Hay jugadores que por sus circunstancias no han podido demostrar hasta la fecha todo lo que pueden dar de sí en la NBA, ya sea por lesiones o simplemente porque tienen poca experiencia y aún se están abriendo paso en la liga, aunque sí han enseñado suficiente potencial como para esperar de ellos que se conviertan pronto en referentes. Son aspirantes a estrellas que pueden dar un salto adelante la próxima temporada por la calidad que atesoran y por el rol que tendrán en sus equipos. Más allá de jugadores que brillaron especialmente como novatos en el curso 2017-18 (Ben Simmons, Donovan Mitchell, Jayson Tatum, Kyle Kuzma, Lauri Markkanen…) y de alguna joven realidad ya obvia (véase Jaylen Brown), repasamos diez nombres que son candidatos a dar un salto de calidad importante en la campaña 2018-19.
D’Angelo Russell (Brooklyn Nets)
El talentoso base todavía no ha roto en la NBA como podría esperarse de un número 2 del draft. En las tres temporadas que acumula en la liga promedia 14,6 puntos y 4,3 asistencias. El curso pasado, con su traspaso a los Nets, se esperaba que se convirtiese en la estrella del equipo y comenzó a un ritmo que invitaba a pensar que así iba a ser: 20,9 puntos y 5,7 asistencias en sus doce primeros partidos. Pero llegó una inoportuna lesión de rodilla que le mantuvo más de dos meses alejado de las canchas y ya no volvió a recuperar ese nivel. En la campaña 2018-19, en perfecto estado físico y con las pilas cargadas tras el verano, es de esperar que demuestre la calidad que posee. Aún tiene 22 años y todo el mundo por delante.
Brandon Ingram (Los Angeles Lakers)
El alero ya dio un salto importante en su rendimiento en su segunda temporada en la NBA. De los discretos 9,4 puntos, 4 rebotes y 2,1 asistencias de su año de novato pasó a unos notables 16,1 puntos, 5,3 rebotes y 3,9 asistencias. Cumple 21 años el 2 de septiembre y su techo se desconoce. Lo normal es que siga creciendo y que eleve esos números. La pasada campaña llegó a jugar incluso de base cuando Lonzo Ball estuvo lesionado y es capaz de hacer muchas cosas sobre el parqué con sus 2,06 metros de estatura y 2,21 de envergadura. Sus prestaciones al lado de LeBron serán claves para las aspiraciones de los Lakers en la temporada 2018-19.
Jabari Parker (Chicago Bulls)
Dos roturas del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda han impedido que el número 2 del draft de 2014 muestre hasta ahora todo el potencial de All Star que se le presupone. En la campaña 2016-17 llegó a promediar 20,1 puntos (con un magnífico 49% en tiros de campo) y 6,2 rebotes. En Chicago, su ciudad natal, Parker tiene una oportunidad de oro para relanzar su carrera. La calidad del alero, de 23 años, es indiscutible y, si logra mantenerse sano, puede ser uno de los protagonistas de la temporada. De momento, su fichaje ha ilusionado a los aficionados de unos Bulls que cuentan con varias piezas jóvenes muy interesantes.
Dennis Smith Jr. (Dallas Mavericks)
El jugador de los Mavs tiene hambre, talento y grandes condiciones atléticas. Con Nowitzki en un rol cada vez más secundario y en la recta final de su carrera, el base y Harrison Barnes, los dos máximos anotadores de Dallas la campaña pasada, están llamados a continuar liderando el ataque del equipo de Rick Carlisle de aquí en adelante. Doncic, además, descargará mucho de trabajo al ex de North Carolina State en las labores de la creación del juego. No obstante, que Dennis Smith protagonice un inmediato salto de calidad dependerá en gran parte de una notable mejoría en sus porcentajes de tiro (39,5% en tiros de campo y 31,3% en triples).
