Esta es la opinión del abuelo de Asunta sobre Alfonso Basterra: “Pediría el garrote vil”

Alfonso Basterra ha vuelto a traer a la actualidad el crimen de la primera niña adoptada de forma internacional en Galicia: Asunta Basterra Porto, quien fue acogida en una familia de clase alta de Santiago de Compostela, formada por él, periodista de origen bilbaíno, y Rosario Porto Ortega, la madre y dueña de un inmenso patrimonio, abogada de profesión.

Ambos fueron condenados a dieciocho años de cárcel por considerarlos la justicia autores del asesinato de la pequeña de origen chino, a la que habrían suministrado durante meses Lorazepam para someter su voluntad. Basterra continúa en prisión cumpliendo su pena, mientras que la letrada decidió quitarse la vida el 18 de noviembre de 2020 ahorcándose con una sábana en la prisión de Brieva (Ávila).

Y así, en su condición de reo, desde la cárcel de Teixeiro, y tras no conseguir el tercer grado por no reconocer el crimen, Basterra ha escrito una novela de 140 páginas que lleva por título Cito, y que está precisamente dedicada a la pequeña Asunta. Un texto cuya sinopsis indica que se trata de una historia de amor, humor y desamor desarrollada en un pueblo de Castilla y León, en los años cuarenta, y que se puede encontrar ya en algunas librerías por unos 15 euros.

Según ha contado su editor, no será el único libro que publique, ya que Basterra está trabajando en otro volumen. Desde la editorial Vitruvio alaban la calidad con la que está escrita la novela, sin embargo, la personalidad de Basterra siempre es puesta en entredicho, bien sea por los compañeros de centro penitenciario, bien sea incluso por su propio padre, quien hace una década concedió una durísima entrevista con la TVG, en el programa Galicia 112, en la que era de lo más tajante: “En tiempos de Isabel II yo hubiera pedido el garrote vil”.

“Repugnante”

“Un asesinato tan repugnante merece una compensación repugnante, así de claro. Y si yo viviese en tiempo de Isabel II, por ejemplo, aficionado a la historia, hubiese pedido para la persona que asesinó a mi nieta, no una pena de cárcel, el garrote vil. Y me hubiese ofrecido a manejar el tornillo, así de claro sea. Siento ganas de venganza. Procuro controlarme, pero a veces no puedo. Esa niña, Asunta, mi única nieta”, manifestaba enfadado Ramón Basterra en la entrevista.

Y se deshacía en elogios hacia la malograda pequeña: “Yo creo que esa niña, mi nieta, era más lista de lo que todavía suponemos. Y creo que ella no puede hablar ya, claro. Pero ella sabía más cosas, estoy seguro. Posiblemente, no estaba de acuerdo con la conducta de su madre, pero si la niña se dio cuenta de que su madre, vamos a hablar claro, tenía un amante, supongo que la niña sufriría”.

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