Tras visitar un patio cubierto de naranjos, todo el que se adentra en la Mezquita de Córdoba queda atrapado entre sus arcos inacabables. Si por algo destaca esta obra, además de por ser un referente de la arquitectura andalusí, es por la mezcla de estilos que contiene: islámico, bizantino, gótico, renacentista y barroco. De hecho, lo que empezó a construirse como una mezquita se convirtió en catedral tras la Reconquista cristiana de la ciudad.