El truco de los mejores baristas a la hora de preparar el café: así consiguen que sea más sabroso sin perder aroma

El café es, posiblemente, una de las bebidas más consumidas en el mundo después del agua. Su sabor, su aroma, su versatilidad y lo útil que puede ser en momentos donde la concentración es indispensable o el sueño empieza a hacer acto de aparición le convierten en un fijo de la gastronomía de muchas personas.

Con el paso del tiempo y la evolución tecnológica, la forma de tomar café ha ido cambiando. Muchas personas recurren a cafeteras semiautomáticas que preparan la bebida sin requerir siquiera estar pendiente, mientras que otros eligen las cápsulas. Sin embargo, los mejores baristas siguen recomendando el uso de las míticas cafeteras italianas.

Para hacer un buen café hay muchos factores importantes a tener en cuenta. Evidentemente, la cafetera debe tener una limpieza adecuada y el grano (o polvo) ha de estar lo más prensado posible en el embudo. Tampoco la temperatura puede sobrepasar la ideal, pues en ese caso el café sabrá a quemado.

Además de todas estas cosas, los especialistas recomiendan dejar la tapa de la cafetera abierta durante el proceso para así evitar que el café sea amargo de más. Es cierto que podría perderse algo de olor, pero la prima de riesgo compensa, tal y como reconocen dos expertos como Sébastien Racineux y Chung-Leng en ‘El arte del café’.

La explicación es que este tipo de cafetera consigue llegar a darle a la bebida una amargura al alcanzar cierta temperatura y, por tanto, al tener la tapa abierta no se llega a ese límite. Además, el fuego de la vitrocerámica debe estar bajo y, una vez que el café salpique, debe retirarse la cafetera del fuego.

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