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El último ‘bache’ en el adiós de Cristiano de Manchester

El futbolista contrató un camión de mudanzas demasiado grande, y no pudieron acceder a la vivienda después de una hora que mantuvieron cortado el tráfico.

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Cristiano Ronaldo durante un partido como jugador del Manchester United.

Cristiano Ronaldo y el Manchester United llegaron a un acuerdo esta misma semana para rescindir su contrato que le mantenía en las filas de los red devils hasta el final de temporada. Y es que, su entrevista concedida a Piers Morgan en ‘Piers Morgan Uncensored’, el luso no tuvo ‘pelos en la lengua’ para cargar contra todo y contra todos, incluidas figuras del equipo británico.

Frustrado con su situación, habló de Ten Hag y el resto de la directiva, con quienes no se ha sentido arropado en algunos de sus momentos más delicados, como el momento en el que perdió a su hijo, Ángel, o cuando permaneció hospitalizada Bella Esmeralda el pasado verano. Unas situaciones que han hecho estallar al delantero, quien ya busca nuevo destino.

Y antes siquiera de decidir dónde está su futuro, Cristiano ya ha iniciado sus trámites de mudanza con los que poner fin a su etapa en Manchester. Mientras el futbolista se encuentra en el Mundial de Qatar, ya ha ordenado la recogida de sus pertenencias de la mansión que tiene alquilada por cinco millones de libras (5.800.000 euros) junto a Georgina Rodríguez y sus hijos.

Un camión de mudanzas demasiado grande

En esta ardua tarea, Cristiano se ha encontrado con un ‘bache’, y es que el camión de la mudanza era tan grande que no pudo recoger ninguna de las pertenencias que posee la familia en la vivienda. El vehículo no pudo acceder a la empinada calle privada donde se encuentra la casa, y es que ni siquiera pudo hacerlo después de detener el tráfico durante una hora. Un tiempo en el que estuvieron maniobrando para poder acceder al sitio. Finalmente, se dieron por vencidos y volvieron con las manos vacías.

Por ello, el portugués necesitará alquilar un camión más pequeño para que pueda llegar a la propiedad y llevarse las cosas de la familia lo antes posible. Unas pertenencias entre las que ya no se encuentran su Cadillac Escalade, valorado en más de 174.000 euros, y su Bentley Flying Spur, de casi 350.000 euros, que ya fueron recogidos el pasado martes.