Un extrabajador de Dabiz Muñoz explica cómo era un día de DiverXO: “No tenías tiempo de pensar”

DiverXO, el popular restaurante del chef Dabiz Muñoz inaugurado en 2007, continúa reafirmándose dentro de la élite culinaria con tres estrellas Michelin siendo el único con este triple reconocimiento en Madrid. Un logro que se suma al conseguido al entrar como cuarto mejor restaurante del mundo en la lista ‘The World’s 50 Best Restaurants’ elaborada por la empresa William Reed Business Media de Reino Unido.

Ubicado en el NH Eurobuilding de la capital española, el restaurante del marido de Cristina Pedroche ofrece “un viaje por la cocina hedonista, golosa y creativa de Dabiz Muñoz, cocina vanguardista donde todo es posible” con un menú degustación de 450 euros por comensal con opciones de maridaje que podrían llegar hasta los 900 euros, también por comensal.

Pero, ¿cómo es DiverXO por dentro? Un exempleado del local cuenta en el pódcast ‘Con los pies en el suelo’ cómo es trabajar en uno de los restaurantes de moda en Madrid. “Mi día era: llegar, cambiarnos y empezar a correr, o sea, te lo juro. Estabas todo el día corriendo. No tenías tiempo de pensar”, comienza diciendo.

“Un no parar”

“Era un poco meditación porque al final, la meditación hace que tu cerebro de apague. Pues ahí, lo apagábamos y lo enfocábamos solo en una cosa, y no levantábamos la cabeza hasta que empezaba el servicio”, añade en el citado espacio. “Comíamos justo antes del servicio nosotros en un bol rápido, andando por la cocina. No nos sentábamos para comer y ya seguíamos con el servicio y luego era... O sea, no parar”, insiste.

Este extrabajador de DiverXO también hace hincapié en cuál era el momento de mas tensión durante la jornada: “En la preparación más que en el servicio”. “Que no se quemase la salsa, que estuviese todo perfecto, que estuviese cada cosa como tenía que estar y, en esa dinámica de correr, y no parar, de llegar al servicio... El agobio era llegar al servicio con todo”, reconoce también.

“Lo tuyo perfecto y preparado para que no fallase nada. Yo solo recuerdo correr y luego, cuando llegaban mis días de descanso, me quedaba KO. ¡Y eso que era muy joven en esa época! Tenía muchísima energía, pero me tumbaba en la cama y estaba como si hubiese corrido una maratón”, concluye.

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