Del matrimonio con su tía Julia a la relación con Isabel Preysler: la vida personal de Mario Vargas Llosa
El escritor peruano atravesó una vida sentimental intensa, plagada de episodios abruptos y que finalizó con un inesperado protagonismo en la prensa rosa.


Lloran las letras universales. Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura y último jinete del boom latinoamericano de mediados del siglo XX, movimiento que compartió junto a Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, ha cerrado los ojos para siempre. “Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja atrás una obra que le sobrevivirá”, señalan sus hijos, (Álvaro, Gonzalo y Morgana) en el comunicado que confirma la noticia.
El legado del escritor es de un valor incalculable y se extiende desde la novela y el ensayo hasta la columna y el teatro en las casi siete décadas que se dedicó al oficio de la pluma y la tinta. En 2021 fue elegido miembro de la Academia francesa, consagrándose como el primer autor que ingresa en la institución sin haber escrito obras en lengua gala y consumando una carrera a la que no le faltó condecoración alguna.
Vida sentimental
Más allá de la literatura, su nombre resonó con especial fuerza en España en los últimos años tras un inesperado giro de su figura mediática hacia la prensa del corazón, amén de la relación que mantuvo con la hispanofilipina Isabel Preysler, último episodio amoroso de una vida particular en lo sentimental que no puede desligarse de la visión que sobre este sentimiento tan puramente humano tenía.
El primer gran amor de Vargas Llosa fue la escritora boliviana Julia Urquidi Illanes, su tía política. Ella tenía 29 años y estaba recién divorciada; él apenas había cumplido 19. Aquella historia, que el propio escritor tildó de “rocambolesca” en El pez en el agua y que terminó de dinamitar el conflicto que el autor mantenía con su padre, Ernesto Vargas, se selló con un matrimonio secreto en 1955 y vio su punto y final con un divorcio nueve calendarios después, cuando el peruano empezó una relación con su prima hermana, Patricia Llosa Urquidi, sobrina de la propia Julia.
No terminó bien la relación con su primera mujer: el escritor reflejó en La tía Julia y el escribidor (1977) su visión de la relación, replicando en 1983 su expareja con Lo que Varguitas no dijo. Pese a lo abrupto, lo cierto es que Patricia Llosa fue el gran amor del escritor, la madre de sus tres hijos y la metódica secretaria que ocupaba el rol organizador y gestor de su carrera. Ambos cumplieron las bodas de oro y, tras medio siglo casados, emprendieron caminos diferentes. De nuevo, de manera repentina: una exclusiva en el ¡Hola! en la que aparecía junto a Isabel Preysler vino a confirmar el fin de su segundo matrimonio y, al mismo tiempo, el inicio de su nueva aventura amorosa.
Con la exmujer de Julio Iglesias permaneció hasta 2022. No se casaron, pero no hizo falta enlace para ampliar el eco mediático de su historia: desde el primer momento, su relación ocupó la línea de élite de la prensa rosa. El tiempo terminó erosionando una historia de amor que terminó con una misiva firmada por la Reina de Corazones.
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