Ni tontas ni listas: estas son las rosquillas de San Isidro más conocidas que fueron inventadas por las monjas de Santa Clara
Elaboradas en el Monasterio de la Visitación, este dulce es el emblema de estas fiestas patronales.
Un mayo más, los chulapos toman las calles de Madrid para celebrar San Isidro, la festividad ideal para degustar uno de los dulces más típicos de la capital. Y es que las rosquillas de San Isidro son, sin duda alguna, el emblema de estas fiestas patronales. Existen muchas versiones, pero hay unas que se alzan como la joya de la corona: las que elaboran las monjas de Santa Clara en el Monasterio de la Visitación.
Recubiertas de merengue seco blanco, las hermanas clarisas llevan más de un siglo elaborando estas famosas rosquillas con una receta transmitida de generación en generación. Con ingredientes sencillos, pero tratados con una delicadeza absoluta, este dulce lleva harina, huevo, azúcar, anís, aceite de oliva y ralladura de limón, convirtiendo las rosquillas de las monjas de Santa Clara en una auténtica experiencia espiritual.
Mucha tradición
“La receta es muy antigua, quizás se remonte a la Edad Media”, comenta Moncho López, de ‘Levaduramadre’, en declaraciones recogidas por OkDiario. “La costumbre de tomarlas durante la verbena no parece que lo sea tanto, se desconoce la fecha exacta, pero sí sabemos mucho de quién la popularizó: la tía Javiera en el siglo XIX”, añade.
Muchos madrileños coinciden en que, aunque la ciudad se llena de puestos y pastelerías durante las fiestas, las rosquillas de Santa Clara tienen “ese algo especial” que ninguna otra consigue. Además, comprar en el convento es una forma de mantener viva una tradición personal y apoyar a esta comunidad religiosa que vive de su obrador.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí