
Un Mundial de Clubes en plena ‘Primavera estadounidense’
El primer Mundial de Clubes con 32 participantes ha estado repleto de polémicas, desde el día de su nacimiento hasta su inauguración. Las protestas contra Trump marcaron la primera jornada.
Parece que no hay Mundial de FIFA exento de polémicas. Si Qatar 2022 se llevó todas las suspicacias, el Mundial de Clubes de Estados Unidos también aporta una batería. Comienza este sábado un torneo histórico, inédito, casi surrealista, acomodado con calzador, bajo protesta de varios de sus participantes y algunos de sus espectadores. Rodeado en fuego y furia y un clima enrarecido, muy poco festivo, nada futbolístico. En el Mundial de Clubes de 2025, el sueño dorado de Gianni Infantino, el epítome de su presidencia, el fútbol ha brillado por su ausencia.

No es sólo que múltiples protagonistas se hayan manifestado en contra del torneo. El descontento de las competiciones europeas quedó de manifiesto con la voz de Javier Tebas, presidente de LaLiga española, quien llamó al Mundial de Clubes “una completa tontería”. FIFPRO, el sindicato internacional de futbolistas, también disintió en su momento con la celebración del campeonato: “Queremos proteger el fútbol. Es un gran problema y no se trata sólo de la carga de trabajo”. Reducir el verano de descanso, al menos, dos semanas, y aumentar el número de partidos por temporada a tres más, mínimo, después de 55 (como los que disputó el Paris Saint-German en la temporada), no dejó muy contentos a los clubes. Gianni Infantino resolvió parte del descontento con el reparto de premios por participación más grande de toda la historia: más de 1,000 millones de dólares en la bolsa.

Pero el problema es más profundo. La cruzada del gobierno de Donald Trump contra la población inmigrante ha causado indignación y preocupación. Desde el inicio de su segundo término, el republicano ha redoblado esfuerzos para deportar a más de 10 millones de inmigrantes indocumentados. Para ello, ha requerido de redadas aleatorias, sin orden judicial, ni debido proceso, amparado en una ley que data de finales del Siglo XVIII. La entrada al país también se ha recrudecido para varios grupos: a inicios de junio, el mandatario prohibió el ingreso a Estados Unidos a los ciudadanos de 12 países, excluidos algunos deportistas y portadores de residencias legales. No obstante, poseer una Green Card tampoco es ya una garantía; durante la semana, Trump eliminó el parole humanitario para inmigrantes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela. Los permisos temporales de protección (TPS) también están bajo revisión. Todo ello consterna al observadores internacionales. Human Rights Watch alertó: “Los ataques crecientes contra los derechos y libertades en Estados Unidos amenazas con socavar la naturaleza inclusiva del Mundial”. “Las políticas migratorias, redadas y arrestos discriminatorias de la administración Trump crea riesgos para aficionados, jugadores, familias y periodistas”, prosiguió la organización.

Infantino ha pasado de profundizar en dichos señalamientos. No quiere pisar arenas movedizas: “Queremos que los partidos se centren en la seguridad. Queremos que familias y niños vengan a los partidos. Por eso hemos hablado con las autoridades desde hace unos años. También cuenta la mentalidad de la gente que va a venir, no para crear problemas, sino para pasar un momento de alegrías. Ambos presidentes, de FIFA y de Estados Unidos, han mantenida cierta sintonía desde 2017, cuando Trump impulsó la candidatura de United 2026 para organizar el Mundial de 2026. Ahora, incluso, instaló un Task Force en la Casa Blanca, con asesoría del propio Infantino, para coordinar los preparativos logísticos de cara a la Copa del Mundo del año entrante. A petición de AS, FIFA informó que se encuentra buscando soluciones, junto con el gobierno estadounidense, para asegurar el ingreso de aficionados de todos los países, horas posteriores al anuncio del veto viajero que excluye a visitantes iraníes de acceder a la Unión Americana (Irán ya clasificó al Mundial, y si bien, no tendrá problemas para competir en territorio estadounidense, no está claro si sus aficionados podrán apoyar in-situ a su equipo).
La ‘Primavera’ estadounidense
El terror migratorio que contextualiza el Mundial de Clubes y la Copa Oro de 2025 ha detonado. Un gran sector de la población estadounidense (más del 50%, de acuerdo a una encuesta del Washington Post) considera que las acciones del ICE son arbitrarias y no tienen como objetivo salvaguardar la seguridad nacional. Muchos casos han sido documentados: familias separadas, deportaciones por “errores administrativos”, confusiones y ciudadanos detenidos a pesar de contar con estatus legal. La gota colmó el vaso en Los Ángeles hace una semana. Y el descontento se expandió durante el sábado 14, el día del desfile militar en Washington (y el cumpleaños de Trump, huelga decir), que coincidió con el arranque en simultáneo del Mundial de Clubes y la Copa Oro de costa a costa; una en Miami, otra en Los Ángeles. Seattle, Philadelphia, Chicago replicaron las protestas del sur de California en el ‘No Kings Day’.

Las calles volcadas no afectaron, en general, la jornada inaugural de ambos torneos. Concacaf respondió a AS que toda la planificación sigue en pie y que Los Ángeles permanece como sede fija de la Copa Oro. Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, concentrado en L.A., afirmó que su itinerario de cara a su debut contra el París Saint Germain no ha sufrido por las protestas. En Seattle, no obstante, hubo un pequeño desperfecto; la conferencia de prensa del Sounders, presentada por Brian Schmetzer, tuvo quórum mínimo: dos periodistas. Las inmediaciones del Lumen Field estaban colapsadas: las proclamas contra Trump y el ICE se conjugaron con un partido de los Seattle Mariners en la MLB. CNN estima que 2,000 localidades en todo el país se unieron a las manifestaciones. La de Nueva York, ciudad natal de Trump, fue la más multitudinaria: alrededor de 50,000 personas expresaron su rechazo a las políticas del mandatario. En Seattle, por ejemplo, 10,000, aproximadamente. Sin embargo, la jornada no discurrió sin exabruptos: la policía dispersó la concentración en Portland, un hombre fue herido de bala en Salt Lake City y otro embistió su automóvil contra un grupo de manifestantes en Culpeper, Virginia.
En el Mundial de Clubes (y la Copa Oro), el fútbol, por ahora, brilla por su ausencia.
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