Jada Pinkett y su adolescencia vendiendo drogas: “Sólo piensas en sobrevivir”

Jada Pinkett Smith revolucionó el mundo hace una semana al confesar que llevaba siete años separada de Will Smith. Un tiempo en el que también se produjo el famoso bofetón del actor al humorista Chris Rock en la gala de los Premios Oscar. Sin embargo, ha sido ahora, después de todo, cuando ella ha decidido hablar. De todo. Desde su relación con Will hasta su pasado, a través de sus memorias, ‘Worthy’.

Con motivo de la salida de este libro, la actriz ha sido entrevistada por diferentes medios como ‘People’, donde ha hablado de su infancia y sus problemas de salud mental. Una etapa nada sencilla para una joven que vivía en un barrio complicado y con sus padres ausentes y siendo adictos a las drogas. “Cuando no eres la prioridad de tus padres no sabes cómo ser una prioridad para ti mismo. Mis padres eran adictos a las drogas. No tener una base saludable, como descubrí en mi edad adulta, tuvo algunos efectos realmente fuertes con respecto a cómo me veía a mí misma”, ha comenzado explicando.

En su adolescencia, y ante un panorama tan desolador, Jada llegó a vender drogas: “Sabía que tenía que cubrir cualquier cosa que necesitara. Decidí vender drogas”, ha admitido.

Y es que en aquel momento la situación financiera de su casa no era buena, lo cual le hizo tomar dicha decisión: “Cuando era una niña, los traficantes de drogas eran los que tenían riqueza. Eso es lo que considerábamos un éxito. Y para mí, considerando mis circunstancias en ese momento, mi madre no estaba bien. Era una adicta a la heroína de alto funcionamiento. No teníamos las cosas que deberíamos tener. La casa en la que vivíamos no estaba cuidada”.

“Las drogas te iban a tocar y punto”

Jada quería “libertad financiera” para independizarse, pero a ello se unió una necesidad por paliar las necesidades de su casa, pues tenía miedo de que su madre fuese arrestada o sufriera una sobredosis, llevándole a vender crack: “Las drogas te iban a tocar y punto. Podías consumirlas o podías venderlas, pero no había forma de estar en un ambiente como ese y que las drogas no te tocasen”.

“No estoy diciendo que esté bien, por supuesto, tengo ahora una mentalidad completamente diferente. Pero cuando vives en una zona de guerra, sólo piensas en sobrevivir, yo no estaba tratando de consumir drogas. Seguramente no iba a ser la novia de un traficante de drogas. Pero quería dinero para poder ser independiente. Quería cuidarme a mí misma. Era una solución en ese momento particular para sobrevivir. Y realmente me ayudó. Pero me puso en gran peligro e hice daño a mucha gente en el camino”, ha concluido.