Andorra es mucho más que un pequeño país con nieve y esquí: esto es todo lo que puedes hacer en el Principado
Aunque la historia del Principado está vinculada directamente con España, pocas personas conocen los maravillosos secretos del país.


Con varios días de vacaciones por delante y el siempre emocionante momento de elegir destino, muchas son las ciudades o países que se vienen a la cabeza. La tradición de Roma, el romanticismo de París, la modernidad de Berlín o la exoticidad de destinos como Marruecos, Albania o Tailandia aparecen con fuerza como opciones a tener en cuenta entre muchas otras. Sin embargo, en la terna de candidatos rara vez aparece Andorra.
Tradicionalmente, el turismo en Andorra siempre se ha asociado a la nieve y al invierno. Su orografía, repleta de las montañas y valles de los Pirineos, la coloca como un lugar idílico del que disfrutar de actividades como el esquí o el snowboard. Además, a diferencia de otros lugares al norte de España, pese a que los inviernos son fríos los días de sol anuales rondan los 300, con lo que la lluvia es harto improbable.
Con el tiempo, el Principado se está convirtiendo en un destino turístico cada vez más apetecible. El desembarco de famosos en busca de beneficios fiscales ha puesto en el mapa a un país del que, pese a su cercanía con España, las nuevas generaciones rara vez han oído hablar. Poco se enseña de su historia, de su geografía o de su sistema político en comparación con otros lugares con mucha más tradición. Tal vez sea por un tamaño que, aunque pequeño (tan solo 468 km2), no le impide tener una oferta para sus visitantes de lo más interesante.
Un aeropuerto a media hora y Wi-Fi por las calles
Históricamente solo se podía llegar a Andorra por carretera. La complejidad de su sistema montañoso dificulta la construcción de un sistema ferroviario equiparable al del resto de Europa y, por ende, también la de un aeropuerto. Barcelona y Toulouse, ambas a 125 kilómetros de distancia por carretera, eran las opciones aeroportuarias más viables hasta que en 2021 abrió el aeropuerto de La Seu d’Urgell en la localidad ilerdense del mismo nombre. Desde allí hay conexiones varios días a la semana con Madrid y con Palma de Mallorca.
Una vez en tierra, hay que subirse a un autobús lanzadera que en media hora te deja en Andorra la Vella, la capital del país. Aviso a navegantes: al no ser Andorra parte de la Unión Europea, las llamadas y el uso de internet con datos móviles no es gratuito, así que es recomendable apagar el ‘roaming’. No obstante, las comunicaciones son muy sencillas, pues hay conexión Wi-Fi en todo el país.
Naturland, un parque temático en constante reinvención
A estas alturas no vamos a sorprender a nadie al afirmar que el principal atractivo de Andorra son sus actividades relacionadas con la nieve. Rehuyendo de las obviedades deportivas, las montañas del Principado ofrecen alternativas de todo tipo. El parque temático de Naturland, ubicado en la localidad de Sant Julià de Lòria, incluye muchas de ellas.
La joya de la corona es el Tobotronc, el tobogán alpino más largo del mundo. En total, los visitantes podrán sumergirse en un viaje de más de cinco kilómetros bajando en un trineo por todo el bosque disfrutando de unas vistas impresionantes, ya esté la zona nevada en invierno o sin nieve, en verano. Los paseos en trineo, los circuitos de esquí de montaña o las Snow Scooters son también una buena opción invernal.
Una de las grandes apuestas del parque son las Moonbikes. Estas motos de nieve ofrecen una experiencia apasionante disfrutando de rutas por el bosque bajo la luz de la luna. Todo ello con el aliciente de que las emisiones a la atmósfera y el ruido de los vehículos son ínfimos.
Pero Naturland no solo es un parque temático de invierno. Cuando el sol derrite la nieve, el lugar se reconvierte para ofrecer planes con tirolinas, rutas a caballo, actividades multiaventura en medio del bosque, tiro con arco, toboganes o un laberinto apropiado para personas de todas las edades. Todo ello apoyado gastronómicamente con el restaurante – hotel ‘La borda de Conangle’, todo un lujo a 2.000 metros de altitud.
El après ski, un concepto emergente
En lugares como Andorra donde el esquí es uno de los principales motores turísticos del país, está cada vez poniéndose más de moda el concepto del après ski. Traducido al francés, el término significa “después del esquí” y hace referencia a todas las actividades que los esquiadores hacen tras acabar en las pistas.
En este sentido, además de Naturland, Andorra tiene su punto de referencia: L’Abarset. Literalmente a tan solo unos metros de las pistas de la estación de Granvalira, una de las mejores de Europa, fiesta y gastronomía se dan cita con los mejores DJs del país. Allí todo está permitido, desde vestir de gala hasta llevar la misma ropa que en la montaña para disfrutar de planes que empiezan a media tarde y pueden llegar a terminar hasta las 3 de madrugada con alguna decena de grados bajo cero. “Nos encanta este concepto de fiesta”, cuenta un joven británico que claramente estaba disfrutando de la fiesta pese a que todavía había noche por delante.
La oferta gastronómica del restaurante es de las mejores de todo el país. En L’Abarset, además de disfrutar de un ambiente íntimo y de un servicio espléndido, la gastronomía de alta montaña de Andorra se ve reflejada en platos de una altísima calidad merced a su combinación entre lo tradicional y lo moderno. Lo ideal para afrontar un día de montaña en el que el consumo calórico va a estar por encima de lo habitual.


