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Fede Valverde, sobre los problemas en el embarazo de su hijo Bautista: “Era un infierno”

El jugador del Real Madrid ha querido hablar de la difícil situación que vivió junto a Mina Bonino, y el embarazo de su segundo hijo: “No puedo describir el dolor”.

Fede Valverde, sobre los problemas en el embarazo de su hijo Bautista: “Era un infierno”

Fede Valverde y Mina Bonino han vivido todo un infierno. El segundo embarazo de su segundo hijo, Bautista, marcó sin duda un antes y un después en sus vidas. A la pareja le llegaron a decir que el embarazo era de “muy alto riesgo”, temiendo por la vida del pequeño antes de nacer. “Un día, mi mujer fue a ver a su médico para hacerse unos estudios, y allí fue cuando el mundo se nos vino abajo. El doctor nos dijo que el embarazo estaba en un muy alto riesgo, y que había apenas una pequeña posibilidad de que mi hijo sobreviviera si el embarazo continuaba”, ha comenzado explicando Fede en una carta abierta publicada en ‘The Players Tribune’.

Sólo. Sin intermediarios. El centrocampista uruguayo ha querido romper su silencio acerca del embarazo de Bautista, que finalmente llegó al mundo. Una situación que ha relatado el futbolista de principio a fin. “‘Tu bebé probablemente no lo logre’. No puedo describir el dolor”, señala, haciendo referencia a los primeros instantes en los que pensaban que el pequeño no iba a sobrevivir.

“Mi esposa estaba sufriendo física y psicológicamente cada día. Y yo es como que me encerré, me apagué. Yo soy alguien que suele guardarse todo. Sé que no está bien, pero así es como soy. No quiero que nadie me vea llorar, nunca. Ni siquiera mi familia. Mis padres venían a cenar y mi madre me veía y decía: ‘Fede, mira que...’. Pum. Solo con eso ya no podía más. Y me levantaba de la mesa y me iba a mi habitación a estar solo. Las 20 horas por día en las que no estaba en el fútbol, me aislaba. Sin teléfono. Sin iPad. Sólo silencio”, ha añadido.

Y es que, como él mismo asegura, fue un momento muy duro, de muchas lágrimas: “Cuando estaba solo, me ponía a llorar durante horas. Me metía en el baño por 15 minutos, y en 10 me la pasaba llorando con la cabeza entre las manos. La mañana del partido, cuando en teoría tenía que estar concentrándome y tranquilo, estaba tirado en la cama, pensando en mi hijo, con la cabeza que me daba mil vueltas... Era un puto infierno”.

Todo cambió cuando Mina habló de los problemas

Después, las cosas empezaron a mejorar. La pareja empezó a verse apoyada por amigos, y también por el madridismo. “Cuando mi esposa le dijo al mundo lo que estábamos viviendo, todo cambió para nosotros. Que mis compañeros y que los madridistas nos apoyaran como lo hicieron, es algo que nunca olvidaré. Tienen el respeto mío y de mi familia para siempre. Quizás erraba en un pase, y ellos respondían cantando mi nombre. En el Bernabéu, donde las expectativas siempre son altísimas, esto ya es un pequeño milagro. Tener a 80.000 personas apoyándome de esa manera, en mi momento más bajo, se sentía como tener 80.000 abrazos. A todos ustedes... lo único que puedo decirles es gracias”.

Un soplo de aire fresco que vino, después, acompañado con la mejor de las noticias. “Después de un mes y medio de un infierno absoluto, recibimos la mejor noticia de nuestras vidas. Las ecografías estaban mucho mejor, y por suerte parecía que el embarazo estaba en condiciones de continuar. Por supuesto, para llegar a término fue un periodo increíblemente tenso. Hasta que finalmente pudimos tener a nuestro hijo en los brazos, no queríamos ni respirar. Pero gracias a Dios, en junio, nuestro hijo Bautista llegó al mundo”.