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Ni Ibiza ni Tabarca: esta es la idílica ciudad a orillas del Mediterráneo donde Elon Musk veranea habitualmente
El magnate sudafricano escoge un rincón de Italia, tradicional destino de personas adineradas desde hace siglos, para descansar.
Aunque Elon Musk ya era el hombre más rico del mundo y uno de los empresarios más influyentes del globo antes de que Donald Trump acometiera su increíble regreso a la Casa Blanca, no ha sido hasta que el actual presidente norteamericano tomó cargo cuando el de Pretoria consumó su ascenso en la imagen pública: el Administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental del gobierno trumpista es una figura clave en algunas de esas mesas de diálogo en las que se decide, para bien o para mal, el futuro del planeta.
Pero Musk es humano. Y como tal, tras el ejercicio de semejante responsabilidad, también necesita descansar. Si tiene buen ojo para las finanzas, no iba a dejar de tenerlo para buscar un lugar en el que cerrar los ojos y dejar que el paso de las horas palie el estrés: según el portal búlgaro Pochivka, el sudafricano se sumó a los más de 60 millones de personas que en 2023 viajaron a Portofino, un pequeño rincón de la costa italiana de apenas 500 habitantes, en busca de la tranquilidad del sol mediterráneo.
De Plinio a Musk, pasando por el Cristo del Abismo
No siempre recibió el nombre de Portofino. Las crónicas de Plinio el Viejo se referían a este enclave, en tiempos del Imperio Romano, como Portus Delphini. Y desde entonces ha aparecido en numerosos escritos a lo largo de la historia, síntoma inequívoco de la riqueza cultural del sitio. La belleza de su paisaje —también el urbanístico, caracterizado en la actualidad por la diversidad de fachadas de colores que relucen en las viejas casas que asoman al agua— y su localización estratégica explican también la cantidad de cambios en el control administrativo que ha vivido la comuna; en la actualidad forma parte de Liguria, zona que se extiende entre las cadenas montañosas de los Alpes y de los Apeninos y el mar.
Tan singular enclave ha sido desde hace siglos destino de descanso de personas adineradas. Nada es nuevo bajo el sol del Viejo Continente, se dijo en el libro del Eclesiastés. Y en pleno siglo XXI permanece como uno de los mejores lugares para irse de vacaciones de las más altas élites. Cuando el CEO de Tesla acudió, según se hizo eco el Daily Express, disfrutó de la comida local junto a su hijo Saxon. Nada especial en las actividades, cuya originalidad descansa en el ambiente único del puerto italiano.
Entre las atracciones turísticas más interesantes de Portofino se encuentra la estatua del Cristo del Abismo, en el pétreo corazón del parque marino de la urbe: una estatua de bronce clama al cielo 17 metros bajo el agua. Cuando uno emerge de las profundidades puede caminar por la arena de las playas de Niasca, Cannon Bay y Olivetta. Frente al turista, el imperturbable Mediterráneo, oteado desde un rincón privilegiado de la vieja Europa.
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