adherencias que le impedían rendir a plena satisfacción. No obstante, tras un tratamiento conservador, solventó sus dolencias y apareció en el mes de noviembre como el cazador que es. Su tanto en el Wanda Metropolitano evitó la que se intuía como la primera derrota del Barça.

El jardín del Barça

El Barça se destacaba en la Liga, cuyo último partido antes del parón de Navidad era el Clásico. Al Madrid no le quedaba otra que ganar al Barcelona en el Bernabéu para tratar de evitar la escapada catalana en la primera mitad del campeonato, pero de nuevo, el Bernabéu volvió a ser el jardín del Barça y, más concretamente de Messi. Llegaba el Madrid a ese partido tras haberse proclamado campeón del mundo de clubs y el Barça no quiso hacerle el pasillo. Se lo hizo el Madrid al Barça en la jugada del primer tanto blaugrana en la que Rakitic pasó por en medio de todo el equipo blanco para poner en ventaja al Barça. A partir de ese momento, reinó Messi sobre el césped y Keylor evitó un desastre mayor. Las Navidad fuee blaugrana.

La cuesta de la Copa en enero

El Barcelona lo pasó mal en enero, pero aguantó el tipo. le penalizó el esfuerzo en la Copa, con dura eliminatorias ante Celta, Espanyol y Valencia. Ante los pericos, los de Valverde perdieron su primer partido del curso, pero en la Liga seguían sin perder. No obstante, el que empezó a sumar de tres en tres fue el Atlético de Madrid, ya reforzado con Diego Costa y sin el peaje de la Champions ni la Copa. El Barça, con muy pocas rotaciones, vio como se le acumulaba la Champions y la Liga y se cedieron unos empates (Las Palmas, especialmente) que permitieron al conjunto de Simeone soñar con dar caza al Barça. Todo iba a decidirse en el Camp Nou el día de la visita del Atlético de Madrid.

Messi dice que se acabó

Ese día, el Barcelona derrotó al Atlético con un estratosférico gol de Messi de falta que echaba el cerrojo a la Liga. Le quedaban al Barcelona algunos desplazamientos complicados y eso provocó falta de rotaciones que se pagaron en la Champions con el desastre de Roma. Pero el Atlético, metido también en harina europea (Europa League) y ya desanimado empezó a fallar, mientras que el Madrid no era ni una amenaza a esas altura de campeonato. Valverde, tras el batacazo de Roma empezó a rotar algo más para preparar la final de Copa de la semana pasada en la que el Barça fue un avión supersónico que despedazó al Sevilla. El Barça, que ya a partir de entonces jugó cada minuto como homenaje a Iniesta, se quedó a un punto de reconquistar una Liga que lleva dominando de manera caciquil en la última década. El día ha llegado. Barça campió.

El 1x1 del campeón

Ter Stegen, Alba, Rakitic, Iniesta, Messi y Suárez, los sobresalientes. André Gomes y Dembélé, las grandes decepciones. Paulinho, un fichaje rentable.

Una vez más, Lionel Messi ha sido el gran líder del Barça, que ha conquistado su séptima Liga en los últimos diez años y la número 15 desde que Cruyff llegó al Barça para cambiarle la cara al club hace 30 años. Alrededor de Messi, toda una guarda imperial: Ter Stegen en la portería, Piqué en defensa, Rakitic y Busquets en el medio y Suárez arriba. Y, por supuesto, capítulo aparte para Andrés Iniesta. Probablemente el futbolista más importante de la historia del fútbol español, que se va en la cima.

  • Su mejor año. Decisivo, especialmente al principio de temporada cuando el equipo estaba cogido entre alfileres. Sus paradas permitieron que el Barça saliese vivo, por ejemplo, del Wanda, de Girona, Villarreal, Leganés o Valencia. Maduro y dominador del espacio y el tiempo.

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  • Su temporada se ha vuelto a reducir a la Copa y a un solo partido de Champions por lo que no es posible valorar su participación en Liga. Tiene una correcta relación con Ter Stegen en el día a día. Tiene ofertas pero está cómodo en la Ciudad Condal y podría seguir.

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  • Con altibajos. Se trata de un jugador con margen de progresión. Le perseguirá su error en Roma en Champions pero en LaLiga ha cumplido aunque ha sido suplente de Sergi Roberto. Rápido, se incorpora bien el ataque. Debe mejorar varios conceptos defensivos.

