FÚTBOL

La asombrosa transformación física de Mohamed Salah

El egipcio, todo un referente del fútbol mundial, ha mejorado sus hábitos gracias a un plan dietético específico y a una ética de trabajo incuestionable.

Mohamed Salah.

Hablar de Mohamed Salah (30) es hacerlo de uno de los mejores futbolistas del planeta. En las últimas temporadas se ha convertido en una verdadera estrella gracias a su desempeño individual sobre el terreno de juego, que se ha traducido también en una exitosa etapa para su equipo, el Liverpool, a pesar de que esta tempoarada haya sucumbido ante el Manchester City en la Premier League y ante el Real Madrid en la final de la Champions League.

En cualquier caso, poco queda ya de aquel jugador que desembarcó en Europa en 2012 procedente de Egipto tras llamar la atención del FC Basel de la liga suiza. Y no fue precisamente un camino de rosas el que tuvo que transitar el futbolista hasta lograr el estatus del que hoy disfruta. Del Basel, pasó al Chelsea y más tarde a la Fiorentina, pero no fue hasta su llegada a la Roma, en 2015, cuando el mundo se dio cuenta de que su talento era único.

Tras dos temporadas en el club italiano, el Liverpool le recuperó para la Premier League, donde ha logrado importantes reconocimientos a nivel personal y los títulos más importantes a los que podía aspirar. Pero, más allá de su capacidad innata con el balon, ha logrado brillar gracias también a un control exhaustivo de todo lo que repercute en su rendimiento deportivo.

En los últimos tiempos, el futbolista egipcio comparte con cierta asiduidad imágenes en las que se puede comprobar que mantiene un físico envidiable, un aspecto en el que ha mejorado sobremanera desde sus primeras etapas en Europa, en las que Salah tenía una apariencia mucho más débil. Incluso de cinco años a esta parte se puede ver una gran evolución.

El atacante egipcio del Liverpool, Mohamed Salah, durante un partido de 2018.
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El atacante egipcio del Liverpool, Mohamed Salah, durante un partido de 2018.Khaled DesoukiAFP

Y su secreto, como sucede en otros muchos casos, tiene mucho que ver también con la dieta y su ética de trabajo. “La nutrición es muy importante, es parte del juego. Me ha ayudado con mi recuperación, me ha permitido dormir mejor y ha ayudado a mi cuerpo a adaptarse rápidamente. Mi nutricionista dice que como no tengo grasa en el cuerpo, puedo comer lo que quiera. Tampoco bebo, así que está bien”, aseguraba a CNN el egipcio, donde compartía algunos sus alimentos indispensables.

En este sentido, los lácteos, legumbres, todo tipo de verduras y frutas o pollo, forman parte de la base de su dieta, aunque reconoce que de vez en cuando se permite algún capricho, y que disfruta también de su plato preferido: una especialidad egipcia llamada kushari a base de arroz, macarrones y lentejas, y cubierta con tomates, garbanzos y cebollas.

Pero más allá de la alimentación, Salah ha desarrollado una creciente obsesión por hacer ejercicio. Si no está entrenando con el Liverpool, realiza sesiones adicionales de preparación con pesas, trabajo con el peso corporal, pliometría, yoga, natación y ejercicios de estiramiento. No deja nada al azar.

El egipcio, al que solo le resta un año de contrato con el Liverpool, ha sonado con insistencia para los grandes clubes del fútbol europeo, y en los últimos tiempos se le ha relacionado con el FC Barcelona, aunque la situación económica de los culés, hace inviable su incorporación. Al menos para la presente campaña.