Un médico alerta sobre lo que no debes hacer cuando compramos ropa a estrenar: “No es magia, es química”
El especialista en hermatología y divulgador médico Manuel Viso ha advertido de los peligros que esconde la ropa nueva y da las claves para evitarlos.


Cuando se habla de convertirse en fashion victim, de las amenazas de vestir a la moda o del riesgo que puede asumirse al ataviarse con un look determinado se alude, en todas las circunstancias, a un tipo de peligro que no escapa de lo estético. No debe confundirse esto con las verdaderas precauciones que deben tenerse con la ropa y que suelen pasar desapercibidas.
Una de las más peligrosas, por la frecuencia con la que se repite, es la de ponerse una prenda sin lavarla después de haberla comprado, quizá presa de la emoción y la impaciencia que supone ampliar el armario. Esto es duramente criticado por el doctor Manuel Viso, especialista en urgencias y hermatología que utiliza su perfil en redes sociales para divulgar datos y consejos; el médico advierte de que, además de tela, la ropa nueva está llena de una serie de productos químicos que entrañan más peligro del que puede contemplarse a simple vista.
“Esa camisa sin arrugas, esos jeans con colores intensos... No es magia, es química”, dice, destacando el formaldehído, así como los fijadores de colores y los agentes antiarrugas, como los compuestos más comunes. Al entrar en contacto con la piel puede provocar irritación y problemas dermatológicos que, de no tratarse, pueden derivar en otros mayores: si bien es cierto que estos productos hacen lucir la prenda de manera impecable, también pueden ser absorbidos por la piel con su uso. Un lavado previo eliminaría una gran cantidad de estas sustancias; la compra de buenos materiales que garanticen unos tintes de calidad completaría el círculo preventivo.
Y hay más. “¿Has pensado cuántas manos y cuántos cuerpos han tocado esa ropa antes de que tú la compraras?”, pregunta a sus seguidores; luego se responde a sí mismo: “Esa ropa ha visitado varias veces un probador. Pruebas y más pruebas, devoluciones previo paso por algunos domicilios, almacenamiento... Un auténtico guateque de bacterias, virus, hongos, ácaros, piojos y sarna”. El contacto, en este caso, podría transmitir infecciones cutáneas.
Todo esto, asegura, se ve acentuado en algunos sectores de la población. Pone el ejemplo de los bebés, cuyo “sistema inmunológico aún no está desarrollado”, para terminar de concienciar a sus seguidores. Luego sentencia: ”Así que a partir de ahora, ropa que compres, ropa que laves”.
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