Jessica Bueno y Luitingo dan rienda suelta a su amor: “Te quiero y te querré”

Aunque nadie lo dudaba, todavía había algunos que no creían que el amor que parecía haber florecido entre Jessica Bueno y Luitingo en la casa de Guadalix de la Sierra fuera a traspasar las cámaras del reality y llegase a materializarse en la vida real. Pero así ha sido. Tanto ella como él han mantenido la constancia que ya acostumbraban a sembrar en redes sociales previa entrada al formato de Telecinco; y en esa espiral digital se ha hecho frecuente ver al otro. Las publicaciones de uno versan sobre el otro y viceversa. De hecho, ya se han besado públicamente.

La pareja se encuentra en Sevilla disfrutando estas fechas, en compañía de sus seres queridos y pasando tiempo juntos. El cantante ha difundido vía X (Twitter, antes) una instantánea en la que ambos aparecen sonrientes en plena calle con un emotivo mensaje: “en la vida existen cosas inefables, y tú eres una de ellas. Gracias por sacar lo mejor de mí. Dudo muchísimo que el mundo te admite”, escribía, sentenciando su texto con unas palabras que, cuando se pronuncian, desatan el más potente de los huracanes: “te quiero y te querré”.

Ella no se ha quedado atrás. En Instagram ha escribido no uno, sino tres textos en los que ahondaba en el sentimiento que ha crecido rápidamente entre los dos. “Que el amor es comprensión, respeto, cariño, detalles, miradas, caricias, cosquillas, palabras, hablar, escuchar, querer, apoyar, ser amigos, el compañerismo, el estar, el volar, mariposas y sentir todo el zoológico posible en tus tripas. Sentir que cuando estás con esa persona el corazón se te quiere salir del pecho”, reflexionaba la modelo.

Su primer beso en redes sociales

Bueno también ha lanzado una pregunta para aquellos que no miraban con buenos ojos el romance: “¿es tan difícil comprender que ni ella misma sabía lo que le estaba pasando en su cabeza, corazón y cuerpo?”. Tras los textos, imágenes de los dos con la felicidad tatuada en sus sonrisas.

Por último, el vídeo que ha terminado de disipar las pocas dudas que podían restar. Era en el salón de una casa, en el sofá. Ambos habrían estado viendo la televisión cuando, llegados los anuncios, Luitingo ha sacado la guitarra para improvisar unos acordes. Y lo hace. Tras ello, ambos se funden en un bonito beso que, además de coronar el divertido momento musical de él, sella el dulce y buen túnel que atraviesan los dos.