TELEVISIÓN

Óscar Díaz: “Cuando empecé a estudiar para ‘Pasapalabra’, no tenía claro que me fueran a llamar”

El ganador del tercer bote más elevado de la historia del concurso ha recibido a este diario para transmitir sus impresiones tras recibir 1.816.000 euros.

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Óscar Díaz: “Cuando empecé a estudiar para ‘Pasapalabra’, no tenía claro que me fueran a llamar”

Óscar Díaz (Madrid, 1971) es historia de los concursos españoles. El 24 de junio del 2000, todavía en el siglo XX, apareció por primera vez en un ‘Pasapalabra’ en el que cualquier parecido con el actual era pura coincidencia. Veinticuatro años después, Óscar ha conseguido embolsarse el tercer bote más suculento de la historia del formato. Con la emoción del momento a flor de piel, atiende a AS para hacer un pequeño repaso de su trayectoria televisiva.

P: ¿Cómo está llevando estos días? ¿Vio el programa?

R: Sí, sí, claro. Estuvimos en ‘El Hormiguero’ justo antes. Y nada, cuando acabamos, cogimos un coche y nos fuimos mi mujer y yo a reunirnos con las personas que supieron la noticia las primeras, es decir, con mi madre y con mis hermanas. Cuando gané el bote, después de despedirme de Moisés, nos fuimos para casa y ahí me habían tendido una emboscada que desconocía. Y es que aparte de mi madre y mi mujer, que eran las que esperaba encontrar allí, pues también estaban mis hermanas y mi sobrino y también algún cuñado. Y la verdad que me llevé una sorpresa maravillosa. Entonces, pues decidimos repetir en casa de mi hermana Ángela y estuvimos ahí todos viendo el rosco. Claro, cambia la película, porque no es lo mismo que te lo cuenten que verlo. Y a mí me ilusionó mucho ver cómo iba porque, aunque eran los poquitos que había en mi entorno que sabían lo que había pasado, pues también ver cómo se ilusionaban según avanzaba el programa fue muy bonito. Y luego la resaca posterior pues imagínate. Ayer la verdad que no me dio tiempo a pensar mucho y hoy tampoco demasiado. Entre entrevistas o compromisos, porque tienes que ir a la tele y tal, es toda una vorágine muy rápida y no te enteras demasiado. Y tampoco puedes atender a las llamadas que te hacen o a los mensajes que te llegan. Y por eso me siento un poco un poco culpable. Pero bueno, poco a poco iré. Iré respondiendo a todo el mundo y bueno, intentando devolverles el cariño que me están transmitiendo.

Por su experiencia televisiva en tantos concursos, imagino que ya le parará gente por la calle.

Pues la verdad es que eso sucede. La gente que no es ajena a los concursos de televisión es muy aficionada. O sea, es gente que no lo ve ocasionalmente, sino que lo integra en su rutina, con lo cual supone que la gente que pasamos por allí como concursantes nos colamos en muchas casas muchos días y, además, de manera continua. Entonces es normal que el espectador empatice contigo y si te descubre aquí o allá pues te dedique unas palabras o quiera charlar un rato contigo porque es lo que a mí me pasaba. Para mí el hecho de querer concursar no tenía un motivo utilitario de poder ganar dinero, sino ponerme un poco a prueba y ver cómo era capaz de responder a la a las preguntas que veía responder a otros concursantes. Luego ya evidentemente el dinero es un beneficio añadido. Sí es cierto que yo no abordaba a otros concursantes, pero podría haberlo hecho porque me hacía mucha ilusión cruzarme con alguno de ellos en alguna otra ocasión que pasó.

Su caso, además, tiene la peculiaridad de que es la segunda vez que gana el bote de ‘Pasapalabra’.

Sí, sí, es cierto. Aunque bueno, hay que hacer una pequeña salvedad. El otro bote fue en una modalidad que se llama ‘Pasapalabra en familia’, en el que no había famosos, sino que al concursante principal le acompañaban dos personas de su familia. En mi caso vinieron mi mujer Patricia y mi hermana Lucía y luego el rosco se partía por la mitad. Cada concursante hacía la mitad de ‘A’ a la ‘M’, me parece. Y el otro concursante, que en este caso fue mi hermana Lucía, hacía el resto de las letras. La verdad es que fuimos un poco a la aventura. O sea, nos propusieron acercarnos a esos especiales y bueno, me hacía ilusión que parte de mi familia viera un poco de la tele por dentro. Patricia había pisado algún plató acompañándome o haciendo alguna cosilla, pero Lucía no había estado jamás en ningún plato. Entonces fuimos un poco a eso, a disfrutar del día y de la aventura, y dio la casualidad de que nos llevamos el bote. También es cierto que la dificultad de las preguntas de aquellos especiales era mucho más moderada. Entonces, igual que nos lo pudimos nos llevamos nosotros, se lo podían haber llevado otros concursantes que pasaron allí porque siempre el concursante central era un alguien que había tenido el éxito, sobre todo en ‘Pasapalabra’ o en algún otro programa. Entonces, fue circunstancial, pero fue precioso. Claro, porque el hecho de compartir ese momento con gente tan cercana, con tu familia. Fue muy divertido y bonito.

