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Pilar Rubio saca su lado más sincero sobre sus hijos: “Si quieren dinero tendrán que trabajar”

La presentadora ha hablado acerca de la educación de sus hijos, donde asegura que no tendrán lujosos caprichos hasta que encuentren un trabajo.

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Pilar Rubio durante el estreno de ‘Discovering Canary Islands’ en la 70 edición del Festival de Cine de San Sebastián.

Pilar Rubio ha sido la última protagonista del podcast de Laura Escanes, Entre el cielo y las nubes, donde ha aprovechado su intervención para hablar de las personas más importantes de su vida como son sus cuatro hijos, Sergio, Marcos, Alejandro y Máximo Adriano. La esposa de Sergio Ramos reconoce que sus pequeños son conscientes de la fama que ostentan sus padres, ya que “no han podido vivir otra cosa” desde que llegaron a la vida.

“Son niños que van al colegio, aunque no juegan mucho al fútbol”, cuenta. De hecho, la colaboradora de El Hormiguero ha compartido una anécdota acerca de uno de sus hijos y que tiene que ver con un regalo que le pidió a su madre. “Mi hijo viene a veces y me dice: ‘Es que quiero un móvil, yo quiero uno porque no sé quién tiene uno’”. La respuesta de Pilar demuestra la notable educación que están recibiendo sus hijos a pesar de todo lo que les rodea gracias al trabajo de sus padres.

“Yo le digo: ‘Pero tú dónde vas, chaval’. Yo me compré un móvil para trabajar cuando no tenía dinero. Les digo que cuando tengan dinero que se lo compren, pero hasta los 16 no los tendrá”, cuenta. “Su padre es un trabajador nato y su madre igual. Yo no les doy paga ni nada, son niños pequeños. Si quieren dinero, pues les digo: ‘Tendrás que trabajar’”, añade.

“Venimos de familias súper normales”

Por otro lado, la modelo reitera que sus hijos deben “valorar las cosas” que reciban a lo largo de su vida debido a que sus padres provienen de familias “súper normales” y sin ningún tipo de lujo. “De pequeña, mi padre me ponía a limpiar los cristales de la tienda que teníamos. Lo único que hemos hecho ha sido currar”, reitera. Pilar también cuenta que no les permite a sus hijos que se dejen comida en el plato, aunque ese logro sea a veces complicado. “No tengo mucha paciencia”.