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  • A buen nivel todo el año en un Barça muy serio en defensa y que ha encajado pocos goles. La presencia de Busquets en el doble pivote con Rakitic ha blindado al Barça y eso le permite jugar tranquilo. Líder de la defensa. Ha renovado su contrato esta temporada.

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  • Espectacular. La marcha de Neymar le dejó la banda izquierda libre. Tanto para dar casi una decena de asistencias a Messi, con quien el entendimiento es perfecto. Más seguro en defensa, más maduro en sus comportamientos y brillante en ataque.

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  • Flojo. Señalado en algunos partidos como en el 1-1 contra el Espanyol. No es competencia para Alba en la izquierda y, pese a su comportamiento extremadamente profesional, su nivel le da por poco para ser segundo lateral del Barça. Podría pedir salir este verano.

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  • De más a menos. Empezó a un nivel altísimo pero ha acabado flojo. El asunto de su mejora de contrato ha podido confundirle. Rápido y segurísimo al inicio, lento y sin físico en la segunda parte de la temporada. Queda por resolver su ampliación.

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  • El plan era que regresase al centro del campo, pero terminó por comprender que si quería ser titular debía ser de lateral. Ha sido muy regular y ha vuelto a terminar en gran estado aunque parece que no le valdrá para estar en el Mundial. Ha renovado esta temporada.

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  • Jugó contra el Getafe de titular y cumplió pero no ha tenido más oportunidades por lo que sería precipitado juzgarlo. El Barça planea cederlo la próxima temporada porque llega Arthur y habrá tres extracomunitarios. Eso frenaría su adaptación. Un caso a estudiar.

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  • Estuvo cuando se le necesitaba. Cortisimo de centrales, con Mascherano pensando en China y Umtiti lesionado, jugó más de 10 partidos seguidos por primera vez y lo hizo a un nivel altísimo. Luego se lesionó ante el Betis. Podría seguir un año más.

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  • Se marchó al Hebei Fortune a mitad de temporada. Hasta ese momento había sido suplente y había sido atacado por las lesiones. Su anuncio llegó en un momento incómodo pero su comportamiento profesional le permiten alcanzar el aprobado.

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  • Uno de los grandes líderes del Barça. Beneficiado por el cambio de dibujo, ha centrado su posición en el campo y ha llevado la manija del Barça. Aplicado en defensa, con criterio en ataque y con llegada como en esa espectacular jugada en el Bernabéu el día del 0-3.

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  • Como siempre, es un jugador fundamental en el equipo. Por saber estar y conocimiento del juego y de sus compañeros, es un intocable y lo seguirá siendo muchos años. Magnífico en el corte y en la lectura, forma parte de la columna vertebral. Intocable.

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  • Simplemente por su actitud, la mejor cuando jugó y cuando no jugó, merece el aprobado. Sigue sin consolidadarse. A su juego, espumoso, le falta jerarquía. Tiene ofertas de la Premier pero ha asegurado que seguirá en el Barça el año que viene.

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  • Lo merece todo el capitán del Barça. Pidió jugar más y ha cumplido. Último año de lecciones y emociones que merecen la máxima calificación por su trayectoria. Se va uno de los últimos guardianes del estilo de la generación más grande de la historia del club.

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  • Señalado como sucesor de Iniesta. Su fichaje se hizo esperar pero el club ha puesto todos los huevos en su cesta (160 millones). Se espera mucho de él y ya ha dejado chispazos de mucha categoría en Liga y Copa. Tiene gol, asistencia, conducción y chispazos de genialidad.

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  • Los 40 millones de euros que costó su traspaso generaron muchos prejuicios antes de su llegada, pero Paulinho ha demostrado ser un fantástico jugador. Con sacrificio y llegada, ha sido de los máximos goleadores. Se ha ganado el respeto de la gente. Notable muy alto.

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  • Sigue sin justificar su fichaje. Tuvo un momento de brotes verdes en el mes de enero pero en el partido de vuelta de semifinal de Copa volvió a las andadas en Valencia. Perdió la confianza como admitió. Su situación no parece admitir otro año de tan bajo nivel.

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  • Tuvo su momento de gloria en el Bernabéu, donde marcó el 0-3. Valverde lo probó sin éxito de lateral. Tuvo momentos con cierta presencia durante la lesión de Dembélé por los malos días de Deulofeu. Dejará la plantilla del Barça este verano.

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  • Se marchó cedido al Inter. No jugó durante toda la primera parte de la temporada por lesión y, curiosamente, jugó sus únicos minutos cuando estaba a punto de anunciarse su salida. Da la sensación de que sus días en el Barça se han acabado.