Amplia experiencia televisiva

Al aficionado de los concursos de televisión, el rostro de Óscar no le era ajeno. Desde que debutó en el año 2000, ha tenido tiempo para ser una de las pocas personas en completar 200 programas (el máximo) en ‘Saber y Ganar’ y compuso, junto con Manolo Romero, Victoria Folgueira y Miguel Ángel Gómez, el mítico equipo de ‘Los Dispersos’ en ‘¡Boom!’, donde permanecieron 324 entregas.

Parece ser que existe una tendencia en los concursos de apostar por concursantes conocidos y fomentar su permanencia para fidelizar a la audiencia. Imagino que usted, que ya es todo un especialista, no tiene que pasar ningún tipo de prueba de selección.

Yo me he presentado proceso de selección de ‘Pasapalabra’ como todo hijo de vecino. Lo que pasa es que, claro, en su momento lo superas y luego ya te quedas ahí como una especie de bolsa de concursantes. Yo, en las ocasiones en las que he ido, tanto en el 2000 como en ‘Pasapalabra en familia’ o en esta última época, los filtros que he pasado son parecidos a los que han pasado otros. Sucede que claro, al superar un casting, aunque fuera hace bastantes años, pues ya te tienen en ese limbo. Y bueno, el asunto es que no tienes ninguna seguridad de que vayas a salir de ahí, porque la rotación de concursantes es escasa porque cada vez están mejor preparados y aguantan más en liza. También hay competencia, claro. Y luego, evidentemente, hay decisiones que no dependen de ti. Los responsables de casting tienen un conocimiento preciso de qué es lo que creen que puede ir bien para el programa en cuanto a rendimiento de respuestas a perfil, etcétera, etcétera. Y ahí nosotros entramos y salimos, pero solo podemos aspirar a que un día se acuerden de uno.

Y todo esto, sin concursar en otro sitio para evitar problemas por la exclusividad.

Bueno, también, efectivamente. Pues puede ser que si de repente te llaman o vas a acudir a un casting para ir otro concurso, pues que afecte a tus posibilidades en el futuro. Mira, yo, por ejemplo, para ‘Pasapalabra’ la verdad es que no había estado en ningún sitio desde casi tres años, desde que nos eliminaron de ‘¡Boom!’. Yo no tenía ese problema porque entre líos laborales y demás tampoco había curioseado para presentarme para ir a cualquier otro. Esto ha llegado después de un proceso largo de estudio, pero en buen momento, aunque sí es cierto que cuando empecé a estudiar no tenía nada claro que me fueran a llamar.

‘Saber y Ganar’ es, tal vez, la cantera de muchos de los grandes concursantes de programas de televisión en la actualidad. Hablan mucho de cómo estudian para ‘Pasapalabra’, pero ¿la preparación para ‘Saber y Ganar’ ayuda también a enfocar el concurso?

En mi caso no tiene nada que ver, la verdad. Primero, porque yo jamás he estudiado para ir a ‘Saber y Ganar’, y entonces no me ha servido para estudiar posteriormente. Si es cierto que te da un poso de cultura o tablas para estar en un concurso de televisión y manejarte en condiciones en un entorno exigente de preguntas de cierto nivel. Pero no, yo ni en ‘Saber y Ganar’ ni en ‘¡Boom!’ me preparé para ir. Porque sí es cierto que, sobre todo en ‘Saber y Ganar’, las preguntas que te plantean son más de cultura general. Por muy exigentes que sean, porque por eso tienen la fama que se han ganado, son cosas con las que te puedes encontrar si tienes cierta curiosidad, si lees o si estás acostumbrado a leer ciertas revistas o libros. Sin embargo, en Pasapalabra es un conocimiento mucho más específico. En primer lugar, la preparación se basa en el diccionario en el estudio profundo del Diccionario de la RAE y del María Moliner. Y luego, por otro lado, las preguntas ajenas al diccionario pues son más extremas. Hubo una época que sí había alguna, de vez en cuando, estilo ‘Saber y Ganar’, pero en mis 157 programas no ha habido ninguna de las ajenas al diccionario.

