El millonario patrimonio de Amaia Montero: de su empresa con La Oreja de Van Gogh al piso en Madrid

A principios de año hubiera parecido más una fantasía nostálgica que una realidad, pero lo impredecible de una ruptura tiene consecuencias mediáticas incalculables: si ha habido un grupo musical que ha monopolizado los debates en el presente otoño ha sido La Oreja de Van Gogh. La separación de Leire Martínez, vocalista de la banda durante los últimos 17 años, ha sembrado todo tipo de teorías, apuntando muchas de ellas al regreso de Amaia Montero al grupo que la vio crecer en el panorama.

No obstante, ha sido la propia artista vasca quien se ha encargado de cortar las alas al rumor de su retorno. “Se lo inventan y me está empezando a afectar. Esto es una locura. Estoy es una demencia. ¿He dicho yo o algún componente del grupo ha dicho que yo vaya a volver a La Oreja? Ni de mi boca ni de la otra parte. Con lo cual se lo inventan”, dijo hace escasos días.

Lo cierto es que la lejanía de su regreso, si bien se materializa en lo artístico, no se contempla en lo monetario: la cantante nunca dejó de pertenecer a la empresa a través de la cual se facturan los derechos de las canciones. Dicha sociedad limitada tiene por nombre La Oreja de Van Gogh SL y es, en pocas palabras, el único hilo —de carácter financiero— que la artista jamás rompió con su antiguo grupo.

Sus dos empresas

Se trata de una compañía que tiene por objeto la “creación, edición, publicación y venta de obras, partituras, composiciones musicales, libros, revistas; la representación, asesoría, organización y dirección de cantantes, grupos musicales y toda clase de artistas; la creación y representación de obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías; y por cuenta de terceros, crear, proyectar, ejecutar y distribuir campañas publicitarias o de propaganda a través de medios de difusión, prestando sus servicios simultáneamente a varios anunciantes”.

Según el balance de 2022, el valor de los activos financieros corrientes de la empresa ascendían a 1′4 millones de euros, cifra que baja al millón en los no corrientes y que deja un total de 2.911.341 euros en el ejercicio fiscal correspondiente al citado calendario. Dicha empresa, activa en el presente, está a nombre de los cinco miembros originales de la banda y repartida entre cada uno a partes iguales de un 20% por integrante.

Además de esta empresa, Amaia cuenta con otra sociedad a su nombre: Poquito a poco SL., activo que dio de alta cuando todavía era parte de La Oreja, pero a través del cual facturaba sus conciertos como artista en solitario. El pasado 2023, y pese a llevar tres años alejada de los escenarios, logró facturar 2′3 millones de euros.

Inversiones inmobiliarias

Más allá de sus movimientos empresariales, otra gran fuente económica de la artista brota de sus inversiones inmobiliarias. Allá por 1999, la cantante compró un piso en San Sebastián de 97 metros cuadrados distribuidos en tres habitaciones, dos baños y terraza cuyo valor asciende a los 400.000 euros; el mismo año adquirió un terreno de 2.666 metros cuadrados que incluía pista de tenis, frontón, piscina, local social y vestuarios.

Su aventura en solitario vino acompañada de la compra de una vivienda en Madrid por las evidentes facilidades que la capital supone en semejante camino profesional: un piso en el barrio de Salamanca de 289 metros cuadrados repartidos en cinco habitaciones y cinco baños. Hace quince años pagó un millón de euros por él; hoy, se puede vender por tres veces su valor.

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