JUSTICIA
El complicado proceso de adaptación de Daniel Sancho en la cárcel de Surat Thani
El hijo de Rodolfo Sancho cumple un mes entre rejas después de que el juez tailandés dictara cadena perpetua por el asesinato y desmembramiento de Edwin Arrieta.
Daniel Sancho cumple su primer mes en la cárcel de Surat Thani después de recibir condena a cadena perpetua por el asesinato y desmembramiento de Edwin Arrieta. El juez tailandés no solo considera que el español actuó bajo premeditación sino que también ocultó el cadáver y destruyó la documentación personal de la víctima con el fin de no ser localizada ni identificada. Además, deberá indemnizar a los familiares del cirujano colombiano con 106.000 euros.
A la espera de que el abogado Marcos García-Montes y todo su equipo presenten un recurso de apelación, el hijo de Rodolfo Sancho pasa sus días en una prisión masificada con cerca de 5.400 presos, más del doble de su capacidad, y al menos 20 presos por celda y donde las condiciones de seguridad y salubridad dejan bastante que desear. Un centro penitenciario donde se encuentran algunos de los presos más peligrosos del país ya que cumplen condenas de más de 25 años por delitos de sangre al igual que el crimen cometido por Daniel.
El proceso de adaptación del joven no está siendo nada fácil. Y es que en Surat Thani tan solo se habla tailandés, muy pocos trabajadores dominan el inglés por lo que Daniel está experimentando grandes problemas de comunicación, tal y como informan desde EFE. Por si no fuera poco, el español no recibe visitas de sus familiares desde el pasado 30 de agosto cuando Rodolfo Sancho acudió a prisión para estar con su hijo apenas 24 horas después de conocer la sentencia. Desde ese momento, ni su padre ni su madre han vuelto a poner un pie en el lugar.
Las exigencias de Daniel Sancho
El Confidencial publicaba hace unos días la lista de peticiones que el joven había realizado al Consulado de España en Bangkok para mejorar su estancia en prisión. Un total de cinco exigencias entre las que se encuentran seis pares de guantes de boxeo, un protector bucal, protectores de pecho y espinillas, tapones para los oídos y un libro en inglés para aprender tailandés, un idioma clave en la cárcel de Surat Thani.
Y es que la intención de Daniel no es otra que practicar Muay Thai, aunque no lo tendrá nada fácil ya que en la prisión no se permite la utilización de ropa deportiva. “En las cárceles tailandesas, los funcionarios no quieren discriminaciones por lo que meter esa ropa de deporte no será nada fácil. Otra opción es que decida compartirla con sus compañeros”, asegura Javier Casado, director de la Fundación +34, en declaraciones para el citado medio.
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