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Lanza una campaña para encontrar pareja y detalla por qué no ha hecho ‘crush’ con los 1.800 candidatos: “Estoy muy agradecida”

Lisa Catalano, oriunda de San Francisco, ha llenado una carretera con publicidad de su propia página web, desde donde se pueden conseguir citas con ella.

Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
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“Nunca imaginé que haría algo así en mi vida. Estoy casi en shock por haberlo hecho, de verdad”, dice Lisa Catalano a People. Jamás una historia que empiece con esas dos frases ha defraudado. Tampoco esta es una excepción. Su relato es el de una persona que quiere enamorarse; pero de verdad, de corazón. Lisa estaba harta de aplicaciones de citas, de falsas promesas y de realidades chocantes. Lisa un día se cansó y salió a buscar el amor.

Tiene 42 años, pero debió sentir que su edad era mucho mayor y que el tiempo, en realidad, estaba por terminarse. Nada que ver. Oriunda de la Bahía de San Francisco, ideó un plan para que la Costa Oeste de Estados Unidos propiciara, con o sin atardecer, que algún ‘príncipe azul’ cayera en sus redes sentimentales. Valiente y confiada. Y así fue como Lisa llenó la autopista 101 entre Santa Clara y el sur de San Francisco de carteles y vallas publicitarias en las que anunciaba su página web, ‘Marrylisa’, que funciona como una plataforma en la que puedes solicitar una cita con ella. Por si era poco, también colocó la publicidad de sí misma en la parte superior de los taxis de su ciudad.

El nacimiento de una idea

No era una locura. “Cada vez que me frustraba con cómo estaba el panorama de las citas en general, pasaba otros cinco o diez minutos simplemente escribiendo en mi computadora, creando el sitio web como una especie de salida creativa”, confiesa, reconociendo que, cuanto más tiempo dedicaba al portal, mejor quedaba. Un día se le iluminó la bombilla y se lo comentó a su familia. “Creo que al principio les pareció una idea un poco loca, y luego tardaron entre 10 minutos y dos semanas, dependiendo de la persona, en aceptarla”, explica.

Ya estaba hecha la página web. Ahora solo quedaba que la gente se metiera dentro. “Puedo tener este sitio web pero si nadie lo visita, ¿de qué sirve? Así que empecé a pensar: ‘Bueno, ¿cómo puedo promocionarlo?’“, detalla. Y pensó en poner su cara, gigante y sonriente, junto a unas letras amarillas y sobre un fondo negro. El objetivo es que los viajeros se queden con su cara en un simple golpe de vista: ”Quería algo muy sencillo, conciso y llamativo".

Un formulario muy concreto

Cuando uno entra en la página web debe realizar un formulario en el que se piden datos acerca de la formación, trabajo, aficiones, personalidad y lugar de residencia. Por descontado, se pueden subir fotos. “No creo que me esté pasando de la raya con mis puntos innegociables”, razona, explicando que quiere a “alguien que busque una relación comprometida y monógama y que quiera formar una familia; que lleve un estilo de vida saludable”. Por pedir, que tenga sus mismos pensamientos políticos y religiosos y que tenga entre 35 y 45 años.

El formulario ha sido realizado por 1800 personas desde 19 años hasta 78 años. Y, con todo, sigue siendo esta alternativa mejor que la vía ‘tradicional’ por aplicación de citas. “Creo que las aplicaciones pueden funcionar, de verdad, pero en mi caso, simplemente no estoy obteniendo los resultados”, cuenta. El giro de guion llega al confesar que ella había estado prometida hasta 2023, año en el que su marido falleció, y que, aunque parezca lo contrario, todo este asunto no deja de provocar brotes de confusión en su interior: “Es un proceso muy extraño intentar retomar las citas cuando se lleva tanto tiempo en una relación”.

Esta idea, que “a la gente le encanta o la odia”, instala en ella la sensación de que es más fuerte de lo que jamás pensó. Ha rechazado a todos porque no cumplen con las condiciones que sugiere, pero, aun así, no pierde la esperanza: “Creo que hay alguien ahí fuera que encaja perfectamente conmigo, y creo que yo encajo perfectamente con él. Simplemente aún no hemos conectado. Y me atrevería a decir que su solicitud podría estar ya en mi bandeja de entrada”. La carretera del amor, bajo el sol de San Francisco.

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