
El Mundial y los Olímpicos deberán lidiar con Trump
Las políticas migratorias del presidente republicano podrían suponer un problema para ambos eventos, que ocurrirán en EEUU en un lapso de dos años.

Estados Unidos organizará las máximas citas deportivas del mundo en sólo dos años. La Copa del Mundo de la FIFA, en 2026; los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en 2028. En ambos casos, será Donald Trump, en su segundo término, el presidente en funciones.
En territorio ‘trumpista’, fértil para el nativismo, la organización de los dos eventos podría entrar en conflicto con las políticas migratorias que empujará el republicano. Trump planea deportaciones masivas, controles más minuciosos en puntos fronterizos y modificar las directrices para otorgar ciertos visados de trabajo. Pero podría haber más.

En 2017, en una de sus primeras órdenes ejecutivas, Trump vetó la entrada a EEUU a los ciudadanos de siete países: Libia, Irán, Irak, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. La medida fue vista por un sector de la población como un atropello al libre tránsito.

No hay indicios, hasta ahora, de que Trump aplique una prohibición similar ahora, pero el precedente quedó sentado. Irán e Irak, que serían afectados, están muy cerca de clasificar al Mundial de 2026 y suelen enviar delegaciones robustas a los JJOO.

Un veto como el de 2017, o las deportaciones de inmigrantes, que alcanzarían a 10 millones de personas, supondrían no sólo un obstáculo logístico y participativo para el Mundial y los JJOO. Irían también contra la naturaleza propia de las competiciones.

Tales políticas migratorias contravendrían el sexto principio de la Carta Olímpica (no discriminación y protección de libertades) y, por consiguiente, con el artículo 33 del mismo documento, que compromete al país sede a cumplir todos los postulados.

AS consultó al portavoz del COI, Mark Adams, al respecto. “Trabajamos con los gobiernos locales, en todos los niveles. No sabemos aún qué políticas pondrá en práctica, pero con cualquier país que organice los JJOO trabajaremos en función”.
Christophe Dubi, director ejecutivo de los Juegos Olímpicos, abonó a la respuesta: “Te aseguro que tenemos todas las garantías extendidas por el gobierno de EEUU; algunas de ellas, firmadas en 2017 por el presidente electo, como el acceso al país y salvaguardar la seguridad. Todas estas garantías son parte del contrato de sede. No será diferente en el futuro”.

Trump apoyó, y firmó, la candidatura de Los Ángeles para organizar los Juegos de 2028 desde noviembre de 2016, poco después de su primera elección. El COI concedió la sede el 13 de septiembre de 2017, en el marco de su 131° sesión en Lima, Perú.

AS también se puso en contacto con FIFA para obtener un comentario al respecto. Al momento de la publicación de este reportaje, no se había obtenido respuesta, aunque la Federación prometió proveer una postura o, al menos, un trasfondo sobre el tema.

Trump avaló el proyecto tripartita para el Mundial de 2026, adjudicado en junio de 2018. Luego, se jactó, durante un mitin de campaña en 2024, de haber logrado la sede. “Cuando era presidente les conseguí una cosa llamada la Copa del Mundo”, aseguró.

El veto de 2017, no obstante, causó suspicacias en FIFA. “Cualquier equipo, incluidos los seguidores y directivos, que se clasifique para un Mundial necesita tener acceso al país. De lo contrario, no hay Mundial”, criticó entonces Gianni Infantino.

El 47° presidente de los EE.UU. toma posesión este 20 de enero con un discurso aún más beligerante que en su primera temporada. La industria deportiva, que escenificará sus atracciones estrella en la Unión Americana el próximo lustro, observa atenta la versión 2.0 de Trump.

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