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La hija de Olivia Newton-John pone fin a su “adicción a la cirugía” tras las críticas

Chloe Lattanzi lleva varios años recibiendo mensajes de odio en sus redes sociales a causa de los resultados fallidos de sus distintas cirugías estéticas.

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La hija de Olivia Newton-John pone fin a su “adicción a la cirugía” tras las críticas

Chloe Lattanzi vive un momento personal de lo más delicado a raíz de la muerte de su madre Olivia Newton-John el pasado 8 de agosto a los 73 años. No obstante, su infancia y parte de su adolescencia tampoco fueron nada fáciles ya que la joven padeció un trastorno alimenticio que derivó en una grave depresión con consumo de alcohol y drogas de por medio. Poco a poco, la hija de la popular actriz va reconduciendo su vida, aunque las redes sociales no se lo ponen nada fácil.

A sus 37 años, Chloe recibe de manera constante un sinfín de críticas en plataformas con Twitter e Instagram donde cientos de usuarios cuestionan su aspecto físico y los fallidos resultados de sus distintas cirugías estéticas. Es por eso que la joven ha decidido poner fin a esta situación y dejar atrás su “adicción por la cirugía”. “Me quitaron los rellenos de la cara. Cuando me lo hice, tenía dismorfia corporal, así que tenía muy baja autoestima”, confiesa.

“Creo que comencé a hacerme retoques hace unos diez años. Mi cara se veía muy hinchada y extraña. Hay un producto llamado hialuronidasa que puede eliminarlos, básicamente disuelve el ácido, que es un proceso continuo por el que pasé”, continúa explicando en sus redes sociales. Chloe Lattanzi no solo busca dejas atrás sus retoques estéticos, sino que también quiere poner remedio a sus cirugías. Es por eso que próximamente se retirará sus implantes mamarios. “Confiaba en cualquiera con bata blanca y no sabía que hubiera efectos secundarios o consecuencias”, se lamenta.

Mensajes de odio en redes

“Me dolió ver algunos comentarios y solo quiero educar a la gente. Con mis labios, los inyecté tanto que se estiraron permanentemente. No es que eso sea asunto de nadie. Puedes creerme o no, pero es la verdad. De tenerlos tan llenos, solo están estirados. No me los he tocado en años. Cuando eres adicta, sabes que está mal, pero tienes tan baja autoestima que te arriesgas”, confiesa. “Y si hubiera sabido que esto iba a ser malo para mí, igualmente lo habría hecho. Necesitaba sentir que era lo suficientemente buena”, concluye.