KISS en Halloween: el día que Ace Frehley se cargó la entrevista más surrealista de la historia del rock
Una entrevista en directo, un guitarrista borracho, dos compañeros incómodos, un batería que se partía de risa y un presentador que no sabía si reír o huir. Lo que debía ser una charla promocional acabó siendo el momento más delirante y revelador de la historia de KISS.


La entrevista fue en directo. En televisión nacional. En horario nocturno. Y en Halloween. ¿Qué podía salir mal? Todo. Porque ese 31 de octubre de 1979, KISS no solo estaba maquillado hasta las cejas: también estaba fracturado por dentro. Y Ace Frehley, el guitarrista solista que acabamos de perder este octubre de 2025, decidió que si el barco se hundía, al menos lo haría riéndose.
El programa era The Tomorrow Show, presentado por Tom Snyder, un tipo con pinta de profesor de filosofía que fumaba en directo y tenía fama de sacar lo mejor —o lo peor— de sus invitados. Aquella noche, los productores le advirtieron: “Ace Frehley será el más difícil de hacer hablar”. No podían estar más equivocados.
El Spaceman entra en órbita
Desde el primer minuto, Ace estaba desatado. Borracho, según todos los que estaban allí. O como él mismo dijo años después: “Me tomé unas copas, quizás algo más. Pero me lo pasé de puta madre”. Gene Simmons, el bajista y cofundador de la banda, y Paul Stanley, el guitarrista rítmico y vocalista principal, no opinaban lo mismo. En sus caras se podía leer la incomodidad, la rabia y ese tipo de vergüenza ajena que solo se siente cuando tu compañero de trabajo empieza a contar chistes malos en una reunión con el jefe.
Ace interrumpía constantemente. Se reía solo. Se burlaba del presentador. Cuando Snyder mencionó el bajo de Gene, Ace soltó: “Yo soy el guitarrista de trucha”. Nadie entendió qué quería decir, pero él se quedó tan pancho. Peter Criss, el batería original de KISS, se partía de risa. Gene y Paul, en cambio, parecían estar en un funeral.
La banda ya estaba rota
Para entender lo que pasó aquella noche, hay que mirar atrás. En 1978, cada miembro de KISS había sacado un disco en solitario. Oficialmente era un experimento artístico. En realidad, era un intento desesperado de evitar que Ace y Peter abandonaran el grupo. El disco de Ace fue el más vendido. Y eso no ayudó a calmar los egos.
En 1979, KISS lanzó Dynasty, con el hit “I Was Made for Lovin’ You”, que sonaba más a disco que a rock. Los fans tradicionales se sintieron traicionados. Y dentro del grupo, las tensiones crecían. Ace y Peter querían más libertad. Gene y Paul querían más control. La entrevista con Tom Snyder fue el punto de no retorno.
Tom Snyder, el único que se lo pasó bien
Snyder, lejos de incomodarse, decidió seguirle el juego a Ace. “Me dijeron que sería el más callado, pero está siendo el más divertido”, comentó en directo. Y tenía razón. Ace estaba en su salsa. Contó anécdotas absurdas, se burló de sus compañeros y convirtió la entrevista en un monólogo surrealista.
En su autobiografía No Regrets, Ace recuerda: “Después del programa, Tom vino a mi camerino, me dio la mano y me dijo que había sido una de las entrevistas más divertidas que había hecho”. Lo que no cuenta es que Gene y Paul salieron del plató echando humo.
Las consecuencias fueron inmediatas
La entrevista se convirtió en un clásico instantáneo. Para los fans, fue oro puro. Para la banda, fue una bomba. Paul Stanley lo resumió años después: “Puede parecer gracioso ver a alguien borracho en televisión, pero para mí fue una falta de respeto hacia el público y hacia nosotros”.
Gene Simmons, más diplomático, dijo en 2012: “Ace y Peter fueron despedidos tres veces. Esa entrevista fue una de las razones”. Y no exageraba. En 1982, Ace dejó la banda. Peter lo hizo poco después. KISS siguió adelante, pero la magia de los cuatro originales nunca volvió a ser la misma.
Ace Frehley: el antihéroe perfecto
Ace nunca fue el más profesional. Ni el más puntual. Ni el más sobrio. Pero era auténtico. Su guitarra tenía alma. Su personaje de Spaceman era el más querido por los fans. Y su actitud despreocupada, casi infantil, le daba un aire de antihéroe que contrastaba con la seriedad de Gene y Paul.
En 2006, dejó el alcohol. En 2014, entró con KISS en el Salón de la Fama del Rock. Y aunque sus relaciones con la banda fueron siempre tensas, su legado es indiscutible. “A los 16 años, sabía que iba a ser una estrella del rock. Nada me iba a detener”, dijo en una entrevista. Y cumplió.
Un momento que define una era
La entrevista con Tom Snyder no fue solo incómoda. Fue reveladora. Mostró las grietas de una banda que había conquistado el mundo pero que ya no se soportaba. Y mostró a Ace Frehley en estado puro: irreverente, divertido, caótico. Como el rock mismo.
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Hoy, con Ace ya fallecido, ese vídeo se ve con otros ojos. Ya no es solo una anécdota graciosa. Es un testimonio de lo que fue KISS en su momento más vulnerable. Y de lo que fue Ace: un guitarrista brillante, un personaje inolvidable y, por una noche, el dueño absoluto de la televisión americana.
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