BOXEO
De Sangchili a Kiko Martínez: el boxeo español a través de sus campeones
España ha contado con trece campeones mundiales a lo largo de la historia, contando con su mayor esplendor en los 70 con cinco campeones diferentes.
El día 5 de diciembre de 1967 Juan Albornoz disputó el Campeonato de Europa del peso ligero en Austria ante Johann Orsolics. Era la segunda ocasión que 'Sombrita' buscaba ese título. Cosechó un nulo, pero le sirvió para pasar a la historia de la prensa deportiva española. Al día siguiente nació AS, y en su primera portada apareció 'Sombrita' junto con todo un mito del deporte español como Manolo Santana. El boxeo en España estaba en pleno crecimiento y desde ese momento su historia fue ligada a la del periódico.
Antes del nacimiento de AS el boxeo español ya había vivido grandes momentos de gloria. Hay que remontarse hasta 1925 para encontrar el primer campeón de Europa español, Antonio Ruiz, que levantó el título en Madrid. El boxeo comenzaba a crecer. Llegaron más títulos, y los púgiles nacionales continuaron su progresión. El mayor día de gloria del boxeo español de aquella época se vivió el día 1 de junio de 1935, cuando Baltasar Berenger "Sangchili" se hizo con el mundial en su versión IBU del peso gallo.
La Guerra Civil frenó al deporte por completo. El boxeo español vivió su primera caída, pero se levantó de lona en 1949 cuando Luis Romero volvió a levantar un Europeo. La línea volvía a ser ascendente y en 1967, curiosamente, una promesa ya era más que una realidad. Pedro Carrasco ganaba en junio el campeonato de Europa del peso ligero, más tarde llegaría el del mundo. Antes, llegaría otra faja mundial, en versión del Consejo Mundial de Boxeo, a España. El encargado sería el 'Puma de Baracoa', José Legrá.
El púgil cubano, nacionalizado español, derrotó el 24 de julio a Howard Winstone en su casa para levantar el segundo mundial en la historia de nuestro país. Un año más tarde, de nuevo en Inglaterra, lo perdió ante Johnny Famechon. No había oportunidad de rendirse, Legrá siguió sumando combates, se alzó de nuevo con el Campeonato de Europa y lo defendió en cinco ocasiones. La oportunidad para tocar el cielo le volvió a llegar, fue en México en 1970. Ganó, pero al año siguiente de nuevo lo volvió a ceder. Sólo le quedaban dos combates más, una victoria y una derrota. Legrá colgó los guantes en 1973 con 148 combates a sus espaldas, su leyenda ya estaba vigente.
Carrasco vs Ramos, un duelo que marcó una época
En 1967 comenzaba a asomar la cabeza en la primera plana del pugilismo, cuatro años después, Pedro Carrasco se confirmaba. Entre medias, otros nombres como Miguel Velazquez o José Manuel Ibar "Urtain" comenzaban a sumar grandes logros para el boxeo español. El 'noble arte' estaba en su máximo esplendor. En ese 1971 la gloria sería para Carrasco, quien lograba volver a levantar un mundial en España. El 5 de noviembre se enfrenta al campeón Nando Ramos. "¡Carrasco Campeón Mundial", titula AS al día siguiente. "Descalificación de Nando Ramos", añade bajo la foto del combate.
Ese pleito fue el inicio de una trilogía de éxito para el boxeo español. Carrasco atesoraba en ese instante un gran récord para la época. El andaluz había vivido su primera derrota en su decimocuarto combate, factor que no volvió a conocer hasta 93 peleas después, o lo que es lo mismo hasta la revancha que dio Ramos. El estadounidense ganó en casa de manera ajustada y Carrasco pidió la revancha. De nuevo en Madrid, pero esta vez no pudo ser y el español veía como su último tren se le escapaba. Dos combates más, dos nuevos KO's y con un envidiable registro de 106 victorias, 66 antes del límite, sólo 3 derrotas y un nulo, Carrasco se bajaba del ring.
El boxeo español perdía a uno de sus principales activos, pero la salud del deporte era muy buena. Además de los nombres que ya venían haciendo un buen trabajo se le sumaban otros como José Durán o Perico Fernández. Este último sería el siguiente en hacerse con el mundial. El ascenso del aragonés fue vertiginoso y en sólo 41 peleas se plantó ante la oportunidad del mundial. 1974 fue su año, hizo su segunda defensa del Nacional, ganó el Europeo, lo defendió y ganó a Lion Furuyama en Italia por el Mundial superligero del Consejo Mundial. Perico no tenía límite y también se hizo con su primera defensa, pero con la segunda, en Tailandia no pudo y cedió el cinturón. Fernández también perdió en la revancha y aunque lo intentó esa derrota marcó un antes y un después en su carrera.
Tiempo de Durán y Velázquez
Dos años más tarde, fue uno de los años de mayor lustre del boxeo nacional. En el José Durán y Miguel Velázquez ganaron sendos mundiales. El primero por la Asociación Mundial de Boxeo en el peso superwélter. Durán noqueó en Japón Koichi Wajima para hacerse con el cinturón, pero en la revancha Miguel Angel Castellini le arrebató el cinturón. Dos combates más le sirvieron para tener la oportunidad por otro mundial, esta vez por el Consejo Mundial. No logró ganar y en 1978 puso fin a su carrera.
