Boxeo

Gilberto Zurdo Ramírez busca su primer nocaut como crucero y un pelito ante Jai Opetaia

El mexicano tiene como misión derribar a Dorticos y sueña con un enfrentamiento de alto calibre

Gilberto 'Zurdo' Ramírez en una sesión fotográfica.
Twitter Gilberto Ramírez
Ariel Velázquez
Especialista en periodismo deportivo con vocación en investigación y en artículos de largo aliento.
Estados Unidos Actualizado a

El escenario es Anaheim, California, pero en la mente de Gilberto Ramírez se proyecta más lejos. No en algún lugar físico, sino en la historia. El peleador mazatleco, invicto en peso crucero, carga consigo parte de la reputación del boxeo mexicano y el deseo feroz de noquear. A sus 34 años, Zurdo se planta con 48 combates en su expediente, una sola derrota (ante Dmitry Bivol) y la certeza de que la siguiente etapa de su carrera no está hecha para decisiones divididas. Quiere nocauts. Quiere historia.

Este sábado, mientras los reflectores apuntan al espectáculo circense de Jake Paul y Julio César Chávez Jr., en la misma cartelera del Honda Center se esconde una historia con más fondo: la resurrección metódica y ambiciosa de Ramírez, quien se mide al veterano cubano Yuniel Dorticos en su tercer combate como peso crucero.

No se trata de una pelea más. Se trata de dar el siguiente gran paso. En su curriculum ya cuenta con dos cinturones, el de la AMB ante Arsen Goulamirian y el de la OMB frente a Chris Billam-Smith, ambos ganados por decisión unánime en 2024, pero sin la explosividad del nocaut.

“Todavía no hemos noqueado a nadie en peso crucero, y eso es lo que intentamos hacer”, declaró su entrenador Julián Chua en entrevista con The Ring Magazine. “Zurdo lo va a detener... si huele sangre, va a presionar el botón”.

Anatomía de un reinicio

Gilberto Ramírez es el primer campeón mundial mexicano en la historia del peso supermediano (168 lb). Lo logró en 2016 ante Arthur Abraham, y lo defendió cinco veces. Luego subió a las 175 libras, donde su potencia natural lo llevó a hilvanar una racha brutal: cinco nocauts consecutivos antes de caer por puntos ante Dmitry Bivol en una pelea que evidenció sus límites en técnica, pero no en temple.

Aquella derrota en 2022, más que fracturar su carrera, la reorientó. Al año siguiente, decidió reinventarse en una categoría poco explorada por mexicanos: el peso crucero (200 lb). Y lo hizo con solvencia: primero venció a Joe Smith Jr., luego unificó dos títulos. El poder estaba ahí, aunque aún sin el clímax que marca la narrativa del boxeo: el nocaut.

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Dorticos, con 25 de sus 27 triunfos por KO, es el adversario ideal para resolver esa deuda pendiente. También es el último tren del cubano de 39 años, quien cayó en sus dos duelos de elite: fue noqueado por Murat Gassiev en 2018 y superado en las tarjetas por Mairis Briedis en 2020.

“Estamos preparados para la mejor versión de Dorticos. El poder es lo último que se pierde en un peleador”, avisó Chua. “Pero se necesita más que fuerza bruta para enfrentar al Zurdo”.

En una industria dominada por la estridencia y el TikTokboxing, Ramírez representa lo atípico. No grita, no actúa. Solo entrena. Ha recibido ofertas de Jake Paul, su rival mediático de cartelera, pero su obsesión está en otro lado: Jai Opetaia, actual campeón de The Ring y de la FIB, probablemente el mejor crucero del mundo.

“Queremos peleas que definan su legado. Zurdo entrena como si empezara desde cero. Aún no ha mostrado al mundo lo que realmente es”.

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En ese trayecto, una revancha ante Bivol también está en el radar. Pero antes hay una estación clave: noquear a Dorticos, dejar claro que el Zurdo tiene potencia en las 200libras.

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