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Se gasta más de 300 euros en una taza de café del que solo se producen 300 kilos al año y queda desolado: “Interesante, pero no tanto...”

El perfil especializado ‘Cafeteros’ ha analizado en profundidad la propuesta protagonista de la Cafetería Shot, en Londres.

Se gasta más de 300 euros en una taza de café del que solo se producen 300 kilos al año y queda desolado: “Interesante, pero no tanto...”
Sergio Murillo
Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
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Si el ser humano fuera maquinaria, gran parte de la industria global apuntaría al café como combustible indispensable. Si de la calidad de esta bebida brotase una mejor producción, entonces, y solo entonces, habría que mirar a Japón para encontrar a los individuos más fuertes y rápidos; esto es, para hallar el supuesto mejor café del mundo.

Con el objetivo de desmontar este mito o, al menos, profundizar en él, ha compartido un vídeo ‘Cafeteros’, perfil de TikTok que acumula 45.000 seguidores y que dedica sus publicaciones a todos los “amantes del café”. “Esta es la taza de café más cara del mundo. Vale 315 euros y se toma en una exclusiva cafetería de Londres”, inicia un reciente post que ha corrido como la pólvora en redes sociales.

“Te cuento, el café está muy caro y la moda del café de especialidad está disparada y convirtiéndolo en un objeto de culto y casi de lujo, pero... ¿tanto como para pagar 265 libras por una taza?“, plantea, pasando a describir con detalle la propuesta del negocio hostelero londinense, la Cafetería Shot, y su producto protagonista.

Según explica el perfil especializado, se trata de un café “de origen japonés y que solo se cultiva en una pequeña granja llamada Nakayama Estate, en Okinawa”. El motivo por el que su precio es tan elevado responde a dos factores principales: la escasa producción (apenas se producen 300 kilogramos al año) y el “mimo y la devoción japonesa para cultivarlo”.

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El vídeo cierra con la explicación del especialista James Hoffman, quien, tras probarlo, sentencia que “tiene una buena textura, un toque de madera final y un toque de acidez interesante, pero no tanto como para costar 315 euros por una sola taza".

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