Las secuelas de Adara Molinero tras su paso por ‘Supervivientes’: “Tengo miedo”
La televisiva ha mostrado a través de redes sociales la ansiedad que siente por la comida y el temor que siente por un efecto común en este tipo de casos.


Atravesó la puerta de plató y, visiblemente emocionada, manifestó con un grito guerrero la impronta de su orgullo: “¡Lo he conseguido, no he abandonado!”. La rabia con la que Adara Molinero celebró su trayectoria bien podría entenderse como una victoria en un reality, pero, en realidad, iba más allá: la influencer de 32 años, que ya sabe lo que es ganar un concurso en televisión por su pasada experiencia en Gran Hermano: VIP, había cosechado un éxito vital. Se había superado a sí misma.
De aquella estampa ha pasado una semana. A pesar de haber caído eliminada a las mismas puertas de la gran final de Supervivientes All Stars, la realidad es que Molinero tiene motivos para sentirse feliz. En la primera edición participó y, ante la dureza de la rutina en los Cayos Cochinos hondureños, pidió ser expulsada ―lo consiguió, puesto que fue la primera―; en esta ocasión ha aguantado cerca de 60 días. La evolución es innegable. Y, como todo en la vida, tiene precio.
“La necesidad de comer y el efecto rebote”
La creadora de contenido y televisiva, probablemente, asumiría con gusto el precio a pagar por semejante esfuerzo, pero también, con mucha seguridad, consideraría legítimo su derecho a quejarse de las secuelas que el paso de las semanas bajo el sol del Caribe le ha dejado. Con idéntica claridad se lo narra a sus cerca de 900.000 seguidores en Instagram, haciendo partícipe a su comunidad de la dureza que encierra la vuelta a la rutina tras una normalidad radicalmente distinta.

Entre los mayores retos se encuentra el asunto de la comida. “Luchando contra la necesidad de comer como un animal y el efecto rebote”, ha dejado por escrito en una reciente publicación, mostrando un carro de supermercado cargado de frutas. Horas más tarde, añadía algo de contexto: “Me siento como una aspiradora, me lo como absolutamente todo. Además, empiezo a comer y hasta que no estoy totalmente llena del todo no paro”.
Noticias relacionadas
Según detalla, siente una constante “ansiedad” por comer que, incluso, le ha obligado a pedir ayuda. El fantasma al que teme es nítido. “Tengo miedo al efecto rebote”, proclama, haciendo referencia a la recuperación rápida del peso perdido tras una dieta que, en este caso, no es otra que la obligada y estricta rutina de Supervivientes. La misma que hace una semana le arrancó la mayor de las sonrisas.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí


Rellene su nombre y apellidos para comentar