Lolita, a corazón abierto con Évole: “Bebía, tomaba coca y me acostaba a las tantas”

“Bebía, tomaba coca y me acostaba a las tantas. Ponía los discos de Moncho, me ponía mi botella de whisky y una caja de pañuelos, y a escribir y llorar. Me daban las ocho de la mañana. A las 7:30 me lavaba la cara, porque mis hijos se iban al colegio, para que me vieran bien y luego me acostaba. Así estuve un año y pico”. Estas son las desgarradoras palabras de Lolita, invitada anoche de la segunda entrega de esta temporada de Lo de Évole.

La hija de Lola Flores, que precisamente había sido una de las protagonistas de la semana tras contestar a las palabras de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada en las que decía que vivía “como una gitana”, habló a corazón abierto con Jordi Évole, aunque muchos detalles de su historia vital ya eran conocidos, famosa como es desde antes de nacer, estando la Faraona embarazada de ella (detalle que al parecer desconocía el abogado José Manuel Díaz-Patón, la actual pareja de la aristócrata, cuando salió a defender a su novia refiriéndose a Lolita como una “chica que quiere fama”).

La también cantante conto cómo de duros fueron los meses después de las muertes, con apenas dos semanas de diferencia, de su madre y de su hermano Antonio. “Hay muchos camerinos en España con patadas mías, puñetazos en la pared y espejos rotos. Yo terminaba un concierto y tiraba sillas. Fue un año y medio de locura absoluta en mi interior”, dijo la artista.

Punto de inflexión

Quien paró esa espiral de autodestrucción fue su propia hija, la actriz Elena Furiase, haciendo valer esa máxima de que los hijos nunca permiten caer a los padres, porque les hacen falta: “Mi hija tenía unos 8 años y llamó a mi hermana diciendo: ‘Tía, veo a mi madre regular. No la veo bien’. Mi hermana me dijo: ‘¡Para! Porque tu hija te necesita’”, relata Lolita sobre las palabras que le dijo Rosario Flores.

Sin embargo, y casi tres décadas después, la cantante sigue arrastrando sentimientos de dolor y también de culpa, ya que confesó no saber si habría podido evitar la muerte de Antonio Flores, quien trataba de desintoxicarse solo y “se comía el mono él solo”. “Es un dolor muy grande para la familia y los amigos. Es una continuación tuya. Se quiere tanto como a uno mismo”, dijo sobre su hermano.

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