Por su parte, Velázquez había sido tres veces campeón de Europa del peso ligero, pero la oportunidad del mundial le llegó en el superligero y fue a por ella. El español se enfrentó a Saensak Muangsurin, al que ganó. Un combate de rodaje y cuatro meses más tarde tuvo su primera defensa ante el tailandés. En esa ocasión, Muangsurin sorprendió al español y le arrebató el título. Momento en el que decidió que su carrera profesión había terminado. Un año más tarde encontramos uno de los momentos más fascinantes del boxeo nacional, que tiene como protagonista a uno de esos 'grandes olvidados' si sólo recordamos títulos mundiales, Alfredo Evangelista. En 1977 el uruguayo nacionalizado, se midió a Muhammad Ali. 'The Greatest' ganó, Evangelista volvió a tener la opción del mundial, pero no pudo levantarlo.
El boxeo español vivía su mayor esplendor, y las oportunidades no paraban de llegar. En 1977, Cecilio Lastra ganó el Mundial por la Asociación Mundial de boxeo del peso pluma. El cántabro ganó a los puntos a Rafael Ortega, pero en su primera defensa cayó en Panamá ante Eusebio Pedroza. Tras esa victoria, Lastra intentó regresar a la primera plana mundial, pero no lo logró cayendo en sendas intentonas por el Europeo. Ese año marcó una nueva línea descendente en el boxeo nacional. En 1977 se retiró Urtaín, uno de los púgiles más queridos por la el público, pero que a pesar de ser campeón de Europa en 1971 nunca logró abrir mayores. Tras ese 1977 y hasta el ascenso de Javier Castillejo (que ganó su primer mundial en 1999), Poli Díaz se quedó como principal referente del boxeo patrio.
'El Potro de Vallecas' fue siete veces campeón de España y ocho de Europa, lo que le otorgó en 1991 la oportunidad de disputar el mundial, pero no fue una oportunidad cualquiera ya que pelea ante el campeón unificado del peso ligero por tres divisiones (WBC, WBA e IBF) Pernell Whitaker. Díaz peleó en Las Vegas, dio la cara, pero el estadounidense se llevó el combate a los puntos. Tras esa pelea Díaz continuó con su carrera, pero tuvo la ocasión de volver a pelear por un título. En esos años había campeones de Europa, pero ninguno lograba enganchar al público. El boxeo estaba en decadencia.
Javier Castillejo rompió la sequía española
La alegría a los rings españoles la devolvió Javier Castillejo. El 'Lince de Parla' devolvió el cetro mundial a España tras 22 años. En 1999 abarrotó La Cubierta de Leganés ante Keith Mullings, Castillejo se apuntó el cetro del peso super wélter por el Consejo Mundial. Comenzaba el idilio del español más laureado de todos los tiempos. Tras ese ocho títulos mundiales más llegaron a su cintura. En dos categorías, super wélter y medio, y por dos organizaciones (WBC y WBA), algo que nunca ningún español había conseguido. Pero el legado de Castillejo va más allá de sus títulos, el de Parla vivió uno de sus combates más importantes en Las Vegas ante Óscar de la Hoya. El 'Lince' se retiró en 2008, aunque volvió para un último combate ante Pablo Navascues en 2009. La semilla en los jóvenes españoles ya estaba plantada de nuevo.
El boxeo volvió a coger fuerza y los Mundiales fueron cayendo de nuevo. Durante el reinado de Castillejo otros dos españoles también ayudaron a la expansión de nuevo del boxeo. Fueron José Antonio López Bueno y Jorge Mata. El primero fue el encargado de poner el nombre de un español en la Organización Mundial de Boxeo (WBO). El aragonés logro toda una proeza, ya que sumó el título mundial del peso mosca, en 1999, en su decimoséptimo combate como profesional, a pesar de ello lo cedió en su primera defensa, dos meses más tarde. Por su parte, Mata tuvo una carrera más fulgurante aun. El leonés ganó también el mundial WBO, esta vez en el peso mínimo en 2002 y lo hizo en undécimo combate (ganó el interino), en el segundo fue campeón oficial, pero en su primera defensa también lo cedió.
El boxeo femenino tuvo su primera campeona
Al año siguiente fue el año del boxeo femenino, que de la mano de María Jesús Rosa se reivindicó. La madrileña ganó en Alcobendas el entorchado del peso mosca por WIBF (Organización con menor prestigio que las cuatro principales), aunque como en el caso de López Bueno y Mata también lo cedió en su primera defensa. Tras Rosa, tuvieron que pasar seis años hasta otro nuevo título. Gabriel Campillo viajó a Argentina por el WBA del semipesado, lo ganó, al igual que su primera defensa en Kazajistan sólo dos años después. Lo cedería un año más tarde cuando buscó, en Estados Unidos, la unificación con el campeón del mundo por la IBF, Beibut Shumenov.
De 2009 ha 2013, esos son los años que corrieron para que España viese a un español con un título mundial. Kiko Martínez fue el encargado de hacerlo. El ilicitano es el único de los campeones españoles que sigue en activo, y a sus 31 años se prepara para un combate que podría dejarle de nuevo a las puertas del Mundial. 'La Sensación' lo ganó en 2013, en Argentina. Después lo defendió en tres ocasiones de manera satisfactoria, alargando su reinado durante un año y medio, cuando no pudo con Carl Frampton en Inglaterra. Kiko continuó la senda de la recuperación, la cual sigue fortaleciéndose. El boxeo va recuperando su lustre, y la parroquia española vuelve a soñar con un español gritando a los cuatros vientos que es campeón del mundo.