El queso que puedes consumir diariamente que ayuda a la salud de los huesos y baja el colesterol

El queso y el chocolate se disputan el puesto de comida a la que jamás podría alguien renunciar. Las múltiples oportunidades culinarias que ofrece este lácteo, uno de los más consumidos en todo el planeta, lo convierten en un imprescindible que, como por arte de una magia innecesaria, desaparece de muchos regímenes alimenticios y dietas saludables. Hay tantos tipos de queso que su exclusión únicamente puede responder a una generalización de la que se desmarcan algunos.

Es el caso del Jarlsberg. Según ha revelado una reciente investigación publicada en la revista científica BMJ Nutrition Prevention & Health, este queso suave y semiblando, oriundo del este de Noruega y elaborado de manera tradicional con leche de vaca, es una excepción a la famosa regla del colesterol que suele imperar sobre este producto, además de constituir una gran fuente de proteínas, minerales y vitaminas beneficiosas para el organismo.

Los expertos que participaron en la mentada investigación quisieron observar cómo afectaba el queso al adelgazamiento óseo, pero el transcurso de las pruebas les llevó a detectar esta inesperada consecuencia sobre el colesterol.

Un resultado impresionante

Emplearon a 66 mujeres sanas de una edad media de 33 años y un índice de masa corporal medio normal (en torno a 24); hicieron dos grupos y, durante seis semanas, uno consumía 57 gramos de Jarlsberg y otro 50 de Camembert. Cumplidos 42 días, repitieron el proceso alternando el tipo de queso que consumía cada grupo. Y el resultado fue impresionante.

Al tomar muestras de sangre de todas las participantes comprobaron que los niveles de colesterol total y colesterol ‘malo’ (LDL) disminuyeron de manera significativa en el grupo que consumía Camembert y luego cambió a Jarlsberg, produciéndose lo contrario en el proceso inverso.

No queda ahí. El estudio también recoge que “el consumo diario de queso Jarlsberg también tuvo un efecto positivo sobre la osteocalcina”, una hormona vinculada a la fortaleza de los huesos y que permite a los investigadores concluir que este lácteo “puede ayudar a evitar el adelgazamiento de los huesos por osteoporosis sin aumentar el dañino colesterol de baja densidad”.

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