Su rostro fue uno de los más populares en la pequeña pantalla hasta hace una década, cuando decidió alejarse de los focos para volver a ser anónimo
Jaime Bores fue una referencia en el mundo de la televisión, siendo incluso uno de los presentadores en dar las Campanadas en 1997 junto a Telemadrid.
La fama es algo que muchos buscan, pero de lo que otros rehúyen. Cada día son más las celebridades que quieren desaparecer del mapa, perderse en el anonimato, como le ocurrió a Jaime Bores, uno de los presentadores de televisión más famosos en la década de los 90, que prefirió despedirse y alejarse de las cámaras.
Bores fue haciéndose un nombre en la televisión, pasando primero por Telemadrid, donde trabajó durante tres años como el chico del tiempo en ‘Madrid Directo’. Una andadura que le sirvió para dar las Campanadas en la cadena autonómica en el año 1997.
Un hombre que poco a poco fue adquiriendo fama, sobre todo cuando llegó a TVE de la mano del programa de ‘Digan lo que digan’, el cual presentó y le llevó a ganarse el cariño de miles de espectadores, y es que además de su atractivo, conquistó a todos por su tono de voz y su simpatía.
De hecho, gracias a su papel en ese programa fue nominado al TP de Oro en la categoría a Mejor presentador. Todas las cadenas le querían, era uno de los referentes en la pequeña pantalla, y eso le llevó precisamente a encargarse de presentar la ‘Gala Miss España 2000′, donde precisamente cometió un error al desvelar el nombre de la ganadora, quien fue Helen Lindes. Un pequeño error que, sin embargo, no le lastró.
Y, de pronto, después de muchos años en lo más alto, decidió retirarse de escena hasta en dos momentos diferentes. Primero, dejó la televisión para poner rumbo a Argentina, donde abrió un negocio de alquiler de apartamentos turísticos que después acabó fracasando.
Entonces, regresó a España en busca de oportunidades, y se encontró con varios espacios en Antena 3, como ‘La granja’, ‘La buena onda de la tarde’, y otro mítico como ‘Pelopicopata’. Un buen número de programas que, sin embargo, no terminaron de encantar al presentador, que también tenía una mala relación con el equipo de redacción, como confesó a posteriori en ‘La Noria’, donde incluso pidió perdón públicamente por su comportamiento, y donde también se definió como “el rey de la telebasura”.
Después, en 2012, decidió volver a alejarse de los focos, y es que, como confesó a ‘ABC’, se fue en busca del anonimato: “Me fui porque quería volver a ser anónimo. Ni tengo relevancia ni la busco, es una vida tan lejana que parece la de otra persona”.
Su vida en la actualidad
Ahora, su vida está ligada al mundo empresarial, contando con varios negocios de restauración, y viviendo entre Madrid y Asturias.
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