Markelle Fultz (Philadelphia 76ers)
El número 1 del draft de 2017 ha estado trabajando intensamente este verano con Drew Hanlen, prestigioso entrenador de tiro que ya había colaborado con otros jugadores de la NBA, entre ellos Joel Embiid. Y su técnico en los Sixers, Brett Brown, le ve en condiciones de aportar mucho en la temporada 2018-19: “Tengo mucha confianza en que va a tener un gran año”. La motivación de Fultz es máxima, los graves problemas en el hombro que tuvo el curso pasado han quedado atrás y el talento que le convirtió en una estrella universitaria sigue ahí. Es el momento de que demuestre si realmente puede convertirse en un jugador importante.
Zach LaVine (Chicago Bulls)
Una grave lesión en la rodilla le mantuvo once meses alejado de las canchas y supuso un freno en su evolución tras promediar 18,9 puntos en los Wolves. La temporada pasada apenas pudo disputar 24 partidos con los Bulls y no estuvo fino en los porcentajes (38,3% en tiros de campo), aunque físicamente se le vio bien cuando regresó. El espectacular escolta, de 23 años, ha demostrado en sus cuatro campañas en la NBA que posee talento ofensivo y, si las lesiones le respetan, puede convertirse en un jugador de más de 20 puntos por partido. Con su nuevo contrato de 78 millones por cuatro campañas, LaVine debe dar un paso adelante.
Taurean Prince (Atlanta Hawks)
Los Hawks no tendrán nada mejor que hacer que darle protagonismo a sus jóvenes. De ello debe aprovecharse un Prince que ya tuvo una sólida temporada 2017-18, su segunda en la NBA: 14,1 puntos, 4,7 rebotes y 2,6 asistencias. Esos números mejoraron notablemente en los dos últimos meses de la Fase Regular: 19,4; 5,2 y 3,1 en marzo y 18,8; 3,8 y 4,7 en abril. Jeremy Lin y el novato Trae Young, dos bases, son las únicas novedades destacables de Atlanta, por lo que el alero debería mantener esa tendencia en un equipo que no anda sobrado de talento. Es uno de sus jugadores principales y, a sus 24 años, puede ser una de las sorpresas del curso.
Lonzo Ball (Los Angeles Lakers)
No causó un impacto en su primer año en la NBA a la altura de su popularidad. Sin embargo, dio muestras de un conocimiento del juego por encima de su edad y enseñó una facilidad para acumular estadísticas que le puede convertir con el tiempo en un habitual del triple doble. Es uno de los tres únicos jugadores que, con 20 años o menos, ha promediado, como mínimo, 10 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes. Los otros son LeBron James y Magic Johnson. Tendrá la competencia de Rajon Rondo, un jugador que puede amenazar su protagonismo en el equipo, y eso le obliga a dar ya un paso adelante para afianzarse en la titularidad.
Dejounte Murray (San Antonio Spurs)
Gregg Popovich ya le dio los galones de base titular la pasada campaña y, con la marcha de Tony Parker, la temporada que se avecina debe ser la de su consolidación en ese rol. Previsiblemente tendrá más minutos (promedió 26,1 formando parte del cinco inicial) y su producción estadística debería crecer a la par. Buen defensor y gran reboteador para ser point guard (7 capturas de media en los 48 partidos que ocupó plaza en el primer quinteto de los Spurs), tiene problemas con el tiro exterior, el gran hándicap que puede frenar su progresión. Si mejora en esa faceta, reúne las condiciones para convertirse en un jugador importante.
Willy Hernángomez (Charlotte Hornets)
Puede sorprender la inclusión del pívot español en este grupo, pero la salida de Charlotte de Dwight Howard y su alta producción en minutos limitados invitan a pensar que, si logra hacerse con un puesto de titular, sus números pueden acercarse al doble doble. La proyección por 36 minutos de las estadísticas de sus dos campañas hasta la fecha en la NBA son, cuanto menos, llamativas: 16,5 puntos y 13,6 rebotes. Y la competencia en los Hornets no asusta: Biyombo, Zeller y un Kaminsky que es más cuatro que cinco. Está ante una buena oportunidad de hacerse un nombre en la liga si consigue tener una presencia importante sobre el parqué.