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  • La marcha de Neymar le exigía otro paso adelante. En LaLiga sí lo dio después de unos primeros meses difíciles en los que se le vio algo desubicado. Luego cogió carrera y fue de nuevo una máquina de hacer goles. Se ha vuelto a quedar con ganas de Champions.

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  • Brillante. Otra vez el líder del Barça. De goles y asistencias. El jugador que ha gobernado con mano de hierro LaLiga durante la última década. Es el rey de la competición y su influencia en el juego no baja con los años. Su palmarés impresiona tanto como sus números.

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  • Una decepción. Además de lesionarse dos veces, el francés no ha dado el nivel que se esperaba. Muy poco rendimiento para un traspaso de 140 millones de euros y dudas en el club. En principio seguirá el año que viene.

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  • Tuvo episodios felices como su inicio de Liga como titular o su doblete en el partido ante el Sevilla. Pero la presencia de Suárez le quita el foco y podría venir Griezmann. Su futuro en el Barcelona parece difícil y podría buscar una salida.

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  • Se marchó cedido al Watford. Estuvo animoso. Jugó bien en el Wanda, marcó ante el Málaga, asistió contra el Betis. Pero siempre pareció ansioso, como si tuviese que hacer más que el resto para justificar que estaba en el Barça. Eso le confundió y acabó penalizándole.

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El viaje de Valverde del 4-3-3 al 4-4-2

Además de ser una Liga con la firma de Messi, como casi todas, esta también será recordada por el cambio de sistema de Ernesto Valverde, una osadía en un club que, desde la llegada de Cruyff y salvo periodos cortos y normalmente oscuros, jamás ha renunciado a los extremos y al 3-4-3 o, especialmente el 4-3-3.

Para entender el viaje del Txingurri al 4-4-2, hay que remontarse a finales de julio. Fue entonces cuando Neymar, crack mundial, dribador incomparable y extremo indiscutible en el Barça del tridente, se fugó al PSG. No había ningún futbolista como él en el mercado. Valverde pensó que, en lugar de hacer una mala copia del Barça de Luis Enrique que había jugado de una determinada manera durante tres años y que empezaba a presentar grietas, era un buen momento para cambiar el plan. Si el dibujo táctico estaba algo agotado, todo iba a ir a peor si encima una de las estrellas mundiales que lo sostenía se marchaba.

Durante el verano, pues, Valverde fue matizando su dibujo. Lo hizo con alguna reticencia ya que el Barça negociaba el fichaje de un extremo como Dembélé. Pero Valverde quería certezas, resultados. De ahí que fuera moviendo piezas. Sergi Roberto, que quería ser centrocampista, sería lateral. La línea de cuatro defensas sería inamovible con la variación de que Alba, ya sin Neymar por delante, tendrá todo el carril libre. En el centro del campo, Rakitic centraría su posición para acompañar a Busquets. Iniesta partiría de la posición de lateral izquierdo y el puesto de teórico interior derecho quedaría libre, una especie de as en la manga del técnico que lo usaría como variable para sorprender tácticamente. Messi quedó, pues, con absoluta libertad de movimientos y Suárez desplazó un poco su posición a la izquierda. Al uruguayo le costó adaptarse, pero lo consiguió.

El Barça también mejoró sus prestaciones defensivas. El último año de Luis Enrique ya defendió en un claro 4-4-2, claro que Neymar tenía algunos momentos de distensión que desequilibraban en parte al equipo. El resultado fue un equipo que se colocaba mejor y, sobre todo, tenía una transición mucho más solidaria. El Barça, salvo episodios dramáticos como el de Roma ( y no era en Liga) ha sido un equipo fiable.

El 4-4-2, recibido con cierto recelo por el entorno azulgrana, ha sido aceptado en virtud de los resultados. El Barça amenazaba ruina en agosto y necesitaba estabilizarse futbolísticamente. Así lo hizo. Valverde no ha sido fundamentalista con el sistema. Lo ha variado cuando era necesario y, a partir de la recuperación de Dembélé y el fichaje de Paulinho, ha regresado en ciertos momentos al 4-3-3. Es posible que el Barça, más aún si ficha a Griezmann, recupere su viejo sistema la próxima temporada.

El Barça de los Invencibles

Los azulgranas cantan el alirón sin perder un solo partido. Supieron sufrir en el Wanda, Mestalla, Anoeta o el Sánchez Pizjuán y fueron matemáticamente campeones sin caer.

