“Gané mucho dinero en una película: lo malgasté casi todo y ahora sobrevivo con una pensión de 1.300 euros”
La dura lección del actor italiano Alvaro Vitali sobre la fama y el dinero. Fue uno de los rostros más icónicos del cine transalpino de los años 70 y 80.

Alvaro Vitali, uno de los rostros más icónicos del cine italiano de los años 70 y 80, ha sorprendido recientemente con una confesión que ha dejado a muchos boquiabiertos. El actor, famoso por su papel en la exitosas películas de Jaimito y otras comedias de la época, vivió años de esplendor en la industria del cine, donde el dinero fluía sin limites. Sin embargo, lo que parecía una fortuna inagotable, se evaporó con el tiempo, dejándolo en una situación financiera muy alejada de aquella época de excesos y lujos. “Gané 90 millones de liras (46.481 euros) en una película (en Jaimito delantero centro), lo malgasté casi todo y ahora sobrevivo con una pensión de 1.300 euros”, comenta el actor. Es decir, unos 46.000 euros al cambio. “En esa época, 1983, era mucho dinero”, afirma Vitali.
Durante una entrevista reciente, Vitali reconoció que nunca pensó en el futuro ni en la posibilidad de que la fama se desvaneciera. Como muchas de las estrellas de su generación, el actor disfrutó de un estilo de vida lleno de lujos, fiestas y gastos sin control, confiando en que la industria seguiría dándole trabajo de forma indefinida.
“Desperdicié casi todo”
Pero el cine cambió y, con el paso del tiempo, los papeles comenzaron a escasear. La industria dejó de buscarlo y, poco a poco, Vitali se vio obligado a ajustarse a una nueva realidad mucho menos glamurosa. “Me quedé solo, sin trabajo, el teléfono no sonaba, me deprimí, no quería oír ni ver a nadie más” confesó.
Vitali explicó que la falta de educación financiera fue uno de los factores que lo llevaron a esta situación. Nunca pensó en invertir o ahorrar para el futuro y, cuando la fama se desvaneció, no tenía un respaldo económico que le permitiera mantener su nivel de vida: “Desperdicié casi todo. Después entendí y empecé a comprar casas, las pocas cosas que quedan”.
Hoy en día, con una pensión de unos 1.300 euros al mes, Vitali sobrevive sin los lujos de antaño, pero con la esperanza de seguir trabajando. A pesar de la situación, mantiene su sentido del humor y su pasión por el arte, y sigue participando, a sus 75 años, en pequeños proyectos y eventos donde los nostálgicos de su cine lo recuerdan con cariño. “Con mi mujer hago un pequeño espectáculo: interpreto a Jaimito y otras cosas divertidas, un torbellino de chistes, Stefania canta algunas canciones. Hemos recorrido Italia ocho veces: arriba, abajo, derecha, izquierda”.
Lo cierto es que no es el único actor que ha pasado por una situación similar. La inestabilidad del mundo del espectáculo y la falta de previsión han llevado a muchos artistas a enfrentarse a dificultades económicas, incluso después de haber amasado grandes fortunas.
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