Famosos

Fernando Tejero, actor de ‘La que se avecina’, se sincera sobre su dura infancia: “Tenía todas las papeletas para ser yonqui o alcohólico”

El actor de la popular serie ha hablado con El País en una entrevista íntima donde ha contado sus problemas con el alcohol y la crueldad de su infancia.

Fernando Tejero, actor de ‘La que se avecina’, se sincera sobre su dura infancia: “Tenía todas las papeletas para ser yonqui o alcohólico”
Actualizado a

La lucha LGTBIQA+ continúa aún en pleno siglo XXI debido a la cantidad de personas que cada día sufren los insultos e improperios de mentes machistas y marchitas. Según datos del Ministerio de Igualdad recogidos por el Observatorio contra la LGTBIfobia, en 2024, el 70% de los menores que sufren acoso por su orientación o expresión de género no lo cuenta en casa, y más del 60% desarrolla síntomas de ansiedad o depresión crónica. Son muchos los niños que afirman pertenecer al colectivo, pero si algo bueno tiene nacer en estos tiempos, es que cada vez hay más referentes en los que se pueden ver reflejados y Fernando Tejero es uno de ellos.

El cordobés se ha abierto en canal en una entrevista con ‘El País’ y ha contado que apenas tiene recuerdos con sus padres biológicos, pues realmente fueron sus tíos abuelos quienes ejercieron de ello. Nueve meses de vida tenía cuando su madre lo dejó en casa de su tía porque al parecer, debía someterse a una cirugía por apendicitis y su padre tenía bajo su cargo a tres hijos más, a parte de una pescadería y un bar. Sin embargo, lo que iban a ser unos días se convirtieron, finalmente, en 14 años. Este asegura que “todavía no sé la versión real porque en casa de mi tía, que ya no vive, me decían que a mi madre la tuvieron que operar de apendicitis. En esa época operarte de apendicitis al parecer era como hacerlo a corazón abierto. Te retiraba tres semanas”.

Explica el artista que a pesar de vivir en la misma ciudad que sus progenitores, “los veía muy poco”, lo que dio como resultado una infancia difícil a pesar de recibir todo el cariño, amor y cuidado de sus parientes: “Puedo entender, que me cuesta, por la época, el que mis padres me dejasen ahí”. De hecho, Tejero reconoce que se quedaba dormido “cogiendo la mano de mi tía”, pues su miedo era volver a una casa que nunca había sido su hogar, ya que la amenaza que le hacía la mujer cuando hacía alguna trastada era: “Te vas a ir con tus padres”, lo que para él era “demoledor”. Y, en plena adolescencia, tuvo que marcharse al enfermar su tía de cáncer. “Esto me destrozó. Empecé a flaquear en mis estudios. Empecé a tener problemas gordos”, cuenta con pena.

“Verbalicé que soy gay. Y ahí ya empiezo a ser yo”

Ahora es una de las caras más reconocidas del panorama actoral español, pero no siempre fue así de querido por todo el mundo. Al hablar sobre el bullying, Fernando Tejero admite que fue víctima de ello por el simple hecho de tener actitudes consideradas femeninas. “Me tiraban piedras, me llamaban maricón... Yo tenía más pluma que un pavo. La voz superaguda, voz de niña, prácticamente. De hecho, la tengo así de forzarla, están las cuerdas vocales rozadas. La pluma me la quité a base de reprimir formas de expresarme, amaneramientos, luchando contra mí mismo. Empecé a tartamudear mucho”, cuenta recordando sus peores años. Llegó incluso a practicar deportes que no le gustaban por intentar pertenecer a un grupo y parecer otro macho alfa más.

En una entrevista con ‘La Sexta’ que realizó en 2022 dijo que “estaba convencido de que estaba mal hecho. Me miraba al espejo y quería ser otro”. Y se sinceró como nunca, afirmando en más de una ocasión, que pensó en rendirse, pues “la única salida que veía era huir o autodestruirme. Durante años viví con una culpa que no era mía”. Aquella presión constante le llevó a desarrollar problemas de autoestima y a refugiarse en el alcohol durante la juventud, su vida se estaba descarrilando tanto que incluso “cada uno de los psicólogos a los que he ido me decía que tenía todas las papeletas para ser yonqui o alcohólico”.

Y el teatro se cruzó en su camino, siendo su vía de escape. Parecía que no era buen estudiante, por lo que empezó a trabajar en la pescadería familiar y más tarde hizo el servicio militar, “me convencí a mí mismo de que mi futuro era heredar la pescadería de mi padre, casarme, tener hijos. Tuve tres novias. Y me fui a la mili”, expresa. Estudió interpretación en Córdoba y luego se trasladó a la capital para estudiar en la escuela de Cristina Rota, donde se apuntó a un curso que se impartía los fines de semana y allí, en su primer monólogo, hizo algo que cambió su vida para siempre: “Verbalicé que soy gay. Y ahí ya empiezo a ser yo”. Pues subirse a un escenario “fue como salir del armario emocional”.

Noticias relacionadas

Durante mucho tiempo evitó reconocer públicamente cuál es su orientación sexual, pero finalmente decidió abrirse ante el mundo para ayudar a todos esos jóvenes. “Me niego a que alguien tenga que vivir con miedo a ser quien es. A mí me costó la infancia, y no quiero que nadie más pague ese precio”, afirmó en una charla TEDx.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:
Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar