¿Necesitas dormirte escuchando el televisor? La psicología revela que tiene raíces emocionales muy profundas
Aunque puede parecer un hábito dejarse el televisor encendido, lo cierto es que se suele tratar de un reflejo de nuestro estado emocional.
Dormir con el televisor encendido es una costumbre que muchas personas han adoptado, a menudo sin reflexionar demasiado sobre sus raíces o implicaciones. Aunque para algunos puede parecer simplemente una cuestión de hábito, esta necesidad, normalmente, revela aspectos más profundos de la vida emocional y psicológica de quien la practica.
Desde el punto de vista de la psicología, muchos adultos que duermen con el televisor encendido lo hacen para combatir la soledad. La luz tenue del aparato, así como el sonido que emite, hacen que la persona sienta una falsa sensación de acompañamiento.
Para otras personas, el contenido de la televisión antes de dormir es una forma de contener los pensamientos intrusivos o las preocupaciones que impiden conciliar el sueño. Sería una especie de mecanismo de escape, una forma de distraerse de la realidad propia prestando atención a historias ajenas.
Y, por supuesto, hay que simplemente lo hace por costumbre, por hábito, porque vio que así se hacía en su casa durante la infancia, porque lo hacía de pequeño para lidiar con el miedo a la oscuridad o a dormir solo.
Regulación del sueño
Sin embargo, este hábito, tenga o no una explicación emocional, no es de lo más aconsejables, ya que, desde un punto de vista fisiológico, puede interferir con la calidad del sueño. La luz azul de la pantalla y los cambios constantes de sonido impiden que el cerebro entre en un sueño profundo y reparador.
Así, muchas personas que duermen con el televisor encendido se despiertan sintiéndose más cansadas. Hay que comprender que, aunque puede ayudar a la hora de conciliar el sueño, es perjudicial para lograr un descanso reparador.
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