Hablan también mucho de las preguntas ‘cerrojo’. Dos difíciles del diccionario y dos prácticamente inaccesibles de enciclopedia.

Para que te hagas una idea, en estos 157 programas he respondido 15 ajenas al diccionario. Eso es una cada diez programas. Claro, esas preguntas son las que te dan el bote, y he tenido la inmensa suerte de que me han tocado las dos juntas. Moisés y yo veíamos que no había manera de dar con ellas. Él se había quedado varias veces con 24, pero el salto a 25 es kilométrico. Hubo épocas que caían nombres de presidentes con cierta frecuencia y ya nos estudiábamos los nombres de todos los presidentes del mundo. Es una locura, y claro, no hablamos de los de Francia. Hablamos de Estonia, Burundi... nombres marcianos, aunque no deja de ser un conjunto finito. Es una locura. Pero si de repente no te preguntan eso y salen secretarios de Comercio o el señor que fue a comprar un día, se complica todo. Hay que entenderlo, porque la culpa de esto es que la preparación de los concursantes ha ido a más y los guionistas han tenido que responder de manera proporcional.

En su momento, Rafa Castaño nos contó que Orestes habría ganado su bote si le hubiera tocado a él. ¿Cuántas tenía Moisés en su rosco?

Él me dijo que se habría quedado con 24 porque no tenía la ‘F’. Siempre, además de jugar nuestro rosco, también estamos atentos al otro para hacer cuentas. Si a ti te suena una pregunta, lo normal es que el otro la sepa. Yo pensaba que la ‘M’ suya la iba a sacar, porque yo sí la tenía. Yo estaba pensando en ganar el programa. Él se plantó y me dijo que sospechaba que yo tenía la ‘S’, pero me confirmó que se habría quedado con 24.

Aunque los concursos le han lanzado a la fama, usted tuvo durante un tiempo un programa de televisión y es un erudito en golf. ¿Cómo descubrió ese deporte?

La verdad es que es difícilmente explicable, porque de chaval en mi familia no había no había nadie que jugara al golf, ni teníamos dinero, ni acceso, ni nada que se le parezca. Pero sí es cierto que desde chaval a mí me llamaba mucho la atención el deporte. Yo nací en el 71, con lo cual en aquella época tampoco se retransmitía tanto a pesar de que era época importante de Ballesteros. Seve consiguió que se popularizara algo más, pero tampoco se emitía tanto, no como ahora que tenemos incluso canales especializados. Pero a mí me gustaba y me llama mucho la atención. A medida que iba que fui cumpliendo años lo que me maravilló del golf es que era un deporte con muchos siglos de historia y que detrás de la competición había un montón de historias muy chulas, aunque eso es algo que a mucha gente le pasa desapercibido. Durante mucho tiempo fui leyendo y comprando libros, revistas, viéndolo por televisión e informándome, lo que me llevó a practicarlo, aunque soy muy malo. Decidí montar un blog de golf en el que, más que hablar de los resultados, aunque hubiera un pequeño resumen de prensa que era un estilo Google News con una selección de e titulares de los medios más importantes en español, yo publicaba cosas que a mí me interesaban, que podían tener que ver con el golf, pero siempre con un tema como música, literatura, cine o historia. Yo contaba batallitas relacionadas con el golf, y a raíz de esas cosas que iba publicando, el blog fue creciendo y teniendo cierto impacto.

Y de ahí, a Canal Plus.

Tomé contacto con ellos y les planteé la posibilidad de llevar el blog a un formato televisivo. No había dinero, pero sí me ofrecieron la posibilidad de ser colaborador de un programa. Y así empezó de golpe, un formato que creamos los dos (Óscar y Carlos Palomo) y que básicamente era ver la alternativa al deporte. La segunda temporada pasamos de 15 minutos a 25 y ya con un plato aparte, y en la tercera temporada nos pusieron en prime-time a las a las diez todos los miércoles y teníamos media horita para que hiciéramos Carlos y yo nuestras locuras. Estuvimos ahí siete años pasándonoslo pipa haciendo el programa. Yo decidí hacerme a un lado, porque luego a raíz de aquello empecé a trabajar para el circuito europeo en el equipo de la jefa de prensa en España, y bueno, luego heredé parte de las cosas que hacía mientras a la vez colaboraba con otros medios, porque mi blog por el camino se fue muriendo por falta de atención. Pero bueno, empecé a escribir para prensa especializada en el deporte. Actualmente soy jefe de prensa de torneos de golf para el circuito europeo y también he trabajado para para el circuito europeo femenino

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