En Andorra se utilizan muchos ingredientes frescos y de temporada. Evidentemente, los productos marinos son de exportación, pero el resto tienden a ser nacionales. Las hierbas aromáticas, las setas y verduras de montaña o las carnes de los animales criados en las montañas suelen ser frecuentes. La influencia francesa y española hace que en Andorra tomen lo mejor de los dos países, sobre todo cuando de quesos, embutidos o postres se trata.
Balnearios y museos
Después del ajetreo de la montaña, para todos aquellos que no quieran la fiesta de L’Abarset, los balnearios de Caldea ofrecen uno de los planes más repetidos en Andorra. El spa termal más grande del sur de Europa abrió en 1994 y, gracias a su arquitectura, permite que sus visitantes no se pierdan las maravillosas vistas de las montañas que les rodean mientras se sumergen en sus aguas. Entre sus instalaciones hay una laguna de hidromasaje cubierta, otra al aire libre y otra panorámica sobre el río Valira con una temperatura todas ellas de entre 32 y 34 grados.
No faltan tampoco, por supuesto, las saunas o los baños de vapor, zonas con contrastes de temperatura, cabinas de hielo, lagunas con cascadas o hidromasajes o baños con frutas, como pomelos y limones, para aportar a la experiencia un toque sensorial tanto para la piel como para el olfato.
Si todavía le quedara alguna duda al lector sobre si merece la pena la oferta turística de Andorra más allá del esquí, conocer la parte cultural le zanjarán las pocas que le queden. La joya de la corona de sus museos es, sin duda, el Bici Lab. Ubicado debajo de la plaza que acoge a la Casa de la Vall (el antiguo Parlamento) y al Consell General (el nuevo), el museo ha sido valorado entre los diez mejores de Europa por el Consejo de Europa en 2024.
Por tan solo cinco euros que cuesta el precio de la entrada, los visitantes podrán conocer de primera mano la colección de 362 piezas de la familia Bonaventura Riberaygua, quienes durante más de medio siglo han comprado ejemplares únicos en el mundo de bicicletas de todo tipo: desde monociclos y draisinas (el antecesor de la bicicleta) del siglo XIX hasta ejemplares recientes y modernos hechos con materiales sostenibles.
El museo es un espacio vivo que cuenta también con espacios interactivos y simuladores de ascensiones reales a algunos de los grandes picos de Andorra, un país que por su orografía es muy propenso a la práctica del ciclismo. De hecho, según las cifras que estiman en el museo, unos 50 ciclistas profesionales residen en el país por sus posibilidades de entrenamiento, además de por los evidentes beneficios fiscales.
Otro aspecto que merece ser destacado es que el Bici Lab de Andorra realiza exposiciones temporales en los que vinculan la bicicleta con distintas causas sociales. Bicicleta y tecnología, feminismo, salud mental y física o proyectos solidarios relacionados con el vehículo son algunos de los que han tratado desde su apertura en octubre de 2022.
El museo del automóvil, el de la motocicleta, el del cómic, el museo etnológico Casa Areny Plandolit, el Espai Columba o la galería de Carmen Thyssen en Andorra son otras de las opciones culturales que el país ofrece en función de los gustos del visitante.
Objetivo: elitizar Andorra
Andorra Turisme, una de las entidades que más está trabajando en el presente por impulsar el turismo en el país, viene impulsando en los últimos años un proyecto denominado ‘Andorra Selected’ con el que pretenden mejorar el turismo y atraer a personas de distintos países del mundo. Aunque no sea con intenciones lúdicas, Andorra es un país muy rico culturalmente, pues personas de todas partes del mundo (aunque mayormente españolas, argentinas y portuguesas) conviven durante la temporada de invierno para cubrir las necesidades laborales en sectores como el esquí o la hostelería.
La idea con la que trabajan es la de elitizar Andorra, es decir, hacer que las estancias se prolonguen durante más tiempo y que el gasto sea cada vez más elevado. Para ello, cuentan con el apoyo de marcas nacionales que tienen como condición ofrecer un producto de alta calidad empleando políticas de sostenibilidad y disponer de sus servicios en al menos cuatro idiomas. Hoteles, bordas (las casas típicas de los Pirineos y en las que hay fundados decenas de alojamientos rurales), empresas dedicadas a los sectores de transporte, deporte, compras o experiencias gastronómicas pueden formar parte de ello. “Lo que nos diferencia de los demás competidores en clave esquí es nuestra oferta complementaria. Andorra no es un resort, es un país. Puedes esquiar por la mañana pero por la tarde puedes irte de tiendas a la capital a comprar o a las motos de nieve”, nos cuenta una de sus embajadoras, Judit Pedrós, de Andorra Tourisme.
En este sentido, desde Andorra Turisme trabajan en esta expansión internacional con viajes en ferias por todo Europa y con la organización de distintos eventos en territorio nacional, como mundiales de disciplinas de esquí hasta el ‘Andorra Taste’, un proyecto que acoge a cocineros de renombre de distintos países para promocionar la gastronomía de alta montaña y los productos locales con convenciones y acercarles sus conocimientos a sus ciudadanos.
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