Virales
Una uruguaya se va a Asturias, pide un café y cuando ve lo que traen su estómago decide rendirse
La influencer ‘Emi Grando’ alabó la comida del norte de España y quedó asombrada con el tamaño de las raciones; especialmente, con una que no pidió.

Que la gastronomía española tiene una calidad altísima es algo que parece no tener que explicarse. Al menos dentro de las fronteras patrias. Cuando un extranjero degusta sin expectativas —y con ellas, también— la cocina del país encuentra una auténtica experiencia culinaria en la que, además del talento, la habilidad y el producto, juega un papel determinante la cantidad. Así lo ha experimentado Emiliana Artagaveytia Ascheri, ‘Emi Grando’ en redes sociales, una uruguaya que reside temporalmente en Valencia y que recientemente ha visitado Asturias.
Lo que uno ve en el norte no se olvida. Tampoco lo que uno prueba allí. “Yo pensé que lo había visto todo hasta que se me ocurrió ir a Asturias. Me di cuenta de que en el menú te incluían una palangana de fabada”, dice la influencer, que al pedir un menú de dos platos sintió lo equivalente a solicitar media cocina. “Eran dos platos el menú, diez euros, y yo decía ‘listo’. Y llega una señora, muy aseñorada, con una palangana. Y yo, inocentemente, digo ‘listo, sacará la palangana para servir a cada uno en su plato y se va a la cocina’. No. Deja la olla en el medio de la mesa para que te sirvas la que quieras”, cuenta.
No quedó ahí. Le llamó la atención que la cocinera le comentase que, si aquello se acababa, no tenía más que avisarla para que le llegase más. También la bebida, puesto que “pides vino y te traen la botella entera”; y hasta el pan, ya que “te traen una flauta [barra] para que no te falte”. Todo esto, desliza, era la primera parte del menú. “El segundo plato da como para tres personas que están en ayuno”, completa.
Cuando la faena estaba casi realizada, pidió un café “que también venía con un plato de comida (unas migas con huevo) porque aquí, en el norte, lo que pasa es que pides algo para beber y te traen un plato de comida”. Aquello debió ser un verdadero reto. “No podía más. Mi sistema digestivo no está acostumbrado a tanto. Ahora, te digo, de los mejores lugares donde se come en España. Un sabor... Cada vez que comía estaba llorando. Y a mí, con lo que me encanta el chorizo...”, recuerda sin disimular el hambre que le entra al pensar en la gastronomía asturiana.
Además, la creadora de contenido destaca que en la costa del norte es común ver a personas mayores bañarse en la fría playa y que existe una lengua asturiana, el bable, que desconocía. En la caja de comentarios, a vueltas con dialectos e idiomas, matizaron un pequeño detalle de su relato: “Cariño, ‘palangana’ en castellano es lo que se utilizaba antiguamente para lavarse la cara y las manos”.
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