Silvia Bronchalo ya no visita a Daniel Sancho a pesar de seguir en Tailandia

El ‘caso Sancho’ entra en una etapa crucial. Tan solo faltan unos días para que Daniel conozca la fecha definitiva del juicio en el que será condenado a cadena perpetua o pena de muerte por el asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta en Tailandia. Mientras tanto, el joven permanece en la cárcel de Koh Samui, al sur del país, desde hace dos meses y medio en prisión provisional como medida cautelar.

A lo largo de este tiempo, Daniel Sancho recibió hasta tres visitas de su padre Rodolfo durante la semana que el actor permaneció en Tailandia con el fin de ayudarlo en su defensa de la mano del abogado Marcos García Montes. Por su parte, Silvia Bronchalo optó por subirse a un avión en cuanto conoció la detención de su hijo acudiendo de manera casi diaria a Koh Samui para ver a su hijo.

Sin embargo, parece que a la madre de Daniel Sancho se la ha tragado la tierra. Lleva varias semanas sin dejarse ver por el centro penitenciario a pesar de que continúa en el país. Su última visita a su hijo data del pasado 20 de septiembre. Pero, ¿a qué se debe este cambio de actitud? Es todo un misterio, aunque su ‘desaparición’ se produjo poco después de que saliera a la luz una información en la que se decía que el joven chef “se estresa cuando viene su madre mientras que con su padre está más tranquilo”.

Su última aparición

Fue precisamente ese 20 de septiembre cuando Silvia Bronchalo protagonizó un sonado altercado con la prensa trasladada hasta Tailandia para cubrir el caso. La expareja de Rodolfo Sancho se encaró con el periodista Alejandro Rodríguez, de ‘TardeAR’, el cual se preocupó por su estado anímico tras este duro varapalo familiar. Bronchalo sacó su teléfono móvil de muy malas formas para grabar a ese reportero y a otros que estaban insistiendo en saber cómo se encontraba.

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La nueva estrategia de Daniel Sancho

Tal y como adelanta ‘El Mundo’, la defensa de Daniel Sancho ha elaborado un dosier en el que se intenta poner en entredicho la supuesta premeditación en la que insisten las autoridades tailandesas. El equipo legal del español asegura que su cliente “no planificó el crimen” y catalogan como “elementos ocasiones” los artículos que el joven adquirió pocas horas antes de acabar con la vida de Edwin Arrieta. “Los adquirió bajo su confición de chef y seguidor de la cocina tailandesa”, insisten. “Adquirió el cuchillo, las bolsas de basura, la sierra y los guantes con la intención de usarlos en actividades de restauración”, añaden desde el despacho de Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás.