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Àngel Llàcer desvela en ‘El Hormiguero’ su infierno con shigelosis: “Tuve la premonición de que me iba a morir”

El actor ha confesado frente a Pablo Motos que sintió muy de cerca la muerte y que, incluso, llegó a despedirse de sus padres.

Àngel Llàcer desvela en ‘El Hormiguero’ su infierno con shigelosis: “Tuve la premonición de que me iba a morir”

La nueva temporada de Tu cara me suena promete, además de celebrar el regreso del exitoso formato de Antena 3 con un elenco de lujo, brindar un emotivo momento televisivo: el retorno de Àngel Llàcer a la pequeña pantalla. El actor y director de teatro se alejó de todo hace un año debido a una peligrosa infección que, en primer lugar, se mantuvo bajo un secretismo inusual y que, más tarde, cuando salió a la luz su verdadera gravedad, mantuvo a todo el país en vilo. Fue culpa de la shigelosis.

Para hablar de su recuperación y, además, de la vuelta de Tu cara me suena, ha acudido a El Hormiguero. Y frente a Pablo Motos se ha sincerado sin ningún tipo de filtro. “Tenía mucho miedo de venir”, ha dicho en un primer momento, reconociendo que, incluso, y pese a ser “un tío muy positivo”, le cuesta recordarlo. “Ha sido un año realmente difícil. Hace justo un año estaba en Vietnam”, ha dado inicio al relato de su infierno particular.

Fue en orden cronológico. “El año pasado cogí una bacteria en Vietnam. Me advirtieron de que tuviera cuidado con la comida, pero yo comía de todo. Recuerdo comer un cuello de pato en la calle”, ha rememorado, incidiendo en que cree que fueron “los caracoles o las anchoas” y destacando que empezó a encontrarse mal y “con diarrea” cuando viajó de Vietnam a Tailandia. Le dieron medicamentos en un hotel de Bangkok y todo quedó ahí.

La falsa recuperación

Luego volvió el horror a llamar a su puerta cuando ya se encontraba de vuelta en España. “Yo estaba en Madrid, estaba haciendo un musical. La primera función era el 13 de abril”, ha expresado. Se marchó a un centro de salud porque volvió a encontrarse mal. “Tenía mucha caca dentro y me decían que tenía que expulsarla”, ha reconocido. Y ahí conoció a su enemigo. “Estuve diez días con una shigelosis, me ponen muchos antibióticos, me hacen unos estudios y me dan el alta y me voy”, ha dicho, estableciendo la segunda aparente recuperación de la enfermedad.

Cuando entra en la parte más dura de la historia brotan las reflexiones. “Una vez pasado el drama puedo decir que ha sido el peor año de mi vida y a la vez el mejor; como te recibe la vida después es algo que no te planteas. Cuando me preguntan qué he aprendido digo que a caminar. Ahora camino por la vida, antes iba corriendo”, ha expresado. Luego retoma la reconstrucción de los hechos justo donde lo había dejado: “Yo tengo que ir a Tu cara me suena, soy de esos que aunque se esté muriendo tiene que ir a trabajar. Me voy a Barcelona y me empieza a doler la pierna”.

“Podía haberme comido los órganos y morir en horas”

El programa lo grababa los martes. Y un día antes, todo cambió. “El lunes tuve la premonición de que me iba a morir. Llamé a un amigo y le dije: ‘oye, me muero esta semana, tengo que hacer el testamento’”, ha recordado. Al final no lo hizo, acudió a Tu cara me suena y el jueves volvía a estar en el hospital. “Hay una doctora que se empeña en que esa pierna hay que abrirla. Las analíticas no daban nada, pero tenía la pierna muy roja. Y suerte que la doctora se empeñó en abrir. Vino un doctor a las nueve de las noche del viernes que pensaba que era fascitis necrotrizante, que la bacteria me estaba entrando. Tuve suerte de que entrase por la pierna, podía haberme comido los órganos y morir en horas”, ha relatado.

Ahí comenzó una odisea médica. “Me operaron cuatro veces porque el bicho no paraba. Con una cuchara empezaron a sacar todo lo que estaba podrido. Me sacaron el 40% del gemelo. El sábado me dicen que ya está, pero yo tenía la muerte conmigo. La sentía. Cuando tenemos un ser querido o alguien mayor que se va a morir notamos la muerte instalada en casa. Era como el mono Amelio de Marco. Es una cosa que la sientes con certeza. Yo no estaba tranquilo”, ha recordado. Volvió al hospital y decidió que iba a operarse: “Y yo que soy ‘preguntón’ les pregunté qué me podía pasar en la operación. Y me dijeron que no salir de allí, salir sin pierna o salir”.

La despedida de sus padres

Entonces llegó lo más duro. Quiso despedirse de sus seres queridos. “Les decía a mis padres: ‘tengo cincuenta años, he sido muy feliz y me he dedicado a hacer feliz a la gente; me voy satisfecho. Ya sé que me voy, pero me voy muy feliz’”, ha confesado. Se operó el domingo por la noche y, después, abrió los ojos: “Me despierto el lunes y lo primero que hago es ver si está la pierna. Y el martes, quedando dos operaciones, me conecto a la vida. Fue como una cosa de ciencia ficción, como entrar de golpe en el cuerpo. Y dije: ‘ya está, ya no me muero’. Ya sabía que no me iba a morir, lo tenía clarísimo. Y cuando te conectas a la vida, de ahí no te saca nadie”.

El actor no ha dejado de sonreír en ningún momento. No quería irse porque no quería dejar atrás a nadie. “Yo que quiero que todo el mundo esté contento, de golpe pensé que había pasado toda la vida intentando que todos sean felices para irte a los cincuenta”, ha dicho. No lo hizo. Y desde su recuperación no ha dejado de ver amor en ningún lado: “Hablamos siempre del odio de las redes, pero he recibido mucho amor. No sabía que la gente me quería tanto”.

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