Cuando los jugadores del Arsenal de Arsene Wenger, ahora de despedida, ganaron la Premier 2003-04 sin perder un solo partido, fueron bautizados como The Invincibles. Un equipo inolvidable con dos españoles, Lauren y Reyes, y con Henry como estrella (30 goles) además de jugadores como Bergkamp, Vieira, Gilberto Silva, Pires…. Falta por saber si este Barça será bautizado también así o si en este mar de Ligas, siete de las últimos diez, la dinastía se ha hecho tan abrumadora que habrá que sintetizarlo en el Barça de Messi.

El caso es que el Barça (a la espera de las últimas cuatro jornadas) ha sido capaz de cantar el alirón sin perder. Los de Valverde han demostrado un gran espíritu para sobreponerse a situaciones adversas en el campeonato, de ahí la sorpresa por el poco espíritu de reacción en el Olímpico de Roma el día de la caída en Champions. En LaLiga fue capaz de levantar, nada más empezar el campeonato, un 1-0 en el incómodo campo del Getafe. Denis y Paulinho le dieron la vuelta al marcador.

Pero ha habido muchas más. En Valencia, después de que no se le concediese un gol catedralicio a Messi que entró medio meto dentro de la portería, reaccionó al 1-0 del Valencia y terminó empatando. Ya lo había hecho con el Atlético de Madrid en el Wanda, donde también reaccionó a un gol de Saúl. Según la plantilla azulgrana, media Liga se ganó en Anoeta, un estadio que estaba casi maldito y en el que el Barça, después de ir perdiendo 2-0, marcó antes del descanso (Paulinho). Ese 2-1 cambió un partido que terminó 2-4 con doblete de Suárez y golazo de Messi.

En la segunda vuelta, el Barça también rectificó su mal inicio de la segunda parte en Cornellà. Empató Piqué. Y en el Sánchez Pizjuán, después de una primera parte horrible, reaccionó al 2-0 del Sevilla con los goles de Suárez y Messi. Un año, pues, en el que además de una plantilla con talento pese al adiós de Neymar, existió un espíritu de sacrificio y una voluntad de no perder que ha acabado significando una Liga.

Messi, el señor contemporáneo de LaLiga

Gana, como Iniesta, su noveno título e iguala a Santillana y Amancio. Sólo tiene a un título a Pirri y a tres a Gento. Le quedan años de fútbol para atrapar a la Galerna del Cantábrico.

Esta, como otras muchas, también ha sido LaLiga de Messi, el mejor jugador contemporáneo de la competición. Seguramente, el mejor jugador de siempre en el campeonato doméstico. Messi, como Andrés Iniesta, conquista su novena Liga. Los dos igualan a Santillana y Amancio y sólo tiene a un título a Pirri para igualarla en la segunda posición. Su gran reto, rumbo a sus 31 años, es alcanzar los 12 títulos de Liga de Francisco Gento. A su ritmo, nueve Ligas en 14 temporadas, puede soñar con alcanzar a la Galerna del Cantábrico, que conquistó 12 en 18 años.

Un año más Messi ha sido la bandera del Barça. A él se agarró Valverde después de la marcha de Neymar para ir resolviendo partidos a principios de temporada. Su doblete ante el Alavés, su hat-trick ante el Espanyol fueron sacando del hospital a un equipo herido. Otra vez con una cifra espectacular de goles (aunque lejos de aquellos sobrenaturales 50 de la temporada 2011-12, o de los 46 de la 12-13 y los 43 de la 14-15). Con su perfil de asistente cada vez más agudizado. Con su liderazgo mudo. Sin estridencias pero con datos. Messi es el señor de LaLiga. Persigue los 400 goles en la competición, un auténtico exceso.

De este año quedará su maravillosa segunda parte en el Bernabéu, gol de penalti incluido y reverencia para el recuerdo. También su gol de falta al increíble Oblak en el partido que hizo el break definitivo de LaLiga en el Camp Nou. La ovación del Villamarín el día del 0-5 después de un espectacular caño a Andrés Guardado. Sus tres goles de falta en tres jornadas consecutivas, un récord sin precedente en LaLiga: uno por debajo de la barrera ante el Girona, otro al palo del portero en Las Palmas. Y el mencionado a Oblak. Su aparición salvadora en Sevilla... Otra Liga repleta de imágenes de un jugador absolutamente interminable.

La Liga del campeón, en imágenes

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