La actriz Renée Zellweger habla de su cambio físico: “No decidí cambiar mi cara ni operarme los ojos”
La actriz vuelve a interpretar a Bridget Jones, y lo hace atajando las críticas a las que se enfrentó tiempo atrás.
Renée Zellweger alcanzó la fama en la industria del cine gracias a una saga que regresa en la actualidad, y no es otra que ‘Bridget Jones’, que incluso acabó llevándose la estatuilla de los Oscar en el año 2002 (también ganó una segunda en 2020 con ‘Judy’).
Una actriz que años atrás se vio en el ojo del huracán mediático por haber experimentado un supuesto cambio físico tras aparecer en una gala de Hollywood visiblemente cambiada, con una nariz más fina, sin arrugas, y una mirada alargada. Una serie de puntos que llevaron a sus fans a especular con posibles cirugías estéticas.
Una serie de mensajes que no solo fueron dirigidos hacia su belleza, pues muchos otros le achacaron su imagen, y señalaban que no llegaba a representar los valores de los personajes a los que interpretaba, como la propia Bridget Jones. De hecho, llegó a escribir una carta para referirse al tema: “No es que le importe a nadie, pero no decidí cambiar mi cara ni operarme los ojos. Esto no tiene importancia para nadie, pero el hecho de que la mera posibilidad se haya discutido entre periodistas respetados y se haya convertido en una conversación pública es una ilustración desconcertante de la confusión entre noticias, entretenimiento y de la fijación de la sociedad en lo físico”.
Un escrito en el que también se refirió a las presiones sociales a las que se enfrentan las mujeres, tanto antes, como en la actualidad: “No es ningún secreto que, históricamente, el valor de una mujer se ha medido por su apariencia”.
Un comunicado que coincide con las declaraciones que ha dado en una nueva entrevista concedida a ‘Pedestrian TV’, incidiendo en que en esta nueva cinta, ‘Bridget Jones: Loca por él’, no se menciona el peso de la protagonista por la propia evolución del personaje: “Va a haber una evolución evidente, porque Bridget ha avanzado en su vida y tiene muchas responsabilidades. No puede darse el lujo de obsesionarse con ciertas cosas que pudo haber hecho en el pasado”.
Además, vuelve a insistir en cómo fue tratada, refiriéndose a la cantidad de comentarios “con los que las mujeres de una edad particular estaban siendo bombardeadas, a través de mensajes sociales, medios de comunicación o de familiares y amigos, sobre las expectativas de cómo se supone que deben lucir y qué se supone que deben lograr en un plazo determinado”.
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