¿Quién fue Dick Cheney y qué hizo en la Guerra del Golfo?
Uno de los defensores que impulsaron la invasión de Irak en 2003, Cheney fue una de las figuras más polarizadoras de la historia política moderna.
Dick Cheney, quien se desempeñó como vicepresidente de los Estados Unidos bajo el mando del presidente George W. Bush de 2001 a 2009, falleció el lunes por la noche a la edad de 84 años debido a complicaciones de neumonía y enfermedad cardiovascular.
Cheney fue ampliamente considerado como uno de los vicepresidentes más controvertidos en la historia política estadounidense. Fue una de las fuerzas impulsoras en la configuración de la respuesta de Estados Unidos a los ataques del 11 de septiembre, fue un defensor principal de la llamada “Guerra contra el Terror” e impulsó fuertemente la invasión y posterior ocupación de Irak.
¿Quién fue Dick Cheney?
Nacido en Lincoln, Nebraska, el 30 de enero de 1941, el interés de Cheney por la política comenzó y se desarrolló mientras estudiaba en la Universidad de Yale, y luego en la Universidad de Wyoming, donde se graduó en la licenciatura de ciencias políticas en 1965, y una maestría en la misma materia al año siguiente.
Cheney asciende en la política
Se mudó a Washington como becario del Congreso en 1968 e ingresó al servicio federal en 1969. Dos años después, a los 30 años, se convirtió en asistente del personal de la Casa Blanca, trabajando en el Consejo del Costo de Vida. Cheney sirvió bajo el mandato del presidente Gerald Ford (1974-75) y fue ascendido a jefe de gabinete de la Casa Blanca en 1975.
Republicano, Cheney fue elegido representante de Wyoming en la Cámara de Representantes en noviembre de 1978. Fue nominado por George H.W. Bush para el cargo de secretario de defensa y, tras la aprobación del Senado, asumió el cargo en marzo de 1989.
Pero fue durante su tiempo sirviendo bajo Bush Jr. que Cheney se convirtió en un actor clave en el escenario mundial.
11 de septiembre de 2001, el día que el mundo cambió
Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre contra el World Trade Center y el Pentágono, Cheney se convirtió en el principal estratega de las controvertidas campañas militares estadounidenses en Afganistán e Irak.
El Congreso votó el 11 de octubre de 2002 para impedir que la administración Bush lanzara apresuradamente un ataque no provocado contra Irak y derrocara a Saddam Hussein, a quien Cheney acusó de acumular armas de destrucción masiva, que “podrían desplegarse en 45 minutos”.
156 miembros del Congreso de 36 estados votaron en contra de la invasión y posterior ocupación de Irak, que costó cientos de miles de vidas: más de 4,100 soldados estadounidenses murieron y cientos de miles de civiles perecieron.
No se arrepiente de la invasión de Irak
No se encontraron pruebas de armas de destrucción masiva en Irak, incluso después de que Saddam Hussein fuera capturado y juzgado. Pero Cheney no se arrepintió, insistiendo en que Estados Unidos había tomado la decisión correcta, sin remordimientos ni vergüenza por las enormes bajas que la invasión causó en ambos bandos.
Le dijo a CNN: “Creo que los iraquíes serán alguien con quien podremos trabajar regularmente. Que tendrán una democracia rudimentaria, por así decirlo, y creo que será un éxito, pero tendremos que ver. No creo que se pueda argumentar que el mundo de hoy sería un lugar mejor si Saddam Hussein todavía estuviera en el poder. Es Oriente Medio pasan cosas; creo que tomamos exactamente las decisiones correctas”.
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Su legado sigue siendo uno de los más polarizadores de la historia política moderna: algunos aplaudieron su postura intransigente sobre el fortalecimiento de la seguridad nacional, mientras que para otros, fue un belicista egoísta e impenitente, empeñado en erosionar los derechos humanos fundamentales.
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