Preocupación por Tamara Falcó: está al límite
La boda de la hija de Isabel Preysler se está convirtiendo en una carrera de obstáculos para la ‘socialité' y tanta presión de cara al enlace inquieta a su entorno.
El enlace entre Tamara Falcó e Iñigo Onieva está siendo una carrera de obstáculos para sus protagonistas, que no paran de atajar polémicas y nuevas vicisitudes. Tras la primera cancelación de la boda por los escarceos de él en el festival Burning Man de Estados Unidos y la posterior reconciliación, con anuncio de retomar el compromiso, los acontecimientos en el camino al altar los tortolitos no han cesado.
A menos de dos meses para la boda, la hija de Isabel Preysler se quedaba sin diseñadoras para su vestido de novia, después de que la firma Sophie et Voilà anunciase la ruptura del contrato con la socialité argumentando que esta lo había incumplido al querer plagiar un diseño de otra autoría. De las dos modistas a las que se les había encargado el vestido, una es prima del chef de la boda, por lo que pululó en el ambiente la posibilidad de un nuevo contratiempo.
Ahora, con nuevo diseñador, y ya en fase de pruebas con la casa Carolina Herrera, el siguiente objetivo de Tamara Falcó sería perder peso de cara a la gran cita. Nada más y nada menos que unos diez kilos. Para ello, la socialité se habría propuesto ingresar en la Buchinger, clínica de Marbella a la que tanto su madre como la anterior pareja de esta, el Nobel Mario Vargas Llosa, eran asiduos para tratamientos de belleza y detox.
En definitiva, un ajetreo que estaría pasando factura la marquesa de Griñón, por quien en cuyo entorno albergan gran preocupación.
De momento dulce a pesadilla
Desde que anunciase su boda para comienzos del mes de julio, cada paso de Tamara Falcó antes de su esperado ‘sí, quiero’ está siendo analizado con lupa, por la gran proyección mediática que buscan a través de ella las firmas con las que sella sus acuerdos de colaboración. Un escrutinio que estaría multiplicando la tensión propia de las novias ante su boda.
Tal es así que, según apuntan desde Semana, el entorno de la marquesa está preocupado por ella, ya que está siendo también un enlace atípico, por todo lo ocurrido hasta la fecha. “Todo esto viene acompañado de exposición pública y de la presión mediática. Tamara lleva mucho tiempo aguantando mucha tensión y cualquier día le va a dar algo”, cuenta a la revista fuentes cercanas a la aristócrata.
“Cualquier día explota. O baja el ritmo o un día de estos va a petar”, explican sus amigos a la publicación del corazón, inquietos por los muchos compromisos publicitarios de Falcó junto con los apresurados preparativos de boda.