FAMOSOS

Qué fue de Simon Leviev, el estafador de mujeres en Tinder que se salvó de la cárcel

El estafador, cuya fama resurgió por el documental de Netflix ‘El estafador de Tinder’, ahora es un famoso ‘influencer’.

Actualizado a
Qué fue de Simon Leviev, el estafador de mujeres en Tinder que se salvó de la cárcel

La historia de Simon Leviev volvió a resurgir después de que Netflix contase su historia en el documental El estafador de Netflix. El israelí, que realmente se llama Shimon Hayut, saltó a la fama por sus conquistas en la red social Tinder haciéndose pasar por millonario para estafar a sus contactos.

Leviev aseguraba ser el hijo heredero de un empresario millonario israelí. Mediante la red social de citas engatusaba a sus víctimas, a las que agasajaba con regalos caros antes de pedirles dinero asegurando que su vida corría peligro. Un modus operandi que mantuvo con varias mujeres hasta el punto de que según las autoridades llegó a rondar los diez millones de dólares de ganancias.

Su vida siempre se ha basado en las estafas. Ya en 2011 fue detenido por primera vez por robar cheques de una familia a cuyo hijo cuidaba. Las mujeres se convirtieron en su objetivo más tarde, pues también en 2015 recibió su primera condena a prisión por engañar a tres féminas y ser descubierto con documentación falsa.

Si los engaños económicos han sido siempre una máxima en su perfil, las huidas de los países en los que estaba siendo procesado también han sido su seña de identidad. Leviev huyó de Israel después de su sentencia y está acusado de delitos de fraude en Noruega, Suecia y Reino Unido. También tiene cuentas pendientes en España tras aportar una identificación falsa en un viaje a Cádiz.

Un influencer de prestigio

Ahora que todo el mundo conoce su historia, los hechos por los que le han condenado y aquellos que todavía se le imputan, Shimon Hayut ahora es un reputado influencer en su cuenta de TikTok. De hecho, ha llegado a un punto de notoriedad tal que hace menos de un año fue víctima de una estafa similar a las que él mismo cometía.

Una mujer contactó con él a fin de ofrecerle una cuenta verificada en Twitter para él y para su novia. La joven se hizo pasar por una trabajadora de la compañía Meta, propiedad de Mark Zuckerberg, y le sacó seis mil dólares por una verificación que